Maquina para poscosecha de hortalizas
En la Argentina, se estima que el 65% de las explotaciones agropecuarias se encuentran en manos de agricultores familiares que aportan el 53% del empleo total en el sector agropecuario y es uno de los principales proveedores de alimentos frescos para las economías regionales. En este contexto, técnicos del INTA y de la UNLP desarrollaron un sistema modular que facilita la poscosecha de hortalizas.
Se trata de un sistema modular para poscosecha de hortalizas para la agricultura familiar compuesto por tres módulos máquinas, cada uno de ellos, dedicados al lavado, secado y embolsado de las hortalizas producidas a pequeña escala.
Las tres máquinas mantienen el mismo lenguaje morfológico y constan de una estructura lineal desarrollada en caño de acero. En su interior, anclado por medio de tacos de gomas estándar, se encuentran la batea –en el caso de la lavadora y la secadora– y la bandeja –en el caso de la embolsadora–, ambas de chapa de acero inoxidable.
Tanto la lavadora como la secadora tienen una capacidad de entre 15 y 30 kilos. El primer módulo tiene un caudal de 100 litros por minuto y una potencia total de 1.200 Watts, cisterna con flotante y conexión a la red de agua del hogar. Además, cuenta con una bomba de agua de circuito cerrado a presión y un depósito para almacenar la suciedad.
En cuanto a la secadora, cuenta con un poder de centrifugado impulsado por un motor eléctrico de 1hp a 3.000 revoluciones por minuto (rpm). Con una velocidad de giro del motor de 3.000 rpm y una potencia total de 560Watts.
Por su parte, la embolsadora consta de una estructura principal desarrollada en caño de acero que contiene una bandeja donde se dispondrán los productos ya lavados y secados. Asimismo, cuenta con una estructura lineal con un punto de pivote para reducir el esfuerzo de volcado del contenido del canasto a la bandeja y otra en donde se colocan las bolsas estándar, plástico micro-perforado, utilizadas en la comercialización de hortalizas.
Beneficios
Marcos Hall, director del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar Región Pampeana (IPAF) del INTA, sostuvo que este logro permite “flexibilizar las tareas de poscosecha de hortalizas y mejorar la calidad del producto final, como así también mejorar las condiciones laborales de los productores familiares”.
En tanto, Sergio Justianovich, investigador del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar del INTA (IPAF) y responsable por INTA del Convenio de Comisión de Estudios con la UNLP, indicó “que es necesario avanzar en el desarrollo de este tipo de tecnologías, adecuadas a las demandas de las organizaciones para que logren una verdadera integración entre el campo y la ciudad, promoviendo nuevas dinámicas económicas locales”.
Por su parte, Matias Novelli, creador del sistema y diseñador industrial de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), explicó que “mediante un canasto modular, estándar y apilable se conectan las tres máquinas y permite la interacción en una secuencia de uso en la poscosecha que, a su vez, reduce el contacto del operario con las hortalizas”.
“El uso de una misma estructura facilita la fabricación de las maquinas, reduce la cantidad de piezas lo que, al mismo tiempo, permite tener un stock de partes especificas independientemente de la máquina que se necesite producir”, según comentó el diseñador.
Entre las ventajas del sistema, Novelli ponderó “su gran capacidad de adaptabilidad a los requerimientos y necesidades del productor” que acompañan a su flexibilidad, organización y crecimiento del emprendimiento familiar.
Excelente, pequeñas pero grandes cosas...
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