lunes, 29 de octubre de 2012

Odiados, resistidos y ahora en boca de todos los argentinos: ¿qué son y cómo operan los temidos "fondos buitre"?

Por Rubén Ramallo -iProfesional.com
Estas dos palabras se ubicaron al tope del ranking entre las más escuchadas por la sociedad en estas últimas semanas. Generan temor y rechazo. Esperan que algún país o corporación se caiga para avanzar sobre ellos y sacarle todo el "jugo" posible. Los más peligrosos 

Primero fue el suceso que involucró a la Fragata Libertad. Luego, todo parecía indicar que la próxima "víctima" iba a ser la corbeta Espora, anclada y en reparaciones en un puerto de Sudáfrica.

Sin embargo, la noticia más reciente surgió del otro lado del Atlántico. Más precisamente desde Nueva York. Es que una Corte de apelaciones de EE.UU. afirmó que "la Argentina discriminó de forma impropia a los tenedores de bonos que se negaron a participar en una masiva reestructuración de deuda soberana en el 2005 y en el 2010, al decidir priorizar los pagos a los que aceptaron entrar en las operaciones".

Con ello, ratificó un fallo del juez Thomas Griesa y echó por tierra la gestión del Gobierno, que había pedido que revoque la decisión del magistrado para impedir que varios fondos buitres cobren u$s1.400 millones por títulos impagos.

Según sus representantes "la Argentina es una nación con más de u$s46.000 millones de reservas. Tiene recursos de sobra para pagar esas obligaciones en mora, de la misma manera que ahora honra otras. Simplemente se niega a hacerlo, a pesar de años de litigio y de varios juicios en su contra".

Además, la Corte solicitó a Griesa que aclarase el modo en la que se pretende que funcione la fórmula de pago de su sentencia. Al respecto, el ex secretario de Finanzas Daniel Marx sostiene que "para el país una vía de defensa sería reabrir la llamada ´ley cerrojo´, de modo de demostrar que no discrimina". La misma, que impide una nueva reestructuración, fue suspendida entre 2009 y 2010 para favorecer el mayor canje de títulos impagos.

Buitres al acecho

Estuvieron en el podio del ranking de las palabras más pronunciadas por los medios de comunicación -y por buena parte de los argentinos- en estas últimas semanas. Específicamente, desde que lograron dejar varada a la Fragata Libertad.

El concepto de "fondo buitre" de por sí asusta, si bien hay cierto desconocimiento de quiénes están detrás de cada uno de ellos y sobre cómo operan.

¿Qué son? En primer lugar cabe destacar que es un fondo de capital de riesgo que invierte en títulos públicos de países o de corporaciones que atraviesan una situación difícil o cercana a la quiebra.
Es administrado por una entidad y su nombre viene a ser una "metáfora", dado que se compara su accionar con el de las aves que sobrevuelan sin mayor apuro sobre sus víctimas, buscando el momento oportuno para lanzarse sobre sus restos. Llevado al plano financiero, sobre una compañía o una nación caída en desgracia.

Más allá de esta definición, que fuera adoptada por los propios damnificados, para así tratarlos en forma despectiva, hay otra más sofisticada o, si se quiere, eufemística que los denomina "distressed debt" o "fondos de situaciones especiales" (special situations funds, en inglés).

"La definición de fondo buitre es correcta pues, de alguna manera, expresa cabalmente su actividad. Pero se debe tener en claro que, en definitiva, son oportunistas y no delincuentes", señala Agustín Cramo, analista de negocios internacionales. Su "modus operandi" se basa en la búsqueda de situaciones de crisis. Y no hacen distinciones sobre sectores, compañías o características de los países que enfrentan dificultades para el cumplimiento de sus obligaciones.

Es por ello que no sólo se avocan a deudores corporativos, sino también a deudas soberanas, como la de Argentina, entre otras.

La estrategia es tan sencilla como controvertida: una vez que se conoce que "la víctima" está al borde de la bancarrota, salen a comprar sus títulos a precios mínimos para tratar de hacer negocio cuando la situación mejore. Caso contrario, esperan que el país no pueda pagar. Es decir, cuando incurren en default y ofrecen reestructurar su pasivo con alguna quita.

