Por Joaquín Morales Solá - LA NACION
Durante la era kirchnerista ingresaron al Estado en concepto de impuestos más de 500 mil millones de dólares. Las exportaciones aportaron gran parte de esa recaudación. Cerca de 100.000 millones de dólares se fueron del sistema financiero durante los últimos ocho años espoleados por la desconfianza. Los argentinos le dieron tres veces el gobierno a los Kirchner, pero les sacaron la confianza. Las políticas económicas, financieras y comerciales de la dinastía gobernante están colocando al país al borde mismo del total aislamiento político y económico. La Organización Mundial del Comercio se prepara para duras represalias al país. El Fondo Monetario Internacional podría sancionar a la Argentina en los próximos meses. El Mercosur ha dejado de existir. La presencia de la Argentina en el G-20 será incómoda, al menos, en la cumbre prevista para junio en México.
El kirchnerismo creyó siempre que se puede agredir sin consecuencias. Lo hizo en su relación con los sectores políticos y sociales argentinos. En el balance, aquí no le fue mal. Salvo cuando chocó con la sublevación de los productores agropecuarios y con la tenacidad del periodismo independiente, consiguió disciplinar, con asombrosa comodidad, a políticos opositores, a gobernadores sumisos y a empresarios oportunistas. El mundo fue siempre el que le trazo un límite al kirchnerismo.
Un conflicto interno acaba de estrellar a la Argentina con una considerable cantidad de países en la Organización Mundial del Comercio; en esa lista, hubo países importantes y poderosos, pero también muchos que tienen menor envergadura económica que la propia Argentina. La mezcla juntó a países amigos (México, Chile o Colombia) con indiferentes (Estados Unidos, China y la Unión Europea). Nadie la defendió. La Argentina quedó conmovedoramente sola. En la queja sólo faltó Brasil, pero los brasileños prefieren ser duros en sus reuniones bilaterales y no sumarse a posiciones internacionales que podrían dañar seriamente la relación con su principal vecino. Es una vieja estrategia del gobierno de Brasil para defender su condición de importante actor global. Si quiere ser eso, no se puede llevar mal con el que tiene al lado.
El conflicto interno es la inflación. Esa escalada incontrolada de precios durante muchos años (ignorada por las falsas estadísticas del Indec) sobrevaluó la moneda argentina. La relación real entre el peso y el dólar, en valores constantes, es hoy igual que la que era durante la denostada convertibilidad. El tipo de cambio es peor aún para las exportaciones de todo tipo por obra de las retenciones, que no existían en tiempos de convertibilidad. Los salarios, medidos en dólares, son casi un 40 por ciento más altos que los de los años 90.
Esa regresión en el tipo de cambio provocó la fuga de la sociedad hacia el dólar, la moneda de los argentinos que ahorran. Enfrentar un fenómeno inflacionario requiere siempre de iniciales medidas impopulares. El populismo kirchnerista es, por definición, la antítesis de cualquier política racional y sincera. La solución que encontró es el cierre virtual de las importaciones y un rígido y arbitrario control de cambios.
Se puede ser Corea del Norte o Cuba, pero esos sistemas necesitan de gobiernos fuertemente autoritarios y de sociedades dóciles y acostumbradas a los sacrificios. No es el caso argentino. No lo es, tampoco, porque el espectacular crecimiento argentino se debió sobre todo al elevado precio internacional de las cosas que el país le vende al mundo. Se debió, en fin, a las exportaciones. ¿Es posible una agresiva política de exportaciones cuando se frenan las importaciones? ¿Es posible recibir del mundo sin darle nada?
Los asesores económicos de la Presidenta son Guillermo Moreno y Axel Kicillof. Moreno es un nostálgico del peronismo de los años 40 y 50, y considera una referencia de la modernidad a la administración de José Gelbard en los años 70. Fueron años en los que reinaba un concepto de la industrialización que necesitaba blindar al país de las importaciones. Ni el mundo ni la economía ni el país son ahora lo que eran entonces.
La prepotencia de Moreno es detestable cuando enfrenta a personas, pero lo es más cuando pone en juego el destino de los argentinos en nombre de políticas que han dejado de existir. Kicillof le aporta su percepción sobre la necesidad de un Estado metido de lleno en la economía; para él, ganancias empresarias que superan un 6 por ciento anual son negocios de desenfreno y disipación. Cristina Kirchner cree en ellos, porque nunca confió en la fuerza de un mercado sólo regulado para defender al consumidor de la falta de competencia o de la deslealtad comercial.
