sábado, 6 de abril de 2013

Argentina: Estoy harta

Por María Zaldívar
Tras años de comunicación con el público, es hora de hacer una confesión; estoy harta. Estoy harta de los kirchneristas, de sus groserías, del autoritarismo que destilan sus decisiones y de su escandalosa falta de elegancia en los modales.

Estoy harta de la camorra entre Cristina y Scioli e igualmente podrida de los que suponen diferencias esenciales entre ellos.
Estoy harta de los desplantes de Pichetto, un lúgubre cuatro de copas durante su etapa de férreo menemismo allá por los ´90, que ha escalado vertiginosamente gracias a la degradación del sistema que hoy encarama a los peores de antes. Una década más en manos del peronismo hizo estragos en la calidad institucional y así, los agentes de destrucción pasan de don nadie a presidentes de bloque en un puñado de abriles.
Estoy harta de Guillermo Moreno y todas las barbaridades que lo rodean; sus viajes a países imposibles de recordar, de la patota “lumpen” que lo rodean, de sus métodos, de su profunda torpeza y de su enorme ignorancia.

Estoy harta del modelo berreta de país que nos imponen, de la tarjeta para pobres que instaló para quienes no tienen opciones al transporte público que ellos administran mal y caro con la inestimable colaboración o connivencia de un puñado de amigos tan inescrupulosos como los funcionarios que los participan. Estoy harta de que siempre levanten la apuesta ante la pasividad de la sociedad y que ahora nos encajen una tarjeta de racionamiento, que la gente va a correr a obtener y los comerciantes se van a deslomar por hacer que funcione.

Estoy harta del Futbol para Todos, las milanesas para todos, los electrodomésticos para todos y de la falaz propaganda sobre que la Argentina es “un país con buena gente”, a menos que se excluyan los autores del slogan.

Estoy harta de la inflación, de los precios máximos, de las dificultades para conseguir artículos importados y nacionales; de los precios congelados que aumentan; estoy harta de la vergonzosa propaganda del régimen, de la cadena nacional con Cristina Pichimahuida dando cátedra de todos los temas como si supiera de alguno; de los aplaudidores, de las mentiras con las que se drogan y con el relato, que apesta.

Estoy archi-harta de las torpezas K, de los dimes y diretes, del enojo permanente que tienen con el mundo, de su mirada ínfima y obtusa de la realidad, y de su anoréxica cultura.

Estoy harta de Diana Conti, de Kunkel y Lubertino; de Recalde (padre e hijo), de Kicillof, La Cámpora y del verborrágico Aníbal Fernández. Estoy podrida de Unidos y Organizados, de la Juan Domingo y de todos los que cobran para no trabajar. Nadie dice nada interesante y nunca, la verdad. Me tienen realmente harta.

Pero también estoy harta del PRO y su seguidismo; del perfil de “gente como uno” que de arranque nos vendieron y que ahora vemos que tiene más de “gente como ellos” que como nosotros. Estoy harta de su silencio frente a temas de gravedad institucional, derivación natural de su falta de raíz ideológica (la única fortaleza que tiene un partido político frente al embate de los huracanes K).

Estoy harta del snobismo político que suma candidatos por la sola evaluación de su popularidad. Es probable que los futbolistas y actores que arrastran las listas PRO no hayan leído la Constitución Nacional, de modo que el motivo por el que se saltean el requisito de “idoneidad” para ejercer cargos públicos es simple ignorancia.

Estoy harta de la izquierda vernácula que ha venido allanando el tejido oficialista en el Congreso. En verdad, estoy podrida de la brecha entre lo que dicen en “A Dos Voces” y en el recinto. Estoy recontra harta de estos actores y actrices frustrados.

En verdad, estoy harta de tantos frustrados dirigiendo el país.

Ojo que también estoy harta de los radicales quienes, desde el pacto de Alfonsín con Menem, vienen siendo menos de lo mismo y no aportan a la complejidad política nacional más que burócratas vitalicios.

Estoy harta de que, cuando las papas queman, no se ubique a ninguno de todos ellos ni publicando un edicto.

Estoy harta del empresariado, dividido entre adicto y cobarde pero cómplice en todos los casos. Estoy harta de escucharlos criticar en privado y arrastrase en público, y aplaudir, y mover la cabeza como el perro de juguete para luneta del auto. De lejos se nota que son falsos, como el perro, pero al gobierno no le importa. Como el dueño del auto, se contentan con la farsa.

Estoy harta de la mediocridad intelectual de cierto periodismo militante que, por unos cuantos mangos, es capaz de ensalzar un régimen que atenta contra la libertad de expresión.

Estoy harta de tener vergüenza ajena de nuestros funcionarios, diplomáticos y dirigencia en general. Vergüenza del papel lamentable que hace la Cancillería; vergüenza de que no queramos devolver lo que no nos pertenece; vergüenza porque mentimos, inventamos y tergiversamos todo, todo el tiempo.

Estoy harta de ir a Ezeiza a despedir gente valiosa que abandona esta ex república que marcha sin pausa hacia la instalación permanente de una dictadura electiva.

¿Saben qué, señores? Estoy harta, hastiada del peronismo que ha devastado los cimientos de la nación y la connivencia de los demás sectores que, por acción u omisión, les han permitido pudrir absolutamente todo.

