jueves, 27 de marzo de 2014

La importancia de la guerra de minas para Brasil

Foto: Buques antiminas USS Guardian (MCM 5) y USS Patriot (MCM 7) de la Marina de los EE. UU. Foto: MC1 Richard Doolin/Marina de los EE. UU. Por Kaiser David Konrad - Dialogo.com

Foto: Buques antiminas USS Guardian (MCM 5) y USS Patriot (MCM 7) de la Marina de los EE. UU. Foto: MC1 Richard Doolin/Marina de los EE. UU.
La guerra de minas consiste en el conocimiento y habilidades necesarias para utilizar y anular los efectos de las minas marítimas cuando se emplean como instrumento de agresión. El procedimiento se divide entre el minado (instalación o lanzamiento de minas) y desminado (destrucción de minas instaladas o por instalarse).
La mina submarina es un artefacto explosivo que tiene el objetivo de atacar buques de guerra de superficie o submarinos, o bien interrumpir el tráfico marítimo en un área determinada.

Existen minas de contacto, las cuales se activan cuando el navío entra en contacto con ellas, y minas de influencia, que se activan por efecto de variaciones acústicas, magnéticas y de presión ambiental en su alrededor. Estas distintas clases de minas pueden ser colocadas por embarcaciones, submarinos o aeronaves. La instalación de minas que lleva a cabo la Marina de Brasil se realiza principalmente mediante el uso de navíos y submarinos.

Las primeras minas se utilizaron en la Guerra de Secesión estadounidense, aunque su aplicación a gran escala tuvo lugar en la Segunda Guerra Mundial. Su principal ejemplo fue la operación "Starvation" que emprendieron los estadounidenses contra los japoneses. En ella, se lanzaron 12.000 minas desde 12 aviones que destruyeron tres cuartos de la Marina Mercante japonesa.

En consecuencia, además de sufrir pérdidas incalculables, los japoneses requirieron un esfuerzo de guerra colosal para limpiar los sectores minados, donde se emplearon 349 embarcaciones de dragado. El resultado no podría haber sido más significativo: en la operación se hundieron 670 barcos japoneses, mientras que los estadounidenses solo perdieron 15 aeronaves. Durante todo el conflicto se colocaron 500.000 minas que hundieron 1.500 navíos y dañaron a otros 500.

Otro ejemplo es el de la Guerra de Corea, donde se retrasó el desembarco de 50.000 soldados que estaban en 250 barcos por ocho días debido a que las embarcaciones dragadoras tuvieron que limpiar la zona. Al postergar el desembarco, las fuerzas estadounidenses perdieron el efecto sorpresa de la acción militar. Durante esta operación, el comandante de las fuerzas navales de los Estados Unidos dijo haber "perdido el control del mar a causa de embarcaciones construidas con cañas" que habían utilizado los norcoreanos para colocar las minas.

Posteriormente, en la Guerra del Golfo, Saddam Hussein ordenó la instalación de 10 minas en desuso en áreas marítimas del Golfo Pérsico, cerca de Kuwait, lo que ocasionó que las Fuerzas de la Coalición se demoraran 40 días en llevar a cabo las operaciones de desminado y que los destructores USS Princeton y USS Liberty sufrieran daños graves.

La eficacia de las minas se comprobó en numerosos conflictos y siguieron siendo agentes potenciales de destrucción de medios navales.

Desde el punto de vista económico, el valor de una mina es relativamente bajo: oscila entre US$ 1.500 y US$ 100.000. En el caso del USS Samuel Roberts, una mina de apenas US$ 1.500 perjudicó al presupuesto estadounidense en unos US$96 millones. Por otra parte, una mina de la misma clase provocó daños en el USS Tripoli, cuyas reparaciones ascendieron a los US$ 3 millones.

Una mina puede denominarse "el arma de los más débiles contra los más fuertes". Cualquier país tiene la capacidad de emprender este tipo de guerra, que puede realizarse desde cualquier tipo de embarcación, como por ejemplo botes pesqueros o remolcadores. Además, constituye una forma de guerra más limpia, ya que normalmente se dará al enemigo la oportunidad de decidir si ingresa a áreas minadas, asumiendo la responsabilidad de las pérdidas que pudieran generarse.

Para Brasil una mina constituye un arma excelente para defender su territorio, debido a las diversas necesidades de carácter social y económico existentes que tienen prioridad entre las inversiones del gobierno.

Considerando la importancia de la guerra de minas desde el punto de vista estratégico, una potencia militar adecuada y capacitada debe garantizar el uso las aguas marítimas, ya que el mar es fundamental para Brasil. Cerca del 95% del comercio exterior brasileño se lleva a cabo por vía marítima y el 85% del petróleo nacional se extrae desde la zona denominada "Amazonía Azul".

Casi toda la costa brasileña puede minarse y simples carteles que anuncien la existencia de minas en las proximidades de un puerto pueden constituir un factor de alerta para interrumpir el tráfico marítimo. El hecho de que Brasil haya demostrado que cuenta con la capacidad de instalar y neutralizar minas en sus aguas es sumamente importante para la defensa nacional.

En vista de las nuevas exigencias de los próximos años, como la construcción de submarinos nucleares y una base naval especializada para uso del Comando de Operaciones Navales, la organización considera necesario llevar a cabo la reestructuración de la guerra de minas en la Marina de Brasil (MB).

El Plan de Equipamiento y Ejecución de la Marina de Brasil prevé la inclusión de embarcaciones "dragaminas" en el inventario de la MB que, como se sabe en Brasil, constituyen un medio imprescindible para las operaciones navales de desminado. La reestructuración supone que estos buques se dividan en escuadrones estratégicamente distribuidos para proporcionar canales de dragado con un alto grado de limpieza, lo que garantiza la salida y entrada de submarinos nucleares de su base, además de satisfacer las necesidades del dragado de minas en otros sectores de la costa brasileña.

Además, incluye la creación de una organización militar para la coordinación general de cuestiones vinculadas a la guerra de minas, que identifique y priorice las necesidades para lograr un mayor grado de eficiencia y economía de recursos. Será un Centro de Guerra de Minas que se encargará de tareas específicas relacionadas con el desarrollo de la doctrina y tácticas de esa área, el mantenimiento de bases de datos de interés, la ejecución y análisis operacional de los medios y sistemas de guerra de minas, la orientación y dictado de cursos y la recopilación de conocimientos existentes.

Además, se trata de crear un espacio de capacitación que contemple las necesidades de nuestros niveles de especialización, grado y posgrado del personal militar (oficiales y soldados) y civil en ejercicio de las actividades vinculadas a la guerra de minas que deben realizarse para contar con un personal bien capacitado, equipamiento de última generación y apoyo logístico compatibles, ya que las minas se convierten en enemigos traicioneros y difíciles de neutralizar, lo que representa una gran amenaza para los vehículos que transitan las áreas minadas.

1 comentario:

  1. Que paso con la visita a Italia por autoridades de la Armada Argentina, con respecto a los barreminas clase TERMOLI...???

    L.B.A.

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