Por Antonio Rossi - Diario Clarín
Es lo que tratarán la Ciudad y la Nación. Mantendrán las tarifas alineadas con trenes y colectivos.
La negociación que la Nación y Ciudad de Buenos Aires pusieron en marcha por el futuro los subtes y el premetro tendrá tres lineamientos clave: la readecuación previa del contrato de Metrovías, aumentos tarifarios graduales y en sintonía con los boletos de colectivos y trenes y un plazo no inferior a seis meses para concretar la transferencia definitiva.
Los técnicos de la dos administraciones que se verán las caras a partir del próximo jueves han consensuado una especie de “hoja de ruta” que utilizarán para ordenar las distintas aristas del traspaso de los subtes. La primera cuestión que tratarán es la “ renegociación del contrato de concesión vigente con Metrovías”, la operadora que controla el grupo Roggio.
El contrato original que había arrancado en 1994 quedó parcialmente suspendido por la ley de emergencia de 2002 y desde entonces se encuentra “dormido” en la UNIREN, la unidad encargada de renegociar las concesiones de servicios públicos. La idea inicial es conformar una comisión conjunta para que defina con la concesionaria el nuevo contrato . A priori, hay dos aspectos que se perfilan como los más ríspidos. Uno es que el actual contrato de Metrovías es integral y comprende la operación conjunta de los subtes y el ferrocarril Urquiza . Y el otro, tiene que ver que con que el plazo contractual vigente llega hasta 2017, lo cual no es del agrado de la Ciudad que prefería menos años.
El segundo ítem destacado a resolver pasa por las tarifas y los subsidios operativos. Metrovías recibe $ 70 millones por mes por los gastos operativos y salariales que no puede afrontar con el boleto congelado a $ 1,10. La intención de la Nación es que Macri se haga cargo de esos subsidios. Según los cálculos porteños, sin subsidios el boleto debería subir a $3,40.
Si bien aún no hay mayores precisiones, la idea que ronda es mantener una “política tarifaria coordinada” entre subtes, colectivos y trenes para que ningún medio pierda pasajeros a expensas de otro. Esto implicaría la adopción de subas graduales y simultáneos que irían reduciendo los subsidios. Desde la Nación consideran que están dadas las condiciones para definir un “esquema de subsidios descendentes” que podría se afrontado por la Ciudad.
Por el lado de las inversiones que tiene en curso la administración kirchnerista, ya se acordó que no habrá cambio alguno y que se pagarán con recursos nacionales. Se trata de la extensión de la línea E a Retiro, la modernización de la línea A y la compra de 270 coches nuevos a China.
Aunque no integra la lista de las cuestiones a tratar, hay una que no puede pasarse por alto. Es la feroz disputa que mantiene el gremio específico del subte (AGTSYP) y la UTA por la representación de los trabajadores. Según los funcionarios de Planificación, el conflicto podría quedar resuelto por la cartera laboral antes del traspaso definitivo que demandaría entre seis y ocho meses.
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