martes, 8 de enero de 2013

El caza ruso Su-35S se abre paso en China




Autor: Vasili Kashin - Voz de Rusia
 Су-30СМ истребитель ввс россии
Foto: Ria Novosti

"En lo que respecta al caza polivalente Su-35, valoramos como muy positivas las perspectivas de su promoción en el mercado chino", declaró el subdirector del Servicio Federal de Cooperación Técnico-Militar de Rusia, Viacheslav Dzirkaln.

La experiencia operativa con este avión puede dar lugar a un nuevo y fructífero capítulo de cooperación entre los dos países en materia técnico-militar.

En estos momentos, entre Rusia y China existe un principio de acuerdo que fue resultado de muchos años de intensas negociaciones para suministrar a la República Popular veinticuatro aviones Su-35S. Inicialmente, Rusia se proponía exportar a China al menos cuarenta y ocho aviones de este tipo, mientras que China intentaba comprar unas pocas unidades para su estudio.

Es evidente que lo que suscitaba el interés de los chinos eran los motores 117S, así como las modificaciones de diseño respecto al Su-27. Estudiar el motor permitiría a China decidir si le convenía comprarlo para sus futuros aviones de quinta generación, mientras que otras soluciones de diseño se podrían aplicar en los aviones J-11B y sus posteriores versiones.

Por supuesto que a Rusia le interesaba únicamente acordar la venta de una partida suficientemente importante de estos aviones. Como resultado nació un acuerdo aceptable para ambas partes. La partida de veinticuatro aviones es importante desde el punto de vista del programa de lanzamiento del Su-35S. A día de hoy, sólo existe un pedido en firme para cuarenta y ocho unidades por parte del Ministerio de Defensa ruso, de forma que un posible contrato con China ampliaría la cartera de pedidos del caza ruso en un 50 %.

Al mismo tiempo, numerosos expertos rusos consideran errónea la decisión de vender a China tan sólo veinticuatro aviones. Según un temor extendido, China obtendría, a cambio de una cantidad relativamente modesta, el acceso al caza ruso y comenzaría a copiarlo, tal como sucedió en el caso del avión Su-27SK.

Lo cierto es que, sin embargo, copiar el Su-35S sería mucho más difícil que el Su-27SK e incluso el caza naval Su-33. En el momento de la desintegración de la URSS, el Su-27 ya era uno de los principales aviones de combate de la Fuerza Aérea soviética. Muchos regimientos de aviación con estos cazas en servicio se quedaron en territorio de ex repúblicas soviéticas, donde también continuaron numerosos talleres de aviones que tenían derecho a repararlos y poseían la documentación y el personal necesarios para ello. 

En Ucrania se quedó bastante material y una de las primeras versiones del caza naval Su-33 que en 2005 compró China.

En Rusia, los Su-27 estaban en servicio con numerosas unidades de la Fuerza Aérea que en los difíciles años noventa apenas podían procurarles el mantenimiento y el control necesarios. Por último, la mayor parte de componentes para producir el Su-27 llegó a China de forma oficial en virtud de un acuerdo para fabricar estos aviones bajo licencia en la ciudad de Shenyang.

De modo que, incluso en los casos en los que Rusia trató de cerrar a China el acceso a la tecnología para fabricar algunos equipos del Su-27, no costaba demasiado trabajo encontrar en los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) los materiales, los técnicos y ejemplares de estos equipos para llevar a cabo pruebas.

En cuanto al Su-35, está comenzando a entrar en servicio con la Fuerza Aérea rusa, que prestará especial atención a su utilización. Este tipo de aviones no lo tiene ningún otro país de la CEI. Al mismo tiempo, a pesar del diseño exterior similar, todos los principales sistemas y equipos del Su-35 son sustancialmente diferentes de los del Su-27. De ahí que en este caso apenas exista un riesgo serio de que el avión sea copiado, puesto que esas labores podrían tardar años, algo inaceptable para China.

Por otro lado, la experiencia operativa con este avión puede dar lugar a un nuevo y fructífero capítulo de cooperación. Cabe recordar que la primera partida del Su-27SK/UBK entregada a China en 1992 contenía tan sólo veintiséis unidades, y sin embargo fue la que abrió una nueva era de cooperación ruso-china en materia técnico-militar.

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