viernes, 30 de diciembre de 2011

Caro, ¿pero el mejor?: la Argentina, en el podio de los países más costosos para comprar un LCD

Por Juan Diego Wasilevsky - iProfesional.com
Un televisor ensamblado en Tierra del Fuego, comercializado localmente, puede costar hasta 90% más que el mismo modelo -con sello asiático- vendido en otros países. Expertos explican el por qué y trazan la ruta de la "maraña logística" que deben atravesar desde la isla a los centros de consumo
Algunas de las banderas que más se encargó de enarbolar el Gobierno de cara a las últimas elecciones fueron las de la reindustrialización y la del sostenimiento del empleo, aun en momentos en los que golpeaba lo peor de la crisis internacional.

Así, la situación actual, caracterizada por un entramado productivo cuidado celosamente con una maraña de medidas proteccionistas, fue contrapuesta una y otra vez, desde lo práctico e ideológico, con la situación imperante en los años noventa, cuando los productos importados tenían vía libre para capitalizar el mercado de consumo interno.

Y uno de los argumentos más fuertes utilizados por el Gobierno para sostener su mensaje pro industria descansó en el éxito que está teniendo el polo tecnológico de Tierra del Fuego, desde donde salen cada vez más productos de punta con el sello "Hecho en la Argentina", bajo el paraguas impositivo que protege a la producción local frente a los artículos que llegan listos para la venta desde el exterior.

"El proceso de sustitución de importaciones, que se afianza día a día, comenzó a vislumbrarse en las casas de todos los argentinos, donde poco a poco han comenzado a ganar espacio los electrodomésticos y artículos electrónicos made in Argentina", destacaron hace poco desde la administración kirchnerista.

En este contexto, desde el Gobierno festejan como grandes hitos los avances registrados en celulares: este año se esperan producir 8 millones de aparatos en el sur del país, un 45% más que en 2010. Así, mientras que en 2009 la participación de estos equipos hechos en la isla fueguina representaban el 4% de todo lo que se vendía en el mercado interno, este año se estima que el 50% vendrá de ese polo austral.

Algo similar ocurre con los smartphones: en el caso de los Blackberry, en 2011 un 70% de la demanda estuvo abastecida por equipos producidos en el país. En lo que respecta a las computadoras portátiles, la participación de unidades fueguinas en el mercado interno no paró de crecer: pasó del 4% en 2006 a un 40% este año, mientras que para 2012 se estima que el share se incrementará hasta el 55 por ciento.

A modo de corolario, desde el Gobierno recientemente festejaron el hecho de que "hoy en Tierra del Fuego se emplean 12.000 personas", de la mano de inversiones que alcanzaron los u$s400 millones.

En este contexto, más allá de lo positivo de los desembolsos, un debate que no ha dejado de crecer es en qué medida los consumidores se están viendo beneficiados, en sus bolsillos, con el auge de este polo tecnológico austral.

Sucede que, por un lado, el paraguas tributario que implementó el Gobierno redujo la alícuota de impuestos internos del 17% al 6,5% a aquellos artículos que se produzcan en el sur del país. Como contrapartida, los bienes importados que llegan del exterior, embalados y listos para poner a la venta, padecen de una serie de cargas tributarias y arancelarias extra que terminan encareciendo el precio final que pagará el consumidor.

"La combinación de ambas medidas otorgó a los productos electrónicos fabricados, o a fabricarse en Tierra del Fuego, un tratamiento tributario que les permitió obtener una mayor competitividad", sintetizaron recientemente desde el Gobierno. El problema es que algunos artículos tecnológicos que actualmente se están desarrollando en el sur del país, como los LCD, ubican a la Argentina en el podio de los países con los precios, en dólares, más elevados de todo el mundo.

