Son los mismos cilindros que salen de Posadas y se trafican a la ciudad de Encarnación.Gas. Una distribuidora de gas en Posadas el viernes a la mañana. En Misiones no hay gas por red . /AGENCIA MISIONES
Cientos de garrafas de gas subsidiado son cruzadas diariamente a la ciudad paraguaya de Encarnación, donde tienen un costo doce veces superior. La falta de un registro de beneficiarios en las fraccionadoras y expendedoras minoristas sumado al escaso control aduanero en los pasos fronterizos permiten el cruce de los cilindros en vehículos particulares, pese a que está prohibido su transporte.
El
fenomenal contrabando fue denunciado por los propietarios de las
envasadoras de Encarnación y Ciudad del Este -en la Triple Frontera-,
que vieron disminuir 80% la facturación en los últimos años. Según
Ausberto Ortellado, presidente de dos fraccionadoras de GLP en Paraguay,
el perjuicio es de tal magnitud que el sector se vio obligado a despedir a unos mil empleados.
En Misiones -no cuenta con servicio de gas por redes- las garrafas de diez kilos de gas licuado de petróleo se comercializan a $16 en las plantas expendedoras, pero el precio alcanza $45 cuando el cliente lo pide a domicilio.
En las plantas que comercializan garrafas es habitual ver vehículos con matrículas paraguayas que adquieren entre cuatro y seis garrafas por vez. Esos mismos cilindros se comercializan en Encarnación a 80.000 guaraníes, unos $200 argentinos.
El negocio es tan lucrativo que los denominados “paseros” (contrabandistas de pequeña monta) adquieren los cilindros argentinos vacíos pese a su elevado costo: $440. Generalmente, el cruce por el puente internacional “San Roque González de Santa Cruz” se realiza en combis con vidrios polarizados y previo pago de una coima al agente aduanero encargado del control en el carril.
La venta de GLP subsidiado fue lanzado por Cristina Fernández de Kirchner a mediados de 2008 bajo el nombre de “Garrafa social”. En ese entonces, cada comprador debía registrarse en una planilla con su número de documento, pero con el correr de los meses esa práctica cayó en desuso porque el Gobierno simplemente decidió entregar cupos mensuales a las expendedoras, sin importar quiénes eran los beneficiarios.
A partir de la fuerte devaluación del peso, miles de paraguayos trasponen el límite para abastecerse en las estaciones de servicio, adquirir comestibles, bebidas e incluso cemento debido a la diferencia cambiaria. Siempre a la pesca de oportunidades, sumaron a ese combo las garrafas de gas que el Gobierno subsidia desde hace casi seis años y ahora analiza rever los subsidios.
Un gobierno con total ausencia de control...Lamentable.
En Misiones -no cuenta con servicio de gas por redes- las garrafas de diez kilos de gas licuado de petróleo se comercializan a $16 en las plantas expendedoras, pero el precio alcanza $45 cuando el cliente lo pide a domicilio.
En las plantas que comercializan garrafas es habitual ver vehículos con matrículas paraguayas que adquieren entre cuatro y seis garrafas por vez. Esos mismos cilindros se comercializan en Encarnación a 80.000 guaraníes, unos $200 argentinos.
El negocio es tan lucrativo que los denominados “paseros” (contrabandistas de pequeña monta) adquieren los cilindros argentinos vacíos pese a su elevado costo: $440. Generalmente, el cruce por el puente internacional “San Roque González de Santa Cruz” se realiza en combis con vidrios polarizados y previo pago de una coima al agente aduanero encargado del control en el carril.
La venta de GLP subsidiado fue lanzado por Cristina Fernández de Kirchner a mediados de 2008 bajo el nombre de “Garrafa social”. En ese entonces, cada comprador debía registrarse en una planilla con su número de documento, pero con el correr de los meses esa práctica cayó en desuso porque el Gobierno simplemente decidió entregar cupos mensuales a las expendedoras, sin importar quiénes eran los beneficiarios.
A partir de la fuerte devaluación del peso, miles de paraguayos trasponen el límite para abastecerse en las estaciones de servicio, adquirir comestibles, bebidas e incluso cemento debido a la diferencia cambiaria. Siempre a la pesca de oportunidades, sumaron a ese combo las garrafas de gas que el Gobierno subsidia desde hace casi seis años y ahora analiza rever los subsidios.
Un gobierno con total ausencia de control...Lamentable.
Aca la culpa no es solo del gobierno sino del nosotros mismos, que somos corruptos hasta la mugre de las uñas, si fuésemos honestos el pais seria una potencia pero nosotros lo hacemos así.
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