Su "línea de negocios" se basa en la negativa a participar en cualquier plan de un gobierno tendiente a regularizar su incumplimiento. Por el contrario, reclaman ante los tribunales internacionales el pago de esos títulos a valor nominal más los intereses.

Paralelamente se ocupan de hacer lobby en otros ámbitos, incluyendo el Parlamento de EE.UU., alegando que el demandado no cumple frente a ciudadanos y contribuyentes de ese país y, en su defensa, reclaman incluso que se sancione al deudor.

Siempre merodeando y a la expectativa

Su reciente aparición en los medios de comunicación se debe a que uno de ellos, el Elliot, logró trabar embargo sobre la Fragata Libertad, que quedó anclada en Ghana.

El fondo, con sede en las islas Caimán, logró un fallo de un juez de ese país para retener la fragata Libertad en reclamo de unos u$s370 millones por el impago de la deuda argentina en el default declarado en 2001.

Pero este hecho no sería el único, pues podría replicarse nuevamente con la corbeta Espora, varada en Ciudad del Cabo tras sufrir una avería. La corbeta formaba parte de un ejercicio conjunto entre Sudáfrica, Brasil y Uruguay en el Atlántico, cuando sufrió una seria rotura y tuvo que ser remolcada al puerto de Somonstown, el 10 de octubre. Su reparación demandará no menos de dos meses, y para esto se contrató a un service alemán que ya está en camino hacia Ciudad del Cabo.

Conocedor de esta situación, el fondo contrató rápidamente a un estudio de Pretoria (Sudáfrica), al que le encargó hacer una presentación ante los tribunales de esa ciudad. Pero, a diferencia de lo ocurrido en Ghana, ese fondo no es bien visto en ese país, ya que es conocido por haber comprado años atrás bonos de empresas sudafricanas en problemas para luego reclamar ante los tribunales de esa nación.

Cabe recordar que en ocasión del default de Argentina, éste y otros fondos adquirieron una porción muy importante de la deuda pública nacional a precios que, en promedio, no alcanzaban el 20% de su valor nominal. Hoy ese stock superaría los u$s6.000 millones.

En el caso argentino su estrategia -con el respaldo de importantes estudios de abogados- consistió en recurrir y litigar en los estrados de Nueva York, apenas estalló la crisis económica de 2002.
Luego, hubo otros canjes de deuda, como el de 2005 y el 2010. Pero Elliot mantuvo su postura de continuar con su batalla judicial, en reclamo de unos u$s700 millones.

Cabe señalar que entre los dos canjes, el porcentaje de adhesión fue superior al 92%, lo cual echa por tierra el argumento de que las ofertas fueron inaceptables.

No siempre ganan

Según asegura el economista y presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, los fondos buitres sólo tienen algún fallo marginal a su favor en todo el mundo y rara vez consiguen embargar activos de países sobre los que intentan accionar.

Tal como diera cuenta este medio el economista sostiene que de unos 35 casos conocidos de litigios de este tipo en los últimos veinte años, sólo 6 recibieron el 100% del pago. En otros 15 se fueron con las manos vacías y en 6 con menos de un tercio de lo que se les debía (del resto se desconoce el acuerdo alcanzado).

Para Sturzenegger, "los fondos buitre tienen poca capacidad de daño a un país que hace default".
De hecho, la Argentina le ganó a Elliot hace dos semanas un importante caso en Basilea, Suiza, en cuyo banco el Central mantiene casi el total de las reservas.Un tribunal de esa ciudad ratificó la inmunidad diplomática de los activos argentinos, lo que definitivamente hará que Elliot no pueda acceder a fondos líquidos, ya que es desde Basilea donde la Argentina realiza sus pagos financieros habituales.