Fuente:
Maria Zaldivar (Argentina) - http://maria-zaldivar.blogspot.com.ar/2013/04/estoy-harta.html#comment-form

5 comentarios:

  1. A los lectores del blog:

    Lo único que pido es que no compremos el discurso facilista y actual, pero muy peligroso de la "apolítica".

    Lamentablemente vemos dia a dia como nuestros funcionarios, TODOS ELEGIDOS CONSTITUCIONALMENTE Y POR LOS CIUDADANOS ARGENTINOS (GRACIAS A DIOS), nos defraudan un poco más cada día, vemos como pisotean las instituciones republicanas llevándose puesto todo a su paso. Vemos como la corrupción ha invadido todo los órdenes de la vida cotidiana, degradando el bienestar social de nuestra nación.

    Por otro lado, vemos como la oposición, la "alternativa", se debate en un limbo ideológico, sin plataformas, sin candidatos válidos, sino fuera por el apoyo de algunos grupos mediáticos no tendríamos ni idea de quienes son y que piensan. La oposición en este país, literalmente no existe.

    Uno ve que en las elecciones de este año el "voto castigo" hará estragos en las filas del oficialismo, como lo hizo en las elecciones legislativas del 2009 donde perdieron la mayoría en el congreso, pero esto no debe confundirnos, la gente sabe muy bien que no necesita candidatos idóneos para sólo levantar la mano en el congreso a la hora de votar y decir "NO" a cualquier propuesta del oficialismo (metáfora, en realidad se vota apretando un botón); la hora de la verdad se ve en las elecciones presidenciales, como en el año 2011 y se verá en el 2015, ahí la gente vota al mejor candidato o, como sucedió en las últimas elecciones, al menos malo, eso si, siempre pensando en el bolsillo de cada uno. Falta mucho pero a uno lo desespera al ver las diferentes alternativas.

    Con todo esto quiero decir que por más enojo y desencanto con la política que tenga la gente, no podemos perder el "entusiasmo democrático", no caer en el hartazgo que manifiesta la Señora M Zaldivar porque estaríamos dando el lugar que nos corresponde como ciudadanos argentinos a la apolítica, o bien, a la mala política, a un estado débil donde un gobierno débil, sin apoyo del pueblo argentino es manejado como una marioneta por el "poder detrás del poder", esa clase de gente que nos ha explotado y se ha aprovechado de los históricos desencuentros entre los argentinos con el único objetivo de seguir multiplicando sus patrimonios. NO PODEMOS CAER EN ESO, NO PODEMOS PERDER LAS ESPERANZAS.

    Y como decía Arturo Jauretche: "El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza."

    METÁMOSLES UN POCO DE FE Y GARRA, ALGUNO BUENO TIENE QUE SALIR EN 200 AÑOS DE HISTORIA.

    Atentamente, Sebastian Dolce

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  2. Esta debe ser la frase del milenio:

    Estoy harta de Guillermo Moreno....

    sus viajes a países imposibles de recordar....

    y de su enorme ignorancia.


    A ver....acusar a alguien de ignorante parte por ir a paises que no conosco?? No deja mas que claro la ignorancia del que escribe que la ignorancia a los que ataca?

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  3. Señor Jorge...: Vea Usted que somos muchos los que estamos repodridos de esto que nos pasa...y esto es, sin mencionar que copiamos y readaptamos, lo que nos indican desde Cuba y Venezuela.
    Hoy sabemos que, su presidente maduro, “Habla con un pajaro” y que, además, hace sonidos onomatopeyicos al respecto.
    Que hace dos años en bolivia, evo, bailó la danza indígena para que la tierra produjera… MAS COCA.
    Estamos peleados (o proximos a este hecho) con Chile, con Paraguay, con Brasil, que nos miramos con resquemor con bolivia y ahora, al viejo mujica “se le escapo un sinceramiento” con ella….y PARA COLMO DE DESFACHATADA VERGÜENZA AJENA, “ella” no aceptó la donación de u$d 50 mil que el gobierno de Paraguay nos enviaba de ayuda para los inundados…¡¡¡TODA UNA JOYITA!!!.
    Hace poco critiqué…COMO CORRESPONDE…al muerto venezolano, a quien, gracias a la TREMENDA IGNORANCIA DE ESE PUEBLO, permiten y alaban a quien lo ha transformado “EN PAJARO”…
    PERO JORGE…CON ESTOS ESTAMOS…
    - nicaragua
    - cuba
    - venezuela
    - bolivia
    - ecuador
    …una muestra absoluta y absurda de despilfarro senil y falta de coherencia elemental. Quisiera conocer personalmente a la autora de la nota, para estrecharle la mano y sumarme a la web…
    ”ESTAMOS REPODRIDOS DE KRISTINA.COM”
    Un Abrazo
    NINE - Analista

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  4. elosoargentino06 abril, 2013

    Nunca, pero nunca, nada de lo que se haya escrito en este blog me ha representado tan fiel, completa y profundamente como esta nota.

    Adhiero a ella por completo y en todas sus partes desde la letra inicial hasta el punto final. Define mi hartazgo como si la hubiera escrito yo mismo.
    Cuente con mi acuerdo, Sra. Zaldívar.

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  5. Mi total acuerdo con la Sra. Zaldivar y su artículo. Lo preocupante es que no se ve una oposición coherente y activa.

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