viernes, 1 de febrero de 2013

Los containers “all inclusive” debutaron este año en Pinamar


Por Diego Geddes - Diario Clarín
La movida se llama “Glamping” y consiste en alojarse en la naturaleza sin resignar lujo.
Armonía. Los container fueron traídos desde el puerto de Buenos Aires y reciclados como habitaciones de hotel.

Dos pares de containers sueltos en el medio del bosque: una postal un tanto artificial que sin embargo tiene cierta armonía. Este paisaje forma parte de una nueva tendencia que está creciendo en todo el mundo y que tiene su primer exponente aquí en Pinamar. El “Glamping” es la moda de alojarse en contacto con la naturaleza, con parámetros ecológicos y de cuidado del medio ambiente, pero sin perder el confort ni el lujo. En algunos centros turísticos, como en Punta del Este o en la Patagonia, el Glamping adopta su forma tradicional (de ahí su nombre: Glamour + Camping), pero en Pinamar la movida fue creada con una diferencia sustancial. En lugar de carpas, el turista se aloja en containers, que fueron traídos desde el puerto de Buenos Aires y reciclados para ser usados como una habitación.

En una temporada de reservas “flacas”, en Alterra dicen que les está yendo bien, por tratarse de una propuesta diferente. El Glamping nació en Africa, cuando el turismo europeo empezó a realizar safaris turísticos por ese continente, tratando de perder el menos confort posible dentro de ese entorno poco preparado y algo hostil para la industria turística. Y de a poco se fue extendiendo en todo el mundo, como parte de una tendencia integral que implica que el turista quiere no solo alojarse, sino también vivir una experiencia. Y además reclama servicios varios: desde hidromasaje y spa hasta conexión wifi.
Silvana Spina, una de las dueñas del lugar, dice que los clientes son en su mayoría parejas jóvenes o con hijos chicos: “Buscan alojarse en un lugar moderno, pero que a la vez tenga una mirada consciente de los temas ecológicos. Los containers son viviendas sustentables, y todo el proceso de reciclaje se hizo con materiales reciclados”. La idea es que funcionen cada vez más con recursos naturales, aunque por ahora descartan instalar paneles solares porque implicaría sacar árboles. “Decidimos priorizar el bosque”, cuenta Spina.

Los containers para dos personas tienen el tamaño tradicional, mientras que los que son para cuatro son dos unidades ensambladas, en forma de “L”. Si uno se teletransportara a la “habitación”, no notaría diferencia alguna con cualquier de las otras plazas aquí en Pinamar: dentro del container hay dos camas de dos plazas, cocina y baño, equipados además con heladera, microondas, anafe eléctrico, aire acondicionado y hasta una parrilla. Hay también una huerta orgánica, de donde los huéspedes pueden sacar sus verduras para cocinar. Y los tachos de residuos siempre vienen de a tres, para separar y reciclar.

Otra feliz coincidencia con Proyecto Pragmalia: http://proyectopragmalia.blogspot.com.ar/2010/02/248-edificios-de-bajo-costo-con.html

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