El CubeBug-1, apodado "Capitán Beto", es
el primer desarrollo de su tipo en el país; pesa sólo dos kilos y se
puso en órbita mediante un cohete chino
En
un hecho histórico, que puede determinar gran parte del futuro de las
tecnologías aplicadas en el espacio, la Argentina puso en órbita esta
madrugada su primer nano satélite, un artefacto que puede cumplir las
funciones de los grandes aparatos que orbitan la Tierra, pero de un
tamaño y un costo infinitamente menor.
El aparato de sólo dos kilos de peso es un desarrollo nacional financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y concebido, diseñado y producido por la empresa Satellogic en colaboración con Invap.
"Tanto el software como el hardware son de plataforma abierta y estarán disponibles para aficionados, universidades e institutos de investigación", explicó a LA NACION Emiliano Kargieman, CEO de Satellogic y responsable del proyecto que desde la sede de Invap en Bariloche presenció el exitoso despegue del cohete que llevaba dentro al "Capitán Beto", el primero de una nueva plataforma de nano satélites de industria nacional, con fines educativos y científicos que fundamentalmente servirá para demostrar el funcionamiento de esta tecnología en órbita.
Democratizar el acceso al espacio
Según Kargieman, la puesta en órbita del primer satélite de esta plataforma pondrá un paso más cerca del objetivo de democratizar el acceso al espacio e impulsar a futuro modelos de negocios innovadores para brindar servicios, además de generar una gran comunidad beneficiada directamente como empresas, laboratorios, universidades y constructores amateurs. Por ello, quienes quieran seguir los pasos de este satélite podrán hacerlo desde su cuenta de Twitter, mientras que los radioaficionados tendrán la posibilidad de comunicarse en directo a través de su dirección en Internet.
Este emprendimiento privado es varias miles de veces más barato que los satélites tradicionales: "En el campo espacial, la tecnología está atrasada a nivel innovación. Los avances tecnológicos son lentos y se hacen de a poco. Por ello, los nano satélites podrán modificar a futuro la tecnología espacial, repensar la industria y generar beneficios a muy bajo costo", agregó el especialista, que detalló que mientras un satélite común puede costar de entre 50 a 500 millones, un nano satélite puede financiarse con menos de 10.000 o 20.000 dólares y lograr amplias funciones.
"Estos nuevos satélites son de una tecnología de fácil acceso como la que se utiliza para fabricar teléfonos celulares y computadoras, que nosotros modificamos para construir componentes espaciales como una computadora de a bordo, una rueda de inercia y una cámara de baja resolución que tomará imágenes de la tierra y las estrellas. Se trata de una plataforma barata, que puede realizarse en tiempos cortos, con estándares abiertos a la comunidad y a los especialistas", añadió Kargieman, de 36 años, que estudió matemáticas y filosofía en la Universidad de Buenos Aires, para luego continuar su perfeccionamiento en Estados Unidos.
Para el emprendedor, que en 2010 fundó su empresa y se ganó la confianza de monstruos como Apple, Cisco, Homeland Security, NSA, NASA, Lockheed Martin y Darpa, "la posibilidad de fabricar satélites mil o diez mil veces más baratos que los satélites tradicionales marca un hito en la historia de la industria satelital".
Un futuro promisorio
"Hasta hoy, los costos de cualquier emprendimiento eran tan altos que redundaban en poca innovación para la industria. El CubeBug-1 puede ser diseñado y fabricado por estudiantes universitarios en un cuatrimestre", explica, para luego describir que los nano satélites poseen múltiples aplicaciones científicas como la observación de la Tierra (para estudios de clima y atmósfera) y las estrellas, la prueba de desarrollos tecnológicos (como nuevos sensores) investigaciones biológicas y médicas, la prueba de nuevos materiales (cristales) y funciones educativas", completo Kargieman, que ya piensa en un nuevo nano satélite a ser lanzado en julio.
El CubeBug-1 será puesto en órbita junto al satélite ecuatoriano NEE-01 Pegaso, el primer satélite en la historia de ese país, lo que los convertirá en los dos primeros nano satélites de Latinoamérica. El lanzamiento ocurrió mediante un cohete chino LongMarch 2 y será monitoreado desde las instalaciones del Radio Club Bariloche en San Carlos de Bariloche. Al alcanzar una altura de 650 km el satélite desplegará sus antenas y comenzará a orbitar alrededor de la Tierra realizando su primera pasada sobre Bariloche a las 9.
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