viernes, 15 de febrero de 2013

Autos con sello argentino: de emblemas de la industria nacional "for export" a dolor de cabeza para el Gobierno K

Por Juan Diego Wasilevsky (iProfesional.com) - Los 0km fabricados en suelo local explican la mitad del crecimiento industrial. A su vez, 1 de cada 2 dos vehículos producido aquí se vende en las concesionarias brasileñas. El problema es que cada vez compran menos y esto trae serias consecuencias para la administración kirchnerista. Nueva realidad
Luego de un año complejo como fue el 2012, con una caída del 8% en el nivel de producción y del 18% en el ritmo de exportaciones, la industria automotriz argentina se preparaba para dar revancha en este 2013.

Los directivos de las principales automotrices daban como un hecho que, tras la floja performance del último período, la actividad retomaría la senda del crecimiento y podría alcanzar o incluso superar los récords de 2011. Pero lo cierto es que enero trajo una de cal y una de arena para esta rama de actividad, fundamental para las estadísticas oficiales, dado que explica la mitad del crecimiento de la industria argentina.

En concreto, según datos divulgados por la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), el mes pasado la producción de vehículos experimentó una suba cercana al 5% respecto al mismo período del año anterior.
Sin embargo, hubo un dato que llamó la atención y generó preocupación entre las terminales: las exportaciones cerraron enero con una preocupante caída del 8%. Y eso no es todo: las cerca de 24.200 unidades enviadas al exterior representaron el volumen más bajo de los últimos 34 meses.

En efecto: tal como se puede ver en la siguiente infografía hay que retrotraerse a febrero de 2010 para encontrar una cifra más baja que la registrada en este arranque de 2013.
En relación al pobre dinamismo que muestran las exportaciones de autos argentinos, que vienen de un preocupante derrumbe el año pasado, desde ADEFA explicaron que "influyeron factores estacionales como las paradas por vacaciones, tareas de mantenimiento y mejoras en las plantas". En este sentido marcaron que "sólo dos fábricas operaron tiempo completo en el mes".

Sin embargo, y pese a esta explicación, está claro que los vehículos con sello nacional están teniendo serios problemas para insertarse en los principales mercados internacionales. Uno de ellos es México, país con el que la Argentina recién acaba de reflotar el acuerdo bilateral automotriz, luego de que la administración kirchnerista lo diera de baja a comienzos de 2012 ante el explosivo crecimiento del déficit comercial.

Desde ADEFA se mostraron confiados en que en los próximos meses México comience a demandar más unidades albicelestes y que esto le pueda dar un poco de oxígeno al golpeado negocio exportador.
Sin embargo, este mercado, antes de la crisis bilateral, apenas representaba el 3% de la demanda total de autos argentinos desde el exterior, lo que deja a las claras que el "efecto arrastre" que tiene México puede ser importante pero no definitorio para esta industria.

Así las cosas, todas las miradas están puestas en Brasil, principal socio comercial y responsable de adquirir 8 de cada 10 vehículos exportados desde la Argentina, equivalentes a prácticamente la mitad de lo que se produce en la plaza local.

El problema es que en Brasil se está dando un hecho inédito: el país vecino está importando cada vez menos autos nacionales, justo en momentos en que las ventas en ese destino no paran de batir récords. Esto se pudo ver claramente en 2012, cuando allí se comercializaron unas 3,8 millones de unidades y las exportaciones argentinas, lejos de sentir ese estímulo, se desplomaron.

En buen romance: en tierras de Dilma Rousseff constantemente se vienen superando las cifras máximas de patentamientos pero la Argentina parece estar quedando relegada de esa "fiesta del consumo".

Esto implica un gran dolor de cabeza para la administración kirchnerista, dado que una caída de las exportaciones implica un menor ingreso de divisas al país y un duro golpe para el superávit comercial, dado que los autos fabricados en la Argentina apenas tienen un 30% de contenido nacional. Y, en la medida en que no puedan ser colocados en el exterior a un buen ritmo, cualquier aumento en la producción tendrá efectos negativos en el saldo, porque para fabricarlos sí o sí se requiere de una mayor proporción de partes importadas.

De hecho, e estima que el sector autopartista generó un déficit superior a los u$s6.000 millones en 2012 Así las cosas, de no crecer los envíos al exterior a lo largo de este año y de continuar aumentando los patentamientos en el mercado interno, la industria automotriz absorbería más de esas divisas que tanto quiere cuidar el Gobierno.

Para empeorar las cosas, enero último dejó otro dato revelador y que genera alarma entre los funcionarios: tal como se mencionara, mientras que las exportaciones nacionales experimentaron una preocupante caída hacia el mercado brasileño, alcanzando así el peor nivel en casi tres años, en Brasil se llegó al mejor mes de enero de toda la historia en materia de ventas de 0Km, con un alza del 17,5% respecto al mismo período de 2012.

Un problema en clave de samba

A la hora de buscar razones de esta pobre performance de los autos nacionales en el país vecino, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional, alertó a iProfesional.com que "estamos perdiendo participación en ese mercado y hay una multiplicidad de causas que lo explican".

Para los expertos, hay tres factores principales que influyen para dar origen a este contexto en el que los patentamientos en Brasil crecen a todo vapor pero los envíos hacia ese destino no levantan cabeza:

1- Disparidad en los proyectos de inversión: mientras que en la Argentina los desembolsos por parte de las terminales son de a cuentagotas y los anuncios son cada vez más espaciados, el país vecino está recibiendo una masiva lluvia de fondos.

