miércoles, 6 de febrero de 2013

Se rompió otro buque militar, en alta mar


Por Daniel Gallo - LA NACION
El transporte Canal Beagle sufrió una avería y tuvo que abandonar una misión; sucesión de casos

El buque Canal Beagle estaba destinado a la campaña antártica. Foto: Archivo

Al hundimiento del destructor Santísima Trinidad se sumó otro incidente con un buque de la Armada, que sufrió una avería mientras navegaba frente a la costa bonaerense. El transporte Canal Beagle debía llevar combustible y abastecimientos desde el puerto de La Plata hasta Ushuaia, como parte de la campaña antártica, pero por un problema en el eje de hélice terminó fondeado frente a Bahía Blanca.

Fuentes navales estiman que las reparaciones demandarán dos semanas, por lo que anoche se analizaba en el Estado Mayor Conjunto cómo se reprogramará el sostén logístico de las bases frente al percance del Canal Beagle.

Los barcos militares tuvieron en los últimos meses una sucesión de inconvenientes en alta mar, algo muy inusual. Las corbetas clase Meko 140 padecieron roturas que las sacaron de servicio, y la Espora tuvo que ser reparada durante tres meses en Sudáfrica. Regresó a la Argentina el mes pasado, un día después del amarre en Mar del Plata de la Fragata Libertad, liberada tras un embargo en Ghana .

El Canal Beagle era parte de una compleja operación de abastecimientos a las bases en la Antártida, ya que debía derivar su carga a un buque polar alquilado por el Gobierno para cruzar los hielos. Una posibilidad es que ese barco, el holandés Timca, cargue las provisiones en la Base Naval de Puerto Belgrano, donde será llevado el Canal Beagle.

La rotura en el transporte Canal Beagle fue detectada al medirse una anormal temperatura en un cojinete del eje de hélice. Esa situación llevó a decidir la anulación de ese sistema de propulsión y la convocatoria de urgencia a técnicos para resolver la situación.

Una empresa civil es la encargada de efectuar la reparación, dado que había realizado poco tiempo antes una inspección general del buque. Los militares confirmaron que aún había una garantía, por lo que el arreglo no demandaría gastos. Sí se buscó solucionar el inconveniente mediante la canibalización de un buque de características similares, el Cabo de Hornos, en procura del repuesto de urgencia. Finalmente se optó por pedir a la empresa un material de reemplazo.

Las reparaciones del Canal Beagle se realizarán en Puerto Belgrano, donde el 20 del actual está prevista desde anoche la llegada del buque polar holandés Timca para cargar las provisiones necesarias para las bases antárticas.

Más allá de la sucesión de percances navales, en la Armada se señalaba ayer que otros tres buques de sostén antártico cumplían funciones con normalidad. El Puerto Deseado inició el cruce a la Antártida para apoyar investigaciones oceanográficas, el Suboficial Castillo se integró a la patrulla combinada con Chile y el San Blas, gemelo del Canal Beagle, está en la Antártida como apoyo al destacamento de Brasil.

El episodio ocurrido en el transporte Canal Beagle puso en foco de atención la actual campaña antártica. Si bien se concretaron los cambios de dotaciones en bases por vía aérea, como en el caso de la base antártica Belgrano II, la programación del abastecimiento marítimo tiene complicaciones adicionales a la rotura de uno de los buques implicados en ese proceso.

En la base Belgrano II la provisión se realizará por lanzamiento aéreo de la carga, tras el paso de aviones Hércules. Por el momento, la nueva dotación llegó con una aeronave rusa Ilyushin 76, propiedad de una compañía norteamericana contratada por el Gobierno. Esa base no tendría mayores dificultades, dado que ya se realizó lanzamientos de cargas allí en otras ocasiones.

El problema es que en otras bases, como la San Martín, no es factible abastecer por aire y depende sí o sí de la llegada del buque polar contratado. Y eso sólo puede hacerse en la reducida ventana temporal de buen clima. Ese buque se encuentra en navegación y se estima que a fines de febrero podrá iniciar el cruce a la Antártida. Expertos en el área recordaban que con el rompehielos Irízar en funciones la campaña podía prolongarse hasta mediados de abril, pero con ese buque estratégico en reparaciones desde el incendio en 2007 se perdió esa capacidad.

Este año parte de la demora fue producto del cambio de compañía contratada. Quienes están al tanto de la negociaciones indicaron que la oferta rusa -cuyo buque polar realizó las campañas argentinas desde 2008- presentó exigencias que no podían ser cumplidas. Por eso se optó por el buque holandés. Las fuentes afirman que fueron contratados dos IceMasters (baqueanos de la navegación en hielos) argentinos para compensar la falta de experiencia general de la tripulación.

En general, las autoridades son optimistas acerca de que no se llegará al peor escenario -un repliegue de bases-, pero sí reconocen demoras anormales. Y encima, se rompió un buque.

Casos que se repiten

Hundido en el muelle: El mes pasado se fue a pique el inactivo destructor Santísima Trinidad, que estaba amarrado en la base de Puerto Belgrano

Corbetas averiadas: Las clase Meko 140 Spiro Gómez Roca y Espora sufrieron serios desperfectos en los últimos meses

Pobre patría mia...

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