Por: Pablo Wende - Ambito Financiero
• Es porque no quedan reservas de libre disponibilidad.
• Son vencimientos con el BID y el BM
El Gobierno comenzó a pagar vencimientos de deuda en 2012 girando dólares que el Tesoro nacional adquirió en el mercado, es decir, sin acudir a las reservas del Banco Central. Aunque los montos en esta primera parte del año son menores, se trata de un dato relevante porque representa un cambio en la política de los últimos dos años, en los que se echó mano exclusivamente a las reservas para hacer frente a los vencimientos de capital e interés de la deuda.
El escollo que tiene la Casa Rosada es que ya no quedan Reservas de Libre Disponibilidad (RLD) para hacer frente a los pagos de deuda. Las RLD se definen por el excedente de reservas medidas en pesos en relación con el nivel de la base monetaria. El fuerte aumento en la cantidad de dinero en circulación y al mismo tiempo la caída en reservas generada por los últimos pagos del año, en especial del cupón PBI por unos u$s 2.500 millones en diciembre, deterioraron este ratio. En consecuencia, hoy no sólo no quedan RLD, sino que el nivel de reservas ni siquiera alcanza para respaldar la base monetaria.
El Presupuesto 2012 prevé la conformación de un nuevo Fondo de Desendeudamiento integrado por reservas para pagar deudas por hasta u$s 5.600 millones, algo que todavía está pendiente. Sin embargo, para cancelar deuda con organismos no se requiere de esa estructura. Sucede que la modificación de la Ley de Convertibilidad en 2005 estableció la figura de Reservas de Libre Disponibilidad para cancelar vencimientos con organismos multilaterales. Primero se lo hizo para la cancelación de deuda del FMI, pero a partir de 2010 se hizo extensivo a otros, en particular el BID y el Banco Mundial.
Sin embargo, ahora ni siquiera alcanza para cancelarles a organismos con los recursos del Central. Por eso, se giran dólares acumulados por la Tesorería. Como ese dinero se encuentra en cuentas depositadas en la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont, cada pago igual impacta en el nivel de reservas, ya que se produce una caída en el «casillero» de efectivo mínimo, tal como sucedió cuando disminuyeron en noviembre y diciembre los depósitos en dólares que el público mantenía en los bancos.
Las cifras no son, sin embargo, muy relevantes: en enero vencen u$s 62 millones con organismos en concepto de capital, en febrero u$s 166 millones y en marzo u$s 168 millones, lo que hace un total de u$s 502 millones en el primer trimestre.
En cuanto a las deudas con el sector privado, el primer pago significativo es a fines de abril, cuando el Gobierno deberá cancelar u$s 243 millones del Boden 2013. Y recién en agosto deberá hacer frente a otros u$s 2.300 millones para pagar la última cuota de capital del Boden 2012.
Esto explica por qué no hay apuro en estos primeros meses para conformar el tercer Fondo de Desendeudamiento: las reservas no están, pero tampoco se presentan vencimientos muy relevantes en los primeros meses de 2012.
Pero el principal escollo es que probablemente el Central no consiga acumular los u$s 5.600 millones necesarios para integrar el nuevo Fondo de Desendeudamiento. Según un cálculo efectuado por la consultora Quantum Finanzas, la acumulación de reservas de este año debería llegar a los u$s 16.600 millones para cumplir con los vencimientos de deuda, pero al mismo tiempo respaldar la base monetaria.
El cálculo efectuado por uno de los ejecutivos de la consultora, José Echagüe, es elocuente al respecto:
- La base monetaria actual asciende a $ 218.200 millones. Pero crecería alrededor del 25% en el año, según establece el Programa Monetario del BCRA, con lo cual llegaría a los $ 272.700 millones a fin de año. Aplicando un tipo de cambio de $ 4,75, equivaldría a 57.000 millones.
- El nivel actual de reservas es de u$s 46.400 millones. Pero si se restan u$s 5.600 millones comprometidos para pagar deuda, quedarían en u$s 40.800 millones. Por lo tanto, para equiparar la base monetaria esperada a fin de año la brecha llega a los u$s 16.600 millones mencionados anteriormente.
Como el propio BCRA estableció que acumularía alrededor de u$s 9.800 millones en 2012, la meta a cumplir es prácticamente imposible, salvo que se detenga por completo la fuga de capitales y al mismo tiempo ingrese un (improbable) aluvión de divisas al país.
La otra alternativa, que parece la más potable en estas circunstancias, es modificar nuevamente la Ley de Convertibilidad, suprimiendo la necesidad de respaldar la base monetaria con reservas o flexibilizar todavía más el requisito de reservas de libre disponibilidad. Pero cualquier movimiento en esta dirección recién se irá definiendo en marzo, cuando comience el período de sesiones ordinarias en el Congreso.
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