El programa, que tiene como objetivo extender la vida operativa de los P-3 hasta pasado el año 2030, incluye el cambio de las alas, la modernización de los motores y la integración de misiles anti-buque AGM-84 Harpoon del fabricante estadounidense Raytheon.
Dos de los tres P-3 operados actualmente por Chile fueron sometidos a trabajos de mantenimiento mayor y modernización en años recientes en Nueva Zelandia. Los trabajos incluyeron la integración de un nuevo sistema táctico que incluye el radar de apertura sintética EL/M 2022 A del fabricante israelí ELTA y nuevos equipos ELINT/ECM.
La fuerza naval chilena recibió ocho aviones P-3A, procedentes de excedentes de los EEUU, a principios de los años noventa, y puso en servicio tres aparatos como aviones de patrulla, mientras que un cuarto avión de ese tipo fue destinado a funciones de transporte de personal.
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