lunes, 12 de diciembre de 2011

Las mejores máquinas del agro desfilaron en Alemania

Por Susana Merlo - Ambito.com
La muestra germana Agritechnica deslumbra al mundo cada dos años con lo más avanzado en máquinas y tecnologías aplicadas al trabajo agropecuario.
Hannover - Con 1.600.000 kilos de trigo cosechados en 26 horas, la Lexion 770 se alzó este año con el galardón del récord Guinness (que se registró en septiembre, en un predio de Inglaterra, que superaba las 10 toneladas de rinde por hectárea), y con su impresionante tamaño (12 metros de ancho de trabajo), abrió el ingreso a la muestra de maquinaria agrícola más grande del mundo: la Agritechnica que cada dos años se viene realizando desde 1985, cuando la Sociedad Alemana de Agricultura efectuó la primera. El precio, u$s 517.000 (más IVA), también impresiona, aunque otros equipos, como algunas «picadoras» de forrajes (la Jaguar de 13 surcos y 9 metros de ancho de labor), superaban esa cifra.

Por supuesto que no es la única sorpresa. Motores que funcionan a úrea, «orugas» inteligentes, tractores que trabajan totalmente solos, etc., son sólo ejemplos de la interminable cantidad de innovaciones que se presentaron en la edición de este año.

De todos modos, esta especie de Disneyworld de maquinaria e implementos, que reúne a alrededor de 2.700 expositores de casi 50 países, es visitada por medio millón de productores, comerciantes e industriales de todos los continentes que ya la consideran una cita obligada. Y sin duda, las nuevas tendencias en maquinarias y equipos se «pulsaron» en las 39 manzanas de pabellones cubiertos, perfectamente climatizados, de la Agritechnica.

Todo lo que se quería ver estaba allí (y también lo que ni se sospechaba), pero sobre todo, lo que fue más evidente en esta edición es que «la agricultura parece estar de moda nuevamente», al menos, a la luz de las novedades y la cantidad de innovaciones que se presentaron. Y que responden a un mercado creciente que se estimó en un volumen de producción y de mercado para la técnica agrícola de 65.000 millones de euros para el año pasado. A su vez, sólo para Alemania se calcula un crecimiento del 20% este año, llevando el volumen de ventas de las máquinas agrícolas a más de 7.000 millones de euros (la venta local de tractores supera las 32.500 unidades vs. 5.000 en la Argentina).

Si bien la agricultura de precisión, es su búsqueda inagotable de eficiencia para satisfacer la demanda mundial de alimentos y la presión creciente de los biocombustibles, sigue en los primeros lugares con electrónica y sensores, también los equipos y sistemas ambientales continuaron ganando terreno.

Para los argentinos (por lo menos 200 entre visitantes y una treintena de expositores), sigue sorprendiendo la oferta de labranza convencional. Los europeos se defienden argumentando que el clima (muy frío) no les permite adoptar la labranza cero, pues los rastrojos no se descompondrían y la caída de nieve tampoco daría el tiempo necesario.

Este último argumento es también el que justifica que sigan apareciendo equipos cada vez más grandes, aunque buena parte de ellos no son para la Unión Europea (donde los predios tienen entre 20 y 70 hectáreas), sino para Estados Unidos (asistió con 50 empresas), Canadá, Rusia y para Europa Oriental, especialmente Polonia, Hungría y la República Checa, aunque también hay grandes contratistas en la zona occidental que trabajan a pleno. Así, tamaño y velocidad (hasta 80 kilómetros por hora en tractores y 20 kilómetros por hora en las sembradoras) siguieron a la orden del día.

Otro tema controvertido, al menos en la Argentina, es el «sacapajas», que en la expo alemana demostró que sigue gozando de «excelente» salud. No es para menos, en Europa la tonelada de paja cuesta lo mismo que la de grano, debido a su valor para generar energía (calor). Por supuesto, lo siguen desarrollando (y usando).

Pero, también sorprendieron los levantes hidráulicos para elevar las plataformas por encima de los alambrados, sin necesidad de desengancharlas, o los copiadores automáticos de terreno y los sensores ópticos; sin olvidar los motores que ya van por los Euro 4 i, que funcionan a úrea líquida y diésel, mientras que se prevé que los Euro 6 (que el aire que emiten ya es más limpio que el que se respira) lleguen para 2015. Otra novedad fue la reguladora de presión de los neumáticos desde la cabina, o los «corn crackers» que permiten, en las picadoras, moler el grano de maíz «pasado», mucho más seco.

Un rubro que en la Argentina apenas comienza, pero que en Europa parece inagotable, es el de las estercoleras, ya que van atadas al tema fertilidad, pero ahora más aún a la energía.
De todos modos, los premios principales, las 2 medallas de oro, fueron para eficiencia y ahorro de mano de obra y de tiempo. La primera correspondió al «brazo de tracción electrónica», sistema que permite que un tractor «sin» conductor siga de manera automática y autopropulsada a otro que lo precede. Ambos vehículos se comunican por radio y están controlados por un GPS de altísima precisión.

La segunda dorada fue para el procedimiento sin fin de la enrolladora-embaladora, que permite no interrumpir el trabajo entre rollo y rollo. El proceso, totalmente automático, determina que el prensado, liado, envuelto, y la descarga sean continuos, lo que posibilita aumentar el rendimiento hasta un 50%.

Y para la plata hubo 19 medallas, o sea, para todos los gustos y colores.

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