Por Matías Longoni - Clarin.com
El futuro del agro.Según los expertos, la Argentina tendría que aprovechar el alza del consumo que vive el país asiático.
La Argentina no puede ni debe conformarse con exportar soja y otros granos básicos a China y otros países de Asia, pues esa región también incrementará de modo notable en los próximos años su demanda de carnes, coincidieron ayer especialistas reunidos en un seminario de la facultad de Agronomía de la UBA destinado a analizar las perspectivas de ese negocio.
“En los últimos tres años, las importaciones chinas de carnes subieron 46%”, dijo Fernando Vilella, organizador del seminario “Mercosur y Asia en 2030”. Para el académico, es solo una muestra de lo que vendrá, porque para dentro de 15 años se espera que ese país incremente 80% sus necesidades de proteínas animales, cuatro veces más aprisa que las de soja.
En toda esa región para 2030 habrá necesidad de importar alimentos para mantener a 900 millones de personas. “En el Mercosur hay una gran superficie apta para producir granos. Pero debemos transformar esos granos en carne”, enfatizó Vilella. Todos los disertantes coincidieron que la estrategia hacia mayor agregado de valor debería ser una política de Estado.
“China es la gran oportunidad para exportar, pero en materia ganadera hay muchos deberes pendientes”, remarcó Miguel Jairala, del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA). La distancia con Uruguay y Paraguay, que se volcaron decididamente a exportar, fue expuesta por expertos de ambos países. El paraguayo Manuel Ferreira Brusquetti reveló que ellos exportan 54% de su producción sin que suban los precios internos. “Al guaraní nunca se le sacó un cero. Al peso, 13”, ejemplificó.
Luis Bameule, creador de la marca Paty, consideró que la ofensiva por Asia debe darse en conjunto con todo el Mercosur. Y Jorge Torelli, de Mattievich, recomendó no atarse a recetas sino explorar con productos nuevos: contó que en China pagan US$ 5.000 por tonelada de marucha, un corte que para ellos es similar al del lomo.
El mejor ejemplo lo brindó Joaquín Da Grazia, de la avícola Granja Tres Arroyos. Relató que China es tradicional demandante de las garras de los pollos, pero que ahora también comenzaron a venderle el “tronquito” que la une con la pata. Los chinos los pagan más caros que la soja: US$ 500 por tonelada.
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