La fábrica produce al cinco por ciento de su capacidad. A veces, ni eso. El enorme predio de Emprendimientos Ferroviarios (Emfer) y Tecnología Avanzada en Transporte (Tatsa), ambos vinculados al grupo Cirigliano, descansa como un gigante dormido al costado de la General Paz, en el límite entre San Martín y la Ciudad.
Los empresarios Mario y Claudio Cirigliano, procesados como responsables por las 51 muertes en la tragedia de Once , tenían el negocio perfecto: reparaban y fabricaban trenes con subsidios estatales para las mismas líneas que ellos operaban, hasta que -luego del siniestro- el Estado les quitó las concesiones.
Desde aquel momento, disminuyó el ritmo de pedidos a la fábrica y la compra millonaria de formaciones a China impulsada por el Ministro de Transporte Florencio Randazzo fue el tiro de gracia. El último pedido grande que tuvieron los operarios fue la fabricación y reparación de 67 coches entre noviembre de 2012 y febrero del año pasado. Después de eso, y a pesar de que tenían la capacidad para seguir produciendo, los trabajos cayeron por goteo.
Ante el posible cierre de la fábrica, los trabajadores visualizan como única salida la reestatización ya que, según ellos, están las maquinarias y la capacidad para producir y reparar en el país los mismos trenes que se les compra a China. "Más allá de que la compra de vagones en el exterior genera un problema a la industria nacional en su conjunto, nosotros entendemos que la reestructuración del sistema ferroviario debe continuar y tenemos la capacidad para fabricar distintos tipos de coches, pero no vemos como operador al grupo Cirigliano por todo el daño que le hizo al país. El que se tiene que hacer cargo es el Estado, que siempre fue nuestro único cliente", señala en diálogo con LA NACION Ezequiel Peralta, delegado de Emfer.
DIVISIONES EN EL KIRCHNERISMO
La propia idea de reestatización genera incomodidad y desnuda las divisiones internas dentro del kirchnerismo. Por un lado, el diputado del Frente para la Victoria Héctor Recalde se reunió con los trabajadores y se habría comprometido a presentar un proyecto de ley en ese sentido. Sin embargo, no tendría el visto bueno de su espacio ya que algunos dicen que hoy el negocio se encuentra en China.
Por el otro, la posibilidad de que el conflicto se agudice y que los trabajadores vuelvan a cortar la General Paz también inquieta al FPV. La última vez que eso sucedió hubo una fuerte represión de la Gendarmería que provocó duras críticas del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que preside el periodista Horacio Verbitsky , y terminó con un enfrentamiento público entre el diputado K Leonardo Grosso y el Secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Otro actor que interviene en el conflicto es Antonio Caló. El líder de la CGT alineada con el Gobierno y jefe de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) aportó en julio pasado medio millón de pesos de las arcas de su gremio para bajar el clima de tensión y adelantar parte de los sueldos adeudados a los trabajadores. Pero su mediación no estaría dando buenos resultados: desde el Gobierno le dieron a entender que una reestatización de la fábrica abriría la posibilidad de un juicio millonario de los Cirigliano contra el Estado, riesgo que el kirchnerismo no estaría dispuesto a correr.
En una situación de ajuste generalizado, donde hay una avanzada fuerte contra los trabajadores como lo fue en Gestamp o Lear, por poner dos ejemplos, creemos que seguir así tiene fecha de vencimiento y buscamos una solución de fondo que garantice los puestos de trabajo. Peleamos por nuestras familias, pero también sabemos que nuestra lucha puede servir de ejemplo para los demás trabajadores", remarca Adrian Escalante, delegado de Tatsa.
CLAVES PARA ENTENDER EL CONFLICTO
Patria o China. La Argentina colocó hasta hoy más de 1180 millones de dólares en la industria ferroviaria china, según datos del Monafe. Además, el año pasado se emitieron Letras del Tesoro Nacional en dólares para adelantarle el 70% (228.900.000 de pesos) a la corporación estatal china CSR por la adquisición de 300 coches para la Línea Roca. Según los especialistas, estos vagones podrían ser fabricados en Emfer.