La cancelación de las preferencias norteamericanas a la exportación de productos argentinos no es importante por el volumen del dinero en juego, pero tiene la significación del frío político. Afecta también directamente a algunas industrias, como la vitivinícola, que había logrado instalar con éxito en los Estados Unidos el malbec argentino, considerado allá un vino bueno y barato. Washington y toda Europa se sumaron a la queja en la OMC. Europa es, como continente, el segundo destino de las exportaciones argentinas y tiene una política común de comercio exterior.
El Mercosur fue la gran expectativa argentina, porque la integración con Brasil le permitía acceder al mercado más grande de América latina. Las eternas disputas entre Brasil y la Argentina dejaron a la alianza
sudamericana con vida vegetativa. Es cierto que los productos brasileños son más baratos que los argentinos, pero eso sucede porque la industria brasileña no detuvo nunca el proceso de modernización de su industria. ¿Cómo podría competir una industria con maquinarias mayoritariamente viejas, como la argentina, con la modernidad brasileña? El presidente de Uruguay, José Mujica, se preguntó hace poco qué pasa con un club al que nadie quiere ingresar. Es cierto: hasta Hugo Chávez aparcó su anterior excitación para que su país fuese miembro pleno del Mercosur.
Es difícil imaginar, por ahora, un apartamiento de la Argentina del G-20, porque tal inédita sanción debería ser votada por todos los países miembros. Pero varias naciones de ese exclusivo ateneo están dispuestas a recordarle a Cristina Kirchner que su país no reúne ninguna condición para estar ahí. No es una de las 20 principales economías del mundo; no se somete a la revisión anual del Fondo Monetario, a la que están obligados todos sus miembros; viola las reglas de la Organización Mundial del Comercio; no paga los juicios perdidos en los tribunales internacionales del Ciadi y nunca intentó saldar un default de diez años con el Club de París, que son deudas con Estados, no con privados. Alemania y Japón figuran entre los acreedores.
¿Esas políticas les han hecho algún bien a los argentinos? En las góndolas de los supermercados hay cada vez menos abundancia de ofertas y los productos son más caros. Es lo que históricamente ha pasado cuando se cerró la economía a la importación. Baja la oferta y suben los precios. La industria argentina, fuertemente dependiente de los insumos importados, debe racionar su producción. En algunos casos, hubo industrias que pararon durante días su proceso de fabricación por falta de insumos. La inversión huye, espantada por el control de cambios y las presiones oficiales para que las empresas no liquiden ganancias. La arbitrariedad en la Aduana ha dado rienda suelta a la corrupción de la burocracia, convertida por Moreno en dueña y señora de las importaciones que empresarios grandes, medianos o pequeños ya han comprado.
El férreo límite del mundo sobresalió en los últimos días. ¿Importa? El mundo es el mundo de aquí y ahora. La Argentina, en cambio, habita en el pasado, aun en el que ya ha fracasado.
Qué capacidad para destruir un país...
ResponderEliminarEl tango "Cambalache" es el referente lamentable de este gobierno.
Saludos.
Alejandro
Por favor que poca capacidad para percibir la realidad..... sola frente al mundo? Hasta cuando los argentinos vamos a hacerle caso a este señor que nos trae visiones apocalipticas de la realidad? EEUU es el pais mas preteccionista del mundo Tan mal no le va no? Los países que se quejan del proteccionismo de argentina tambien protegen su industria, parece ser que este "prestigioso operador político"no lo sabe.Mi estimado, trabajo en la industria (EL VERDADERO MOTOR DEL DESARROLLO DE CUALQUIER NACION) desde hace 30 años y el empuje de este gobierno al desarrollo nacional es muy bueno. CRITICABLE EN MUCHOS ASPECTOS (por ejemplo seguridad) SIN NINGUNA DUDA. pero por favor, este señor vive para hacernos creer que somos la peor peste mundial simplemente por querer ser una nación independiente.Seguramente este señor debe añorar la época de la famosa publicidad de la silla argentina que se rompía frente a productos de mayor calidad (por supuesto todos ellos importados).
EliminarSaludos cordiales.
Marcelo.
Amigo Marcelo, o no leíste bien el artículo de Morales Solá o te salió el nacionalismo barato que nos joroba a todos los argentinos. Te aclaro:
Eliminar1. EEUU puede darse el lujo de ser proteccionista porque produce cosas con gran valor agregado que el el resto del mundo necesita y se las tienen que comprar. Lo que hace Argentina se consigue en cualquier país algo desarrollado y más barato.