Otros casos

Haciendo un poco de historia, los "fondos buitre" aparecieron involucrados en las crisis de deuda externa de los países latinoamericanos de los ´80, con México y Argentina a la cabeza. La de los "tigres asiáticos" en los ´90, el default de Rusia y en el colapso de hipotecas subprime, del año 2007 en adelante.
En el caso puntual del Banco Central de Rusia, optaron por comprar grandes cantidades de bonos a "precio vil", a la espera de que se resolviera la situación y, una vez normalizada, ganar con la diferencia de cotizaciones. Mal no les fue. Los adquirieron a u$s9 por bono en promedio y los vendieron diez veces más caro unos nueve meses después.

Su primer juicio favorable contra países latinoamericanos tuvo lugar en 1999, cuando el Tribunal de apelación de Nueva York obligó a Perú a pagar u$s58 millones a dicho fondo, por una deuda que éste compró por sólo u$s11 millones.
Ese mismo año, otro juzgado estadounidense condenó a Nicaragua a pagar u$s87 millones por una deuda de apenas u$s1,1 millones adquirida por el fondo Leucadia.

Los "fondos buitre" más peligrosos

Entre los fondos más famosos se destaca el NML - Elliot Capital Management, controlado por Paul Singer, también fundador de la American Task Force Argentina, una entidad que asegura representar a otros bonistas que no se sumaron al canje del 2005.

Singer, de 68 años, gestiona un capital superior a u$s15.000 millones. Lleva décadas especializándose en comprar deuda de países cuando su valor se encuentra por el suelo para después reclamar un precio mucho más elevado. The New York Times lo calificó en diciembre del año pasado como "uno de los más osados hedge found managers" de Wall Street. Es muy difícil que Singer acepte nuevos clientes.

Alguien que si fuera aceptada por el veterano fue la mujer de Mitt Romney, Anne, que logró que le maneje cerca de u$s1 millón. Es que Singer es asesor en su carrera a la Casa Blanca y uno de los principales contribuyentes a las campañas electorales del partido cuyo candidato busca reemplazar a Obama.

El caso argentino no es el único que mantiene Singer y su fondo. Está a punto de conocerse un fallo en las cortes del Congo-Bazzaville, por un default de u$s32,6 millones. El financista del fondo buitre apostó a no entrar al acuerdo de reestructuración de deuda luego de una guerra civil interna. Mantiene juicios similares abiertos con Costa de Marfil, Nicaragua y Turkmenistán. 

Otro gran fondo es NML Capital, que curiosamente es una subsidiaria del anterior. Y, finalmente, también opera el EM, del millonario Kenneth Dart. Dart es un hombre todoterreno, ya que curiosamente una de sus plantas goza de un régimen de beneficios impositivos en Pilar, donde produce telgopor y lo vende en la Argentina”, según señaló oportunamente el embajador Jorge Argüello. La firma está instalada en el país desde la década del ‘90.

Hasta el FMI los condenó

La cuestión es que en pos de cobrar deudas pasadas, estos fondos apelan a métodos cada vez más agresivos. Su costosa estrategia consiste en perseguir activos del Estado argentino por todo el globo terráqueo, como por ejemplo a la Fragata Libertad.

Pero este no es el único caso. Cabe recordar su avanzada sobre el stand de la Feria del Libro de Fráncfort o hacia el mismísimo avión presidencial.

En 2002, luego del default de Argentina, la por entonces poderosa Anne Krueger, que era subdirectora Gerente del FMI, criticó duramente su comportamiento en la misma línea en que lo había hecho en forma institucional el organismo el año anterior.

En un documento en el que se analizaba la participación del sector privado en la resolución de las crisis financieras y en la reestructuración de bonos soberanos, mencionó el caso Elliot contra Perú del modo siguiente: "El reciente éxito de su estrategia para litigar contra un país en problemas, podría tener el efecto de alentar a los acreedores a resistirse a participar en futuras reestructuraciones de deudas. En efecto, el fondo logró presionar a dicho país para que le pagara el total de su reclamo, mediante acciones jurídicas que casi lo forzaron a incurrir en un incumplimiento de sus bonos soberanos".

Están al acecho. Esperan que algo malo suceda para caer sobre sus víctimas. Viven de eso, así son los fondos buitres, oportunistas, no delincuentes. Mal vistos y resistidos por algunas naciones, que tratan de escaparles para no quedar bajo sus garras.

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