Quien vive en la gran ciudad puede cumplir su sueño de tener una casa con jardín en un lugar céntrico con una townhouse: por lo general edificios de viviendas adosados de varias alturas que suelen tener una zona verde, frente a la fachada o en ocasiones en la azotea.
A este tipo de edificaciones se las conoce sobre todo por su existencia en ciudades estadounidenses como Nueva York, Chicago o Boston, pero son muy populares también en cada vez más ciudades europeas.
En Berlín, una ciudad en constante construcción desde la caída del Muro hace más de 20 años, son construidas en base a este modelo sobre todo las viviendas de lujo en zonas exclusivas, y encuentran gran interés entre los compradores. Algunos están dispuestos a pagar hasta más de 10.000 euros (12.800 dólares) por metro cuadrado.
“Los precios en Berlín continúan subiendo. Hoy el precio medio en el segmento medio-alto es de unos 4.200 euros por metro cuadrado, cuando hasta hace pocos años se hablaba de unos 3.200 euros”, afirma Michael Ries, consejero de la inmobiliaria Pantera.
También en otra gran ciudad alemana, Fráncfort, se encuentran cada vez más casas urbanas modernas, en la mayoría de los casos proyectos de prestigio. Aquí suelen construirse más bien en los suburbios y se les suele denominar también townhouse, aunque tienen sólo dos o tres niveles y no cuatro o cinco, como la típica townhouse.
Una forma especial de arquitectura se está dando también en el marco de la restauración del casco antiguo de la ciudad, donde se están reconstruyendo edificios históricos y al mismo tiempo construyendo otros modernos que se adaptan al entorno.
“Hoy por hoy ya no se usa de manera clara el concepto townhouse”, afirma Mirja, Thomann, de la Federación de Arquitectos Alemanes en Berlín. Así se denominan varios tipos de edificios de varios pisos construidos uno junto a otros sobre una parcela estrecha.
“Una townhouse en el sentido clásico de la palabra se levanta sobre su propia parcela, tiene muros de separación con las parcelas vecinas y una entrada individual desde la calle”, explica Thomann, señalando que los precursores históricos de la casa de ciudad del siglo XX eran estrechos, altos y llamaban poco la atención.
Los actuales proyectos de construcción buscan apartarse de la imagen gris de los edificios en serie adosados uno junto a otro. El arquitecto berlinés Hermann Scheidt considera sin embargo que es difícil descubrir tendencias arquitectónicas claras en los últimos proyectos en marcha.
En el caso de la moderna Berlín, predominan los loft y atelieres, con grandes ventanales que suelen llegar hasta el suelo, techos altos y a menudo sólo una habitación por vivienda. Estos conceptos alternativos surgen de los deseos de constructores y compradores de disponer de una mayor superficie utilizable, mayor privacidad e individualidad.
El arquitecto Eicke Becker intenta aplicar estas ideas en su proyecto “The Garden”, en el barrio berlinés de Mitte. “Los dúplex con terraza y acceso a un gran jardín permiten vivir en la ciudad rodeado de verde”, afirma el constructor Michael Ries.
“Los compradores que invierten en un inmueble en Berlín prestan mucha atención al diseño y a un estilo moderno”, dice Ries.
Están muy solicitados los jardines o las terrazas en las azoteas. En algunos casos, en la planta baja hay espacio para oficinas o superficies comerciales, lo que permite trabajar y vivir en el mismo lugar.
En los edificios modernos de viviendas, los constructores utilizan en lo posible materiales naturales, tales como marcos de madera en las ventanas o piedras en la fachada como pizarra o ladrillo, además de también madera. Los colores apagados y lineas clásicas claras subrayan la tendencia hacia lo natural.
“En la selección de los materiales de construcción prestamos atención a que sean ecológicos y, también a que procedan de la región”, afirma Giovanna Stefanel-Stoffel, de la empresa inmobiliaria Stofanel.
Otra tendencia clara es el deseo de diseñar individualmente las viviendas. En el interior es totalmente posible, no así en lo referente al exterior del edificio. “Las limitaciones a la individualidad de una townhouse vienen dadas por el plan de desarrollo urbano respectivo”, explica Thoman. “Por ello, en muchas líneas de casas las diversas unidades se asemejan mucho”.
Pese a todo, las townhouse gustan también a los individualistas entre los constructores. En algunos proyectos se permite a los compradores expresar sus ideas también en lo referente al aspecto externo, para diferenciarse así de los vecinos dentro de la uniformidad gris de muchas ciudades.
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