La siguiente infografía es más que elocuente:
A modo de ejemplo: si se considera un televisor LED Full HD Sony Bravia modelo KDL 40 EX 725 -que actualmente es ensamblado en la Argentina, según detalla la página oficial de Sony Style- un potencial cliente en el país deberá desembolsar unos $7.499. Es decir, unos u$s1.746, tal como queda de manifiesto en la página de la compañía:
Este mismo precio es el que se puede encontrar en importantes cadenas de retail nacionales, como Garbarino o Frávega:
Sin embargo, apenas cruzando la cordillera hasta llegar a Chile, un consumidor de ese país, a través de la tienda online de Sony, deberá pagar por ese "mismo modelo", unos 550.000 pesos chilenos, lo que equivale a unos u$s1.056:
Esto implica que por este televisor LED de 40 pulgadas de la línea EX7, un comprador argentino estará abonando un 65% más que su par trasandino.

Sin embargo, en cadenas reconocidas como Ripley, con numerosas sucursales en el país vecino, se pueden aprovechar promociones exclusivas para la venta online, con un precio final equivalente a u$s920:
En este caso, el consumidor argentino deberá pagar, en dólares, casi un 90% más que un habitante de Santiago de Chile.
Incluso, el precio de este producto en un comercio porteño, cuesta más -siempre medido en billetes verdes-, que en Brasil, un mercado que, de la mano del "súper real", es de los más caros del mundo para la adquisición de tecnología, tal como diera cuenta iProfesional.com.
En ese país, el mismo modelo se comercializa a 2.999 reales, lo que equivale a unos u$s130 menos que en el mercado doméstico:
Al respecto, un punto central es qué esfuerzo deberá hacer un consumidor argentino para acceder a este televisor LED, en función de sus ingresos, frente a otros países donde este producto se encuentra más barato.

En este sentido, cabe destacar que:

• En la Argentina, considerando un salario promedio de u$s1.000, un potencial comprador de este televisor LED se verá obligado a destinar 1,7 sueldos.
• En Chile, a pesar de que según los últimos datos oficiales el ingreso promedio es sustancialmente menor (u$s700), el bajo precio de este producto determina que deban desembolsar el equivalente a 1,5 sueldos.
• Sin embargo, la brecha se amplía aún más en mercados con precios bajos e ingresos más elevados medidos en divisa estadounidense. En algunos países europeos, por ejemplo, donde el ingreso medio es de u$s2.500, se deberá destinar poco menos de la mitad de un salario para acceder a este producto.

Nacional no es más barato

La razón de estas enormes diferencias de precios están, en primer lugar, en que las medidas proteccionistas tendientes a darle competitividad a Tierra del Fuego encarecen los televisores que llegan armados desde países asiáticos. Al respecto, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional, destacó que estos artículos importados y listos para la venta "terminan pagando, entre impuestos y aranceles, más del 30% sobre el valor al que arriban, mientras que los ensamblados localmente tienen toda una serie de beneficios impositivos".

El problema, según el experto es que "este diferencial luego no llega al bolsillo de la gente", dado que "la diferencia tributaria a favor de Tierra del Fuego es para compensar los enormes sobrecostos logísticos y de mano de obra locales frente a los de Asia".

Según Ochoa, "los valores que se manejan en Tierra del Fuego son demasiado altos. Se estima que el costo de la mano de obra, por trabajador, asciende a unos u$s3.200 promedio, simplemente porque el nivel de vida en la isla es mucho más caro que en Buenos Aires. Allí todo sale más: los alquileres, la educación, los alimentos...". A esto se suma, según el experto, "que conseguir empleados no es una tarea fácil".(??????)

En lo que respecta a la logística, hay un punto central y es que, según explicó Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores (CIRA) "se estima que el 90% de los componentes de los productos electrónicos que se producen en Tierra del Fuego son importados".

Esto implica que se haya tenido que desarrollar toda una compleja red logística -costosa, de por sí-, para mantener abastecida a la isla con piezas y partes de origen asiático y, luego, para proveer a los comercios de todo el país con el producto ya ensamblado.

