La inseguridad en el subte es uno de los problemas
que más preocupa a los pasajeros y al Gobierno de la Ciudad. Por eso
está previsto que 500 agentes de la Policía Metropolitana comiencen a
custodiar los andenes y vagones antes de mitad de año. El ministro de
Justicia y Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro, lo había
anticipado en la Legislatura porteña, cuando presentó el Presupuesto de
su área para 2014.
Los cadetes que trabajarán en las seis líneas de subte se egresaron en diciembre pasado y están siendo capacitados para entrar en funciones. Aunque desde el Ministerio de Justicia prefirieron no dar una fecha, los agentes desembarcarán progresivamente desde marzo, con especial atención en las líneas donde se registran más denuncias por delitos.
La idea es que los policías estén en los andenes, custodiando el ingreso y salida de los pasajeros, y también en los vagones para detener el accionar deliberado de los pungas. En este caso, no vestirán su habitual uniforme sino que usarán ropa de civil, camuflados entre los usuarios.
La prueba piloto tuvo lugar en la línea D y los resultados fueron auspiciosos. Efectivos de civil comenzaron a vigilar el recorrido entre Congreso de Tucumán y Catedral a fines del 2013 y desde entonces el número de ladrones bajó notablemente.
El trabajo de la Metropolitana también se complementará con cámaras de seguridad, que serán controladas desde un centro de monitoreo. Así, será más sencillo identificar a los pungas y actuar de inmediato.
Desde la fuerza porteña creen que será clave la llegada de la policía porteña, pues temen el alejamiento de la Federal. “El contrato venció en septiembre y se renueva por períodos cortos. La intención del Gobierno nacional es sacar a la Federal”, confió una fuente de la Metropolitana.
Los cadetes que trabajarán en las seis líneas de subte se egresaron en diciembre pasado y están siendo capacitados para entrar en funciones. Aunque desde el Ministerio de Justicia prefirieron no dar una fecha, los agentes desembarcarán progresivamente desde marzo, con especial atención en las líneas donde se registran más denuncias por delitos.
La idea es que los policías estén en los andenes, custodiando el ingreso y salida de los pasajeros, y también en los vagones para detener el accionar deliberado de los pungas. En este caso, no vestirán su habitual uniforme sino que usarán ropa de civil, camuflados entre los usuarios.
La prueba piloto tuvo lugar en la línea D y los resultados fueron auspiciosos. Efectivos de civil comenzaron a vigilar el recorrido entre Congreso de Tucumán y Catedral a fines del 2013 y desde entonces el número de ladrones bajó notablemente.
El trabajo de la Metropolitana también se complementará con cámaras de seguridad, que serán controladas desde un centro de monitoreo. Así, será más sencillo identificar a los pungas y actuar de inmediato.
Desde la fuerza porteña creen que será clave la llegada de la policía porteña, pues temen el alejamiento de la Federal. “El contrato venció en septiembre y se renueva por períodos cortos. La intención del Gobierno nacional es sacar a la Federal”, confió una fuente de la Metropolitana.
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