Por Víctor Litovkin, Rusia Hoy
El Ministerio de Defensa ruso ha decidido interrumpir las
adquisiciones de vehículos blindados italianos Iveco LMV, que fueron
rebautizados en Rusia como 'Lince'. La noticia ha sido anunciada por el
coronel general Vladímir Chirkin, comandante en jefe de la infantería, a
su paso por la ciudad de Izhvesk, en su visita a la fábrica local de
automóviles.
Chirkin
explicó que los 1.775 vehículos 'Lince' adquiridos según el
contrato firmado con la empresa italiana ya han sido abonados y serán
montados en las fábricas rusas. Pero la segunda partida de 1.200
carros armados, cuya compra estaba prevista en el ámbito de un
programa de intercambio, "será cancelada" en términos
amistosos por el Ministerio. Actuará del mismo modo también con el
vehículo blindado Centauro, que actualmente está en fase de
evaluación en una base militar cerca de Moscú.
¿Por
qué no han quedado satisfechos los militares rusos con los vehículos
acorazados italianos, cuando hasta hace tan poco los habían recibido
calurosamente?
¿Se trata únicamente del hecho de que los nuevos
dirigentes militares quieren deshacerse de las decisiones apresuradas
y poco previsoras tomadas por sus antecesores en el cargo, y a los
italianos les toca, por decirlo así, pagar los platos rotos? ¿O
quizá, como afirman algunos expertos, en la dura competencia, el
lobby de la industria militar nacional ha vencido a Iveco?
La
respuesta a todas estas preguntas no puede ser sencilla: todas son
ciertas, pero se añade un factor más.
En
primer lugar, veamos por qué los militares rusos decidieron de
imprevisto adquirir este blindado ligero italiano y si el Lince es,
efectivamente, el mejor medio blindado de su categoría.
Vehículos
que no garantizaban la seguridad
Iveco
había atraído la atención de los expertos militares durante un
salón internacional de Defensa que se celebró en París. Rusia
estaba buscando un sustituto para el autoblindado pesado de
infantería BMP-2 y para el vehículo acorazado para el transporte de
tropas BTR-80, que constituían el equipamiento mecanizado
fundamental del Ejército de Tierra.
Estos
vehículos habían dado unos resultados que para nada despertaban
entusiasmo durante la guerra en el Cáucaso Norte, en Chechenia y
Daguestán, y unos resultados pésimos durante la agresión georgiana
contra Osetia del Sur en agosto de 2008.
Con
esto quedó claro que los medios de combate ideados para guerras a
gran escala, en los que la amplitud de los espacios en el frente
consiente avanzar hacia el enemigo en vehículos acorazados, tras
carros armados BMP y BTR, son muy poco adecuados para las batallas en
desfiladeros entre montañas o por las calles de las ciudades.
En
este tipo de situaciones los vehículos pueden convertirse fácilmente
en blanco de un lanzagranadas o ser atraídos hacia zonas minadas; el
depósito de combustible puede ser perforado por proyectiles
disparados con un fusil de asalto o una ametralladora de gran
calibre. Ademán, los proyectiles de carga hueca que penetraban en el
vehículo mataban a todos los soldados que se encontraban en su
interior.
Precisamente
por este motivo los soldados, hasta momento de la batalla, preferían
avanzar no dentro de los BTR, sino sobre la carrocería, en el
exterior.
Desde
allí, en caso de explosión, eran lanzados a tierra. La industria
militar rusa, debilitada por la falta de dinero en los años 2000, no
tenía capacidad para proponer una alternativa a estos vehículos. En
realidad, tampoco se esforzó demasiado. Las fábricas actuaban con
la convicción de que los militares tampoco tenían elección y que
habrían terminado aceptando los productos disponibles.
El
Ministerio de Defensa trató de dinamitar esta lógica, demostrando
que podía comprar en el extranjero todo lo que necesitaba el
ejército. Así nació la relación con Iveco.
Los
especialistas italianos afirmaron que la cubierta blindada del Lince
garantizaría una protección de sexto nivel, según los estándares
Gost R50963-96, y que podía resistir a impactos de proyectiles de
7,62 mm de calibre. La parte inferior de la estructura, por su parte,
aunque quedaría inutilizable, podría salvar a los tripulantes de la
explosión de una carga de hasta 6 kilos de TNT, lo que corresponde
al segundo nivel de protección del estándar Stanag 4569.
Cuando
empezó la odisea del Iveco LMV, antes que el autoblindado recibiese
el sobrenombre de 'Lince', los carros rusos no podrían ofrecer las
mismas prestaciones. El nivel de protección fue, por tanto, uno de
los principales argumentos a favor de la adquisición de vehículos
importados.
Además,
en el negocio participó la corporación estatal 'Rostejnologui', que
propuso ensamblar los blindados extranjeros en las fábricas de
Kamaz, de las que era propietaria. Esto supuso un impulso más para
la adquisición de los vehículos italianos. Y además, se había
llegado incluso a hablar del desplazamiento de la producción Iveco a
plantas rusas: se partiría de un 30% hasta llegar, en un segundo
momento, al 100%.
Pero,
por lo que parece, cuando tomaron la decisión de comprar los Lince,
los militares no se tomaron la molestia de efectuar pruebas
exhaustivas, como las que deben superar todos los medios militares
que entran en la dotación del ejército ruso.
Características
del Tigre
Se
descubrió así que los autoblindados rusos 'Tigr', (Tigre)producidos
en la fábrica de AMZ (Arzamasski Mashinostroitelni Zavod) y que
forman parte del equipamiento de las tropas del Ministerio del
Interior, no tienen nada que envidiar a los 'Lince' e, incluso, son
mejores en algunos aspectos.
Por
ejemplo, sobre el techo del 'Tigr' se puede instalar un arma de mayor
peso que sobre el 'Lince'. El 'Tigr' puede transportar diez soldados,
en lugar de los cuatro del carro italiano. Además, la adquisición
de los primeros 300 Iveco, un hecho bastante desagradable para los
productores de la industria militar rusa, los ha impulsado a
modernizar más rápidamente sus productos, a tratar de hacerlos
cumplir los requisitos del ejército, e incluso, a superar sus
expectativas.
De
este modo, aparecieron en Rusia los nuevos medios ligeros 'Volk'
(Lobo) y 'Skorpion', mientras que el 'Tigr' aumentó su blindaje,
hasta alcanzar el nivel 6 tanto en protección contra proyectiles
como contra minas.
Por
tanto, ha avanzado el trabajo en las prometedoras plataformas, cuyos
nombres en clave son 'Armada', 'Kurganets' y 'Bumerang', para
brigadas pesadas, medias y ligeras. Esta año, los primeros
ejemplares de estos vehículos, equipados con diversos tipos de
armamento, deberían llegar a las bases militares para los test de
fabricación y las pruebas de campo.
Por
tanto, los 1.775 'Lince' seguirán en la dotación del ejército
ruso, aunque sea para los desfiles (algunos ya tomaron parte en el
desfile del Día de la Victoria, el 9 de mayo de 2012 en la Plaza
Roja). Pero
servirán también para otros menesteres: por ejemplo, para la
policía militar que será introducida dentro de poco entre las
tropas. Sin embargo, para los combates, cuando tengan lugar, nuestros
soldados y oficiales usarán vehículos blindados de fabricación
nacional.
En
cualquier caso, le debemos un caluroso agradecimiento al Lince Iveco,
por haber dado impulso al sector de la industria militar rusa.
No hay como tener a un lince mordiéndote el trasero para hacerte correr.
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