El esquema simplificado que debe realizar el transporte es el siguiente:

• Un contenedor cargado de componentes para producir LCD en el país, una vez que llega al puerto de Buenos Aires desde China, es cargado en buques feeders -naves más pequeñas-.

• De allí es enviado al puerto de Tierra del Fuego.

• Una vez arribado a esa provincia, ese contenedor -en algunos casos, dependiendo de la empresa-, debe realizar un complicado viaje en camión, de 200 kilómetros, hasta Río Grande, donde se encuentra emplazada la mayor cantidad de plantas de ensamble.

• Una vez que sale el producto terminado, el contenedor, cargado con LCD listos para la venta, realiza el trayecto hacia Buenos Aires en camión. Así, todo el proceso logístico puede demorar más de un mes en ser completado.

Un punto no menor es que, según cálculos privados, enviar un contenedor de 40 pies desde China a Buenos Aires cuesta lo mismo o menos que hacerlo de Tierra del Fuego hasta un depósito porteño.

¿Ensamble o producción?

En un revelador informe de la Unión Industrial Argentina, bautizado "El rompecabezas productivo argentino" -firmado por Diego Coatz junto a los economistas Fernando García Díaz y Sergio Woyecheszen-, se analiza a fondo la complejidad que encierra el "Made in Argentina" y las muy distintas realidades que atraviesan cada uno de los sectores.

En el documento se destaca que "las actividades de baja integración nacional registran niveles de interacción restringidos con el resto de la malla productiva. Estas poseen encadenamientos poco desarrollados y multiplicadores de empleo bajos, ya que su producción requiere pocos insumos de origen nacional.

Según la UIA, este grupo "está compuesto por una gama de sectores manufactureros con alta proporción de insumos importados", donde figura, justamente, la industria electrónica.

Al respecto, para Ochoa, de cara al futuro es difícil esperar que los precios de los productos que salen de Tierra del Fuego experimenten una notable baja que termine beneficiando a los consumidores: "En la medida en que se generan nuevos proyectos y el problema de la mano de obra no se solucione, los costos van a seguir en aumento y, por lo tanto, las medidas proteccionistas para hacer viable este polo tecnológico, deberán seguir vigentes".

6 comentarios:

  1. ¿Por que no envian el buque chino directamente a Ushuaia? ¿Por que no se construye un ferrocarril Buenos Aires hasta Rio Gallegos y se cruza en transbordador.
    Esta es la vieja politica de Aldo Ferrer: "Caro pero argentino", una verdadera guebada.
    Gran negocio para muchos.
    Neurus

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  2. Yo no conozco ningun pais que se construya importando productos de otro lado sin mano de obra del pais local, en los años 90 experimentamos eso y asi nos fue, miles de industrias cerraron o se fueron a Brasil, lo que hay que lograr que la industria sea mas competitiva, que las empresas inviertan mas en argentina etc.

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  3. todo es relativo, como siempre.ya que el otro dia en un ranking la argentina superaba a los paises de la region en acceso economico a la tecnologia.o sea, es mas caro pero aca se gana mas, asi que es mas barato.mientras tanto en lugar de desempleo e indignidad, hay empleo.y de a poco se sigue reconstruyendo las cadenas productivas dsarmadas durante 30 años.solo un iluso o malintencionado puede pensar que eso aparece de un dia para el otro

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  4. No entiendo por que quisieron hacer un polo tecnologico en tierra del fuego.Tan lejos del centro de consumo encareciendo el producto que ensima no se fabrica ningun componente sino que se ensambla.
    juan

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    Respuestas
    1. que solo la industrializacion por el momento de ensamble (porque en un futuro, se haran aqui este tipo de desarrollo de tecnologia) solo se debe realizar en bs. as. ??? y el resto de las prov.??? que no existen??? de un dia para el otro no se construye una torre.

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  5. Es lo que ocurre con el proteccionismo. Los empresarios ganan porque tienen ventajas pero no avanzan y al final el consumidor lo paga todo, el producto más caro y la subvención al productor por medio de sus impuestos.

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