Por Valeria Román - Diario Clarín
Reduce el riesgo de infectarse con el virus. Pero aconsejan seguir usando preservativo en la relación sexual.
Por primera vez en la historia de la epidemia del sida, se aprobó un remedio para prevenir la infección. Se trata de un medicamento que tiene comprimidos combinados de emtricitabina y tenofovir, que desde 2004 se venía utilizando para tratar a personas que ya se habían infectado. Ayer, la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA, por su sigla en inglés) de los Estados Unidos dio luz verde para la nueva indicación: se puede consumir el fármaco para reducir el riesgo de infectarse con el virus del sida. Se advirtió que no substituye al uso del preservativo, que debe utilizarse en toda relación.
La aprobación, aconsejada especialmente para parejas en las que uno de los integrantes vive con el virus del sida, era esperada en el ambiente médico. Ya se habían conocido los resultados de dos ensayos clínicos. Pero la medida también recibió críticas. La Fundación AIDS Healthcare, una ONG global que da atención sanitaria a los infectados, consideró que la decisión de aprobar el medicamento -cuyo nombre comercial es Truvada- era una “imprudencia”.
Entre los argumentos de su crítica, se mencionó la preocupación por los efectos colaterales del medicamentos en los posibles consumidores, que serían personas sanas. Y además se señaló que el consumo anual del fármaco por persona implica un gasto de 14.000 dólares y que resulta difícil la adherencia a la toma diaria.
Consultado por Clarín , el prestigioso especialista argentino, Julio Montaner, ex presidente de la Sociedad Internacional de Sida, dijo: “Está muy bien que la FDA haya aprobado la indicación del medicamento como prevención. Su administración puede ser recomendable a nivel individual, pero hay que considerar que como estrategia global puede tener una eficacia limitada. Es mucho más efectivo tratar a las personas que ya están infectadas: porque se evitan las muertes prematuras y a la vez se frena la transmisión del virus. Si se la trata, hay un 96% menos de probabilidades de que una persona infectada transmita el virus a otra persona que no lo está”, contestó.
Los dos ensayos clínicos en los que se estudió el medicamento en personas no infectadas arrojaron valores de eficacia menores. Uno de los ensayos se hizo con 2.499 hombres seronegativos homosexuales de 2007 a 2009: el fármaco redujo en un 44% el riesgo de infección entre los participantes que utilizaron también un preservativo, en comparación con aquellos tratados con un placebo. El otro estudio, con 4.875 parejas heterosexuales, mostró un menor riesgo de infección de hasta 75% entre personas VIH-negativas que tomaron el fármaco en comparación con el grupo de control. “El fármaco puede ser una opción individual -sostuvo Montaner-, pero desde la salud pública y con recursos limitados, se debe dar prioridad al tratamiento de los que ya están infectados”.
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