Al respecto, desde ANFAVEA, la cámara que nuclea a las terminales brasileñas, estiman que en los próximos años el sector desembolsará unos u$s22.000 millones, lo que permitirá incrementar significativamente el nivel de producción. De este modo, los expertos no dudan en que Brasil, así como pudo conseguir autoabastecerse de petróleo, podrá lograr algo similar pero en el terreno de los 0Km.

Sucede que la cantidad de proyectos en ejecución es tal que se espera que, a partir de este 2013, los autos con sello brasileño empiecen a ganar market share en detrimendo de la competencia importada, especialmente tras la decisión de la presidenta Rousseff de premiar a las empresas que inviertan en su país con claras ventajas impositivas.

A continuación, un gráfico que exhibe los principales proyectos en ejecución en ese destino:

"El ritmo de inversiones que existe en Brasil es muy fuerte. Hay jugadores que amplían producción y otros que buscan ingresar por primera vez al Mercosur y muchas marcas lo hacen privilegiando ese país", destacó Maximiliano Scarlan, economista de Abeceb.com.

Esto está repercutiendo en la "guerra" por captar plataformas, es decir, qué modelos pasarán a fabricarse en suelo brasileño y cuáles quedarán para la Argentina. Así las cosas, en este concierto por ganar inversiones, Ochoa destacó un punto preocupante: Brasil está quedándose con la mayoría de los proyectos, en tanto que la Argentina debe conformarse con muy pocas novedades.

Y los efectos ya pueden observarse: uno de los principales vehículos nacionales que se exporta a ese destino está siendo reemplazado por el Onix, un modelo de fabricación brasileña, según confió off the record a iProfesional.com un importante directivo de una terminal.

En efecto, el recién lanzado Chevrolet Onix se convirtió en un fenómeno de ventas y, pese a tener pocas semanas en el mercado, ya se posicionó como el sexto vehículo más vendido en el país vecino. Incluso, expertos de la industria brasileña aseguran que la excelente aceptación de este modelo fue clave para el crecimiento de las ventas de 0Km en Brasil, tal como lo reflejaron los medios locales:

2- Diferencia de costos: en un contexto inflacionario local como el actual, la industria no puede salir indemne. Por el contario, las terminales están sintiendo en carne propia la constante suba de costos, a punto tal que, semanas atrás, Isela Costantini, la número uno de General Motors Argentina, alertó públicamente y sin tapujos que en 2013 la planta que la automotriz tiene en Rosario se convertirá en la más cara de la región.

A esto se suma que las terminales argentinas deben lidiar con un contexto interno complejo y plagado de regulaciones, las cuales no hacen más que agravar el problema de competitividad, tales como la imposibilidad de girar divisas al exterior, tener que trabajar con precios monitoreados por el Ejecutivo y enfrentar dificultades para ingresar vehículos de afuera para completar sus portafolios.

3- El desembarco de la "legión china" en Brasil: si bien en los últimos meses se conoció el desembarco de marcas de lujo en el país vecino, como por ejemplo BMW, así como también el potencial proyecto que podría iniciar la alemana Audi, lo que más preocupa a los expertos es la "avanzada asiática", más precisamente, la que proviene de China.

Sucede que, hasta el año 2016, empresas de ese origen tienen en carpeta planes de inversión por más de u$s2.000 millones en tierras brasileñas, con el objetivo de fabricar un total de 450.000 unidades anuales.
Esto implica que la producción de las automotrices chinas -contabilizando los proyectos ya iniciados y los que se encuentran bajo estudio- equivalen al 60% de lo que la Argentina exportó a Brasil en 2012.

Las líderes de esta "legión" son Chery, que está levantando una planta en San Pablo de la mano de un desembolso de u$s400 millones, y Lifan que, con un monto similar, también está construyendo su propia fábrica en Bahía para producir modelos económicos que partirán desde los u$s15.000.

El punto central es que China, además de centrarse en la fabricación de autos baratos, también se está metiendo en la pelea por los vehículos medianos, que competirán a futuro con las versiones fabricadas en la Argentina, lo que ya se descarta será un gran peligro para la industria nacional, dado que, a partir de sus bajos costos y mejoras continuas en la calidad, amenazan con "coparle la parada" a los 0Km albicelestes.

El mercado interno, ¿el salvoconducto?

En este contexto complejo y de mucha incertidumbre en el plano exportador, en el mercado doméstico están de festejo. No es para menos, desde la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) informaron días atrás que, durante enero, los patentamientos superaron las 107.000 unidades, logrando así el segundo mejor inicio del año de la actividad.

En este sentido, el presidente de la entidad, Abel Bomrad, destacó que "el dato importante es que la firma de boletos es constante, lo que nos hace ser optimistas con el nivel de actividad a la hora de empezar a proyectar el 2013".

De este modo, en un escenario en el que las proyecciones hablan de un crecimiento de la economía cercano al 4%, las autoridades de ACARA estiman que este año podría superarse la marca histórica de 858.000 vehículos que se consiguiera en el 2011.

Frente a este contexto, en el que Brasil pasó de ser un aliado a una gran amenaza, el mercado interno apunta a convertirse en la única tabla de salvación para las terminales locales. El problema lo tiene el Gobierno, que si bien sin dudas festejaría como un logro un nuevo récord de patenamientos, por detrás sufrirá una sangría de miles de millones de dólares. 

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