Por Pablo Novillo - Diario Clarín
La cifra había caído 20% cuando subió el pasaje. La renovación de la línea A, las mejoras en la red y el aumento del colectivo empujan otra vez a los usuarios.
En enero de 2012, cuando el precio del boleto pasó de $ 1,10 a $ 2,50, el subte perdió un 20% de pasajeros. Esa caída se mantuvo casi sin cambios durante el año pasado y el primer trimestre de este año. Sin embargo, la tendencia está cambiando: en abril y mayo la cantidad de usuarios de la red de subtes aumentó más del 15%, y se calcula que a fin de año volverá a superar el millón de pasajeros por día hábil. Hoy lo usan más de 900.00 personas.
Lo indica un informe realizado por Sbase, la empresa estatal porteña a cargo de la red. Durante el primer trimestre, la cantidad de pasajeros de las seis líneas venía en descenso respecto de igual período del año pasado. Pero en abril el total subió un 19% y en mayo un 15%. Sumando los primeros cinco meses del año, la cantidad de usuarios es apenas un 1% menor que el año pasado, y tiende a subir.
Hay varios motivos que lo explican. Uno muy concreto fueron los cambios en la línea A, que estuvo cerrada entre el 11 de enero y el 6 de marzo por el recambio de vagones. Este cierre afectó a toda la red, ya que hubo mucha gente que al no poder tomar la A tampoco hacía combinaciones con la C o la H. Por el contrario, durante ese plazo la línea E vio incrementada su cantidad de usuarios, ya que absorbió parte de los que no podían usar la A. Pero cuando se reabrió la línea y se pudieron empezar a usar los nuevos vagones chinos, con aire acondicionado y más confort, el salto en la cantidad de usuarios fue evidente.
Más allá de esta circunstancia particular, hay motivos de fondo que explican por qué todas las líneas están subiendo su cantidad de usuarios. El primero es económico. Cuando la tarifa saltó a $ 2,50, la diferencia con el valor de los colectivos (costaban $ 1,20) era tan grande que provocó la migración de pasajeros, incluso pese a que en los colectivos se tarda más para viajar. Esto se notaba particularmente en un detalle: en aquellos días en los que, por conflictos gremiales, los trabajadores levantaban los molinetes y dejaban que la gente viajara gratis, los subtes se llenaban.
Pero el 21 de diciembre el Gobierno nacional aumentó las tarifas de los colectivos, cuyo boleto mínimo se fue a $ 1,50 si se paga con la tarjeta SUBE o a $ 3 para quienes abonan con monedas. Al reducirse la brecha, y sumado a que la inflación acumulada hace que los $ 2,50 del subte ya no parezcan tan caros, la gente fue volviendo a viajar bajo tierra. En marzo el Gobierno porteño intentó subir la tarifa a $ 3,50, pero el aumento fue frenado por un amparo judicial, y la causa aún no se resolvió.
Esto fue de la mano con que viajar en colectivo es cada vez más problemático y lento, sobre todo en la zona céntrica. En una Ciudad que vio fuertemente multiplicado su parque automotor en los últimos años, los problemas de tránsito son cada vez mayores y los viajes duran mucho más. Por algo los colectivos que van por el sistema Metrobús de la avenida Juan B. Justo en carriles totalmente exclusivos tardan un 30% menos que antes. A esto se le suma que el centro porteño está particularmente congestionado por las obras del Metrobús de la 9 de Julio y por la peatonalización de varias calles, más la repavimentación recientemente terminada de Paseo Colón, las obras de ampliación del subte E en Leandro N. Alem y los sistemáticos piquetes.
En el Gobierno porteño aseguran que otro factor que hizo subir la cantidad de pasajeros son las mejoras que llevaron adelante desde que tomaron a cargo la red. El presidente de Sbase, Juan Pablo Piccardo, explicó: “Estamos mejorando la limpieza de las estaciones y reparando vagones, entre otras cosas. Además, fue muy fuerte el impacto de los cambios en la línea A. No es que ahora se viaja bien, pero estamos mejorando y esto hace que el subte recupere calidad. Por eso somos optimistas y creemos que a fin de año tendremos muchos más pasajeros”. Por supuesto que a más pasajeros, también más incomodidad para viajar.
En tanto, en Metrovías, concesionaria que opera el servicio, explican el aumento en la cantidad de pasajeros por dos causas: la suba del boleto del colectivo, que achicó la brecha con el subte; y una recuperación de la confiabilidad del servicio tras el paso a la Ciudad y la renovación de la A. Por ejemplo, desde la huelga récord de agosto del año pasado –el subte no funcionó durante diez días–, no volvieron a haber paros generales por parte de los trabajadores.
Claro que el aumento en la cantidad de pasajeros tiene su lado negativo: en hora pico se viaja muy apretado, inconveniente que se incrementa en las líneas C y D, en las que se sacaron formaciones para mandarlas a reparación. En Sbase explicaron que hay 100 coches que deben pasar por una revisión integral, lo que en un principio provocará demoras pero a la larga terminará permitiendo acortar las frecuencias. Además, la empresa estatal está por sumar 36 vagones a la línea B y ya inició la compra de tres formaciones para la C, 120 vagones para la H y 24 para la D, que estarían listas para operar en 2015.
La red de subtes seguirá sumando pasajeros también porque se expandirá. El mes que viene el Gobierno porteño inaugurará las estaciones Echeverría y Rosas de la línea B, que agregarán 50.000 pasajeros por día, y en agosto sumará las paradas de San José de Flores y San Pedrito, que aportarán 35.000 personas más. El 27 de mayo fue inaugurada la estación Hospitales de la H, en Parque Patricios, que le sumó unos 10.000 pasajeros diarios a la red.
Finalmente macri se dio cuenta que cuando se colabora con el gobierno nacional y se trabaja en equipo los resultados se dan. Mucho mejor que cuando se hacia el cheto con el gobierno nacional
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