Por Antonio Rossi - Diario Clarín
Licitación frenada por diferencias técnicas y los mayores costos derivados de la inflación.
Once. 51 muertos y 700 heridos, en febrero de 2012. REUTERS |
La licitación que el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo lanzó en setiembre pasado se encuentra paralizada por problemas presupuestarios y diferencias técnicas.
Tras dos postergaciones, la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) recibió el 21 de febrero tres ofertas de los siguientes consorcios: Alstom-Emepa; Roggio-Thales y la sociedad conformada por Vossloh, Ansaldo, Rovella Carranza y Comsa. La precalificación de los oferentes estaba agendada para mediados de marzo.
Pero hasta ahora no hubo ningún avance y según la información extraoficial que recibieron las empresas recién en dos o tres meses podría haber alguna definición.
De acuerdo con los datos obtenidos por Clarín, la demora se debería a dos motivos. Por un lado, al hecho de que el presupuesto inicial de $ 654 millones ya quedó desactualizado por la inflación de los últimos seis meses. Los oferentes le pidieron al Gobierno que actualice el monto antes de la adjudicación porque no quieren hacerse cargo de un contrato desfasado.
Y por otro lado, a las diferencias técnicas que tendrían las ofertas. Si bien aún no salieron a la luz las propuestas, los técnicos que tienen que evaluar las ofertas reconocen que será muy difícil hacer un cotejo homógeneo porque el pliego no es lo suficientemente específico y permite la presentación de distintos sistemas y equipos.
El proyecto en juego comprende tres cambios significativos: un sistema integral de señalamiento, un nuevo centro de control operativo y una protección automática de los trenes. En cada formación se instalará una “caja negra” para registrar las contingencias y las alarmas de los viajes. Además de avisar al conductor las velocidades permitidas en cada tramo, el sistema podrá frenar el tren ante cualquier situación de emergencia.
La actual es la segunda licitación que encara la administración kirchnerista para renovar el señalmiento del Sarmiento, que ya tiene más de 50 años. La primera había sido manejada por el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. La obra fue adjudicada en 2006 a Siemens y debió haber estado terminada en 2011.
Si se hubieran cumplido los plazos, se podría haber instalado –tal como estaba previsto– el mecanismo de frenado a distancia que hubiese servido para detener automáticamente al tren que provocó la tragedia de Once donde murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas.
Tras cobrar un anticipo de $ 51 millones y haber realizado el 4% del proyecto, Siemens paralizó los trabajos en 2009 por la falta de respuesta del Gobierno a sus reclamos de actualización de precios.
Ante la inacción oficial, la obra siguió frenada hasta que en agosto pasado Randazzo rescindió el contrato y convocó a una nueva licitación, luego de haber recuperado la suma que el Estado le había entregado a Siemens hace seis años.
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