Expropiación. Antes de la compra del grupo Cirigliano, el enorme predio donde hoy funcionan Emfer y Tatsa pertenecía al Estado y era de fabricaciones militares. "Decimos reestatización y expropiación por eso, porque sabemos que el grupo le compró el predio al Estado de manera irregular, en los 90, y se quedó con las máquinas que hoy siguen funcionando para fabricar los trenes. Entonces pedimos que se haga una auditoría y se compruebe el fraude para que el predio y las maquinarias vuelvan a ser del Estado", denuncian los trabajadores.
Lucha de conjunto. "Con los trabajadores de Tatsa estamos en el mismo predio y somos lo mismo, tenemos al mismo patrón, mismos recursos humanos y nacimos de la misma manera. Los colectivos se empezaron a fabricar en Emfer y luego Cirigliano decidió dividir las fábricas y utilizar los subsidios del Estado para las dos cosas. Esta pelea es de conjunto y la estatización nos tiene que incluir a todos", explica a LA NACION Julián Radic, delegado de Emfer.
La propia idea de reestatización genera incomodidad y desnuda las divisiones internas dentro del kirchnerismo. Por un lado, el diputado del Frente para la Victoria Héctor Recalde se reunió con los trabajadores y se habría comprometido a presentar un proyecto de ley en ese sentido. Sin embargo, no tendría el visto bueno de su espacio ya que algunos dicen que hoy el negocio se encuentra en China.
Por el otro, la posibilidad de que el conflicto se agudice y que los trabajadores vuelvan a cortar la General Paz también inquieta al FPV. La última vez que eso sucedió hubo una fuerte represión de la Gendarmería que provocó duras críticas del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que preside el periodista Horacio Verbitsky , y terminó con un enfrentamiento público entre el diputado K Leonardo Grosso y el Secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Otro actor que interviene en el conflicto es Antonio Caló. El líder de la CGT alineada con el Gobierno y jefe de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) aportó en julio pasado medio millón de pesos de las arcas de su gremio para bajar el clima de tensión y adelantar parte de los sueldos adeudados a los trabajadores. Pero su mediación no estaría dando buenos resultados: desde el Gobierno le dieron a entender que una reestatización de la fábrica abriría la posibilidad de un juicio millonario de los Cirigliano contra el Estado, riesgo que el kirchnerismo no estaría dispuesto a correr.
Según precisaron a LA NACION fuentes oficiales, hoy parte de los salarios de los empleados se garantizan con subsidios que otorga el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, los operarios denuncian que los pagos se realizan fuera de término, de forma no remunerativa y sin cobertura en las obras sociales.
Cuatro de los delegados de Emfer y Tatsa, en la entrada que la fábrica tiene en Savio. Foto: Sebastián Rodeiro
CLAVES PARA ENTENDER EL CONFLICTO
Patria o China. La Argentina colocó hasta hoy más de 1180 millones de dólares en la industria ferroviaria china, según datos del Monafe. Además, el año pasado se emitieron Letras del Tesoro Nacional en dólares para adelantarle el 70% (228.900.000 de pesos) a la corporación estatal china CSR por la adquisición de 300 coches para la Línea Roca. Según los especialistas, estos vagones podrían ser fabricados en Emfer.
Expropiación. Antes de la compra del grupo Cirigliano, el enorme predio donde hoy funcionan Emfer y Tatsa pertenecía al Estado y era de fabricaciones militares. "Decimos reestatización y expropiación por eso, porque sabemos que el grupo le compró el predio al Estado de manera irregular, en los 90, y se quedó con las máquinas que hoy siguen funcionando para fabricar los trenes. Entonces pedimos que se haga una auditoría y se compruebe el fraude para que el predio y las maquinarias vuelvan a ser del Estado", denuncian los trabajadores.
Lucha de conjunto. "Con los trabajadores de Tatsa estamos en el mismo predio y somos lo mismo, tenemos al mismo patrón, mismos recursos humanos y nacimos de la misma manera. Los colectivos se empezaron a fabricar en Emfer y luego Cirigliano decidió dividir las fábricas y utilizar los subsidios del Estado para las dos cosas. Esta pelea es de conjunto y la estatización nos tiene que incluir a todos", explica a LA NACION Julián Radic, delegado de Emfer.
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