martes, 21 de mayo de 2013

Más parques nacionales

Editorial del diario La Nación
La donación por parte de Douglas Tompkins de 15.000 hectáreas para ampliar el Parque Perito Moreno es un hecho que debe celebrarse y alentarse
La Argentina ha recibido en donación quince mil hectáreas de la Estancia Rincón, en Santa Cruz, para ampliar el Parque Nacional Perito Moreno. Se trata de un sitio con un paisaje abrumador, con vista hacia el cerro San Lorenzo, perteneciente al filántropo norteamericano Douglas Tompkins, quien, afortunadamente, persiste en adquirir tierras y donarlas a nuestro país para que se transformen en parques nacionales. Así lo ha dicho con franqueza Tompkins en la ceremonia ante el presidente de Parques Nacionales, Carlos Corvalán, al decir que "colaborar con el Estado en la creación de un parque nacional es soñar con ganarse la medalla de oro del Legado Público". 
Y, sin dudas, va tras ese premio: ya adquirió y donó unas setenta mil hectáreas que hoy conforman el Parque Nacional Monte León, sobre las costas oceánicas santacruceñas, y sueña con la creación de un parque en los Esteros del Iberá junto a su organización ConservationLand Trust, en Corrientes, en uno de los sitios con mayor biodiversidad de la Argentina, donde está trabajando en la reintroducción de las especies amenazadas con riesgo de extinción. También está decidido a colaborar con la creación de otro parque nacional, en la Estancia La Fidelidad, en el área de El Impenetrable, en el Chaco, una propiedad de 250.000 hectáreas junto a las aguas del río Bermejo, con una fauna con especies como yaguareté, tapir, tatú carreta, aguará guazú y oso hormiguero, entre otras.

Es difícil no recordar ahora al doctor Francisco Pascasio Moreno. A principios del siglo XX, el reconocido Perito realizó una donación de unas siete mil quinientas hectáreas para la creación del primer parque nacional argentino (área que hoy conforma el Parque Nacional Nahuel Huapi). El reconocido Perito tenía la firme convicción de que esas bellezas debían preservarse como patrimonio público para las futuras generaciones.

La Administración de Parques Nacionales ha recibido donaciones similares en siete oportunidades, de las cuales cinco han sido de ciudadanos extranjeros. Para quienes sancionaron una ley que impone límites al dominio extranjero sobre la propiedad o posesión de tierras rurales, al considerar que pueden apropiarse de nuestros más preciados recursos, esta desprendida donación, por lo menos, debe producir cierta incomodidad.
Tompkins ha sufrido en persona ataques por su condición de extranjero cuando el entonces subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, Luis D'Elía, ingresó en su propiedad en los Esteros del Iberá, justificado como un acto de dignidad y soberanía, ignorando las más elementales leyes sobre conservación de nuestros recursos naturales.
 
Es por eso que da cierto alivio saber que la donación ha sido recibida con entusiasmo por el ministro de Turismo, Enrique Meyer, y por alguien como Corvalán, que conoce los parques nacionales como pocos y que sabe que la lucha para conservar nuestros recursos más valiosos debe ser de la mano de propietarios privados. No sólo por las donaciones sino también porque, si más allá de éstas sólo se promueve un monocultivo, la batalla para conservar la biodiversidad está perdida.

Además del profundo agradecimiento de las actuales y futuras generaciones de nuestro país, este acto es un ejemplo que demuestra que todos los ciudadanos argentinos o extranjeros podemos participar en el proceso de creación de áreas protegidas, podemos colaborar con la compra y donación de tierras y podemos trabajar en crear las condiciones de apoyo público para que esto ocurra. Como ha dicho el propio Tompkins, todos podemos ser parte de la historia grande del país. Es cierto, y por eso hoy la naturaleza argentina está de fiesta. Nosotros lo estamos..

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