2. El artículo no maltrata a la industria argentina, solo dice que no es competitiva porque tiene maquinarias viejas y éstas se renuevan importándolas, ya que aquí no se producen, pero Moreno no te deja importarlas y así se cierra el círculo.
3. En el extranjero la imagen de Argentina es la de un país cada vez más aislado, o sea que no tenés porque creer en las supuestas " visiones apocalípticas" del autor de la nota, sólo tenés que esperar que ocurran porque falta poco. Y sino porque te crees que los dolares se van del país y tienen que tratar de frenarlos.
Y como nota adicional y sin quitarle mérito a lo que hacés,la industria no es el único y "VERDADERO MOTOR DEL DESARROLLO DE CUALQUIER NACIÓN" hay muchos más. Un cordial saludo
¿Sólo a este gobierno? Me parece que no conocés o no querés ver la otra parte de la historia. Retrocede hasta el golpe del 76, Alfonsín, Menem y Cavallo, Delarúa y demás, todos colaboraron con la destrucción. Me parece que hay que abrir un poco más el panorama y leer un poco más de historia, no sólo hacerle caso a los artículos que salen en Clarin, La Nación, Página 12 o El Diario Argentino, todos con un claro sesgo político para uno o otro lado. Volviendo al artículo, dónde estaba este Sr. cuando se destruía la industria Nacional? qué hizo en la etapa de Menem?... De lo que estoy seguro que nunca escribió una nota de este tenor porque siempre fue un fiel defensor de las oligarquías en nuestro país y de las corporaciones multinacionales socias de esta clase de elite que saquean nuestros recursos y no aportan nada al bienestar general. HAY QUE ABRIR EL PANOROMA Y OBSERVAR LAS COSAS DESDE TODOS LOS FOCOS POSIBLES.
EliminarMi estimado Homero ¿Cómo crees que EEUU llegó a ser una gran potencia? seguramente no fué planteándose a cada momento que es lo que piensan los demás de lo que debo o no hacer.Lo de que Moreno no deja importarlas... disculpame pero tu desconocimiento de la realidad de la industria es muy grande. Moreno no traba la importación de maquinaria para la industria , traba en gran medida la importación de los productos "terminados" que tranquilamente podemos fabricar acá.Y lo de la vision de Argentina en el extranjero..hummm ...acabo de llegar de Europa, estube en España y Alemania y te puedo asegurar que no somos tan importantes como nos creemos.Lo de los dólares bueno ...sobran los comentarios. Y por último estimado nombrame un país desarrollado que no lo haya hecho en base a su industria.
EliminarSaludos cordiales
Marcelo.
Ah,no se olviden den futbol y TC para "todos"......
ResponderEliminarEso es populismo al mas puro estilo K.
Marcelo, tenga usted en cuenta que querer cerrar el mercado propio a los demás países y luego esperar que ellos nos compren no es algo realista. Un abrazo desde el otro lado del Atlántico.
ResponderEliminarEstimado Saturnino, lo que el señor Solá pasa por alto maliciosamente, es que los países que denuncian a la Argentina tambien son denunciados como proteccionistas por otros países o sea son las reglas del juego del comercio internacional.Este señor quiere hacernos creer que somos los inventores del proteccionismo, las huelgas, los piquetes,los feriados,el asistencialismo,la pereza, además de todo lo malo que se te ocurra que pase en el mundo.
EliminarSaludos cordiales.
Marcelo.
Impresentable este hombre, quiere hacer creer a la gente, lo que el solo se cree.
ResponderEliminarCoincido totalmente con Marcelo, "EL MOTOR DE DESARROLLO DE UNA NACION ES LA INDUSTRIA", el resto no son menos necesarios, pero son complementarios y estratégicos para tener una industria más competitiva, y la labor que está llevando a cabo la ministra Giorgi en el desarrollo de la misma es muy destacable. A pesar de todo lo desastroso y lapidario que pintan las “Empresas de información” y los anuncios de que la hecatombe está a la vuelta de la esquina (que se viene escuchando desde hace 8 años, se ve que es una cuadra larga, porque la esquina no llega nunca), todos los días vemos en medios como este blog u otros anuncios de inversiones extranjeras en nuevas plantas, ampliación de capacidad instalada, etc., deben ser los últimos come vidrio internacionales.
ResponderEliminarNo soy un defensor a ultranza de este gobierno, pero en muchas políticas, como en el caso de la recuperación industrial, se ve un cambio de rumbo con respecto a los gobiernos de los últimos 40 años que realmente es destacable.
Saludos cordiales,
Jerónimo