lunes, 22 de abril de 2013

Infraestructura, un atraso en gran parte de la región

Diario La Nación - No se trata de un problema intrínseco de la Argentina; toda la región presenta graves fallas en la infraestructura. 
La excepción es Chile, que acompañó el crecimiento de la economía con un stock de infraestructura, en algunos casos, levemente superior al que necesitaba. Otros como Brasil o México aún presentan grandes brechas, pero, a diferencia de la Argentina, iniciaron procesos para ampliar el stock de bienes. Mientras tanto, la Argentina está amesetada.

Un documento elaborado en 2011 por Daniel Perrotti y Ricardo Sánchez para la Cepal y presentado en Santiago de Chile determinó que sería necesario invertir anualmente en torno al 5,2% del PBI regional (unos 170.000 millones de dólares de 2000) para dar respuesta a las necesidades que surgirán de las empresas y los consumidores finales de la región entre los años 2006 y 2020. "Si lo que se quiere es alcanzar los niveles de infraestructura per cápita de un conjunto de países del sudeste asiático las cifras anuales requeridas para igual período ascenderían al 7,9% del PBI, unos 260.000 millones de dólares de 2000", concluye el trabajo.

Teniendo en cuenta que la inversión en infraestructura observada en el último período conocido
(2007-2008) ascendió a 2% del PBI, el esfuerzo por realizar se torna significativo. Sin embargo, una adecuada respuesta a estos requerimientos será un determinante clave del modo de inserción de la región en la economía mundial en el siglo XXI y en la calidad de vida de sus habitantes.

Otro estudio de la Cepal de 2010, sistematizó los principales desafíos que enfrenta la región en materia de servicios de infraestructura. Según su visión, América latina padece:

  • Alta dispersión y multiplicidad de visiones públicas respecto a la infraestructura y los servicios, y la consecuente falta de integralidad en el abordaje de las políticas en sus diferentes procesos.

  • Estrechez física o escasez en la provisión de infraestructura y servicios.

  • Fallas u obstáculos institucionales y regulatorios tanto en la conducción de las políticas como en la organización de los mercados.

  • Debilidad o ausencia de criterios de sostenibilidad en la concepción de las políticas de los servicios de infraestructura, especialmente en el transporte.

  • Falta de reglas claras y de mercados para la inversión.

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