lunes, 17 de marzo de 2014

Gran Bretaña y el referéndum de Malvinas en 2013

Por Ana Baron - Diario Clarín







Dos días antes del plebiscito que tuvo lugar ayer en Crimea, el canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo que esta península que domina el Mar Negro es estratégicamente más importante para Rusia que las Islas Malvinas para Gran Bretaña. Pero ¿se puede comparar Crimea con las Malvinas? Sí, porque más allá de las obvias diferencias geopolíticas y de coyuntura, en ambos casos lo que está en juego es el derecho de autodeterminación de los pueblos versus el derecho a la soberanía y la integridad territorial.

El plebiscito en Crimea dejó en claro que de la misma manera que Gran Bretaña defiende en las Malvinas el principio de autodeterminación de los pueblos, es decir de los malvinenses, en detrimento del principio de soberanía que apoya Argentina, Rusia defiende el derecho de autodeterminación de los habitantes rusos de Crimea en contra del principio de integridad territorial, que apoyan Ucrania y todo Occidente, incluyendo irónicamente Gran Bretaña. El presidente ruso Vladimir Putin ha dicho en varias ocasiones que el objetivo del envío de fuerzas rusas a Crimea fue para proteger a la mayoría de sus habitantes rusos de Ucrania.

También la ex primer ministra británica Margaret Thatcher envió la flota inglesa en 1982 a las Malvinas para proteger a los malvinenses británicos del desembarco “ilegal” argentino en las islas. Es decir, en ningún momento Putin se colocó en la posición del General Leopoldo Galtieri, quien desembarcó en Malvinas para recuperar la soberanía argentina de las islas. Todo lo contrario. Putin cree que tiene el mismo derecho a actuar militarmente en Crimea como Thatcher decía tenerlo al enviar una flota al Atlántico Sur en nombre de la autodeterminación de los pueblos: el domingo Rusia vetó una resolución propuesta por EE.UU. que reafirmaba el compromiso del Consejo de Seguridad de la ONU a “la soberanía, independencia, unidad e integridad de Ucrania” y que declaraba inválido el plebiscito de Crimea, que puso sobre la mesa su autonomía y anexión a Rusia.

Londres, que viene apoyando el derecho de autodeterminación de los pueblo en Malvinas, votó irónicamente junto a la Argentina en contra del plebiscito en Crimea, a pesar de que apoyó oficialmente el plebiscito organizado por los malvinenses en 2013. En esa ocasión, el 99% de ellos expresaron su deseo de seguir siendo un territorio de ultramar británico.

Lógicamente, Argentina no reconoció ese plebiscito y tampoco reconocerá el de Crimea. Argentina se opone a cualquier intento separatista o de anexión que podría sentar un precedente para Malvinas. La pregunta ahora es qué hará la OTAN. En 1982, dio apoyo a la flota británica. Pero ahora es difícil imaginar un despliegue de fuerzas en Crimea como el que desplegó Thatcher en Malvinas con soldados en el terreno.

La única que tiene un temple parecido a la ex primer ministra británica, Angela Merkel, volvió a descartar el uso de la fuerza. Por el momento, sólo se habla de aislamiento político y económico. Hay demasiados intereses económicos y políticos entrecruzados.

1 comentario:

  1. Hasta me dan ganas de reir la forma en que actuan los Ingleses, si no fuera por que vi tanta gente morir en Malvinas.

    L.B.A.

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