Por Gustavo Feder - Editor de Autohistoria
Organizado por Autohistoria y el Museo del Automóvil de la Ciudad de Buenos Aires, el Andino GT tuvo este fin de semana una tarde de recuerdo y homenaje, donde el principal protagonista fue su propio creador: Luis Varela.
El Andino GT surgió de la idea de crear un Gran Turismo argentino, con carrocería y chasis de diseño propio. El proyectó comenzó a gestarse a mediados de 1966 y el primer prototipo fue presentado en el Autódromo de 9 de Julio, en febrero de 1967.
La carrocería poseía una trompa estilizada y larga, extendida sobre el eje delantero. El parabrisas envolvente, contaba con limpiaparabrisas de una sola pieza, ubicado en el centro. Las ventanillas, curvas en su parte superior avanzaban sobre el techo dando gran luminosidad a un habitáculo equipado con un panel de instrumentos completo, ubicado en el centro del tablero.
La construcción de la carrocería estuvo a cargo de Lito Cits, quien realizó un habitáculo en acero y cola y trompa en aluminio. Posteriormente, para la producción seriada, las colas y trompas se realizaron en plástico en el taller que Jorge Cepeda poseía en la localidad bonaerense de Bolívar. El chasis fue obra de Spina Hermanos, quienes construyeron una estructura con travesaño central en acero, reforzado con cuadernas transversales. Su resistencia permitía albergar propulsores de hasta dos litros de cilindrada, aunque originalmente el Andino estaba equipado con el motor Renault 850 del Gordini.
El resto de los elementos mecánicos también tenían origen Renault. No hay cifras oficiales, pero se estima que su producción alcanzó las 50 unidades.
No abundan las oportunidades para conocer de primera mano un proceso de gestación tan complejo y creativo como lo es el de diseñar y construir un auto, particularmente en la Argentina. Y así lo sintió el público que asistió a la charla, que Luis Varela brindó en el microcine del Museo.
Fue un público variopinto, integrado por asistentes a los cursos de Historia del Auto Argentino, dictados en el propio museo, estudiantes de diseño y entusiastas de los autos históricos. Todos ellos acompañaron la iniciativa para escuchar, casi como en una reunión de amigos, la apasionante historia que dio origen a uno de los más creativos y exitosos fuera-de-serie diseñados y construidos en la Argentina.
Con una virtuosa combinación de pasión, humildad y sencillez, Varela recorrió con un carismático relato el proceso que lo llevó a la concreción de su sueño: el diseño y construcción de un verdadero Gran Turismo argentino. Testigo y protagonista de una época dorada de la industria automotriz argentina (con una integración nacional del 95%), Varela repasó su trayectoria desde sus comienzos, como colaborador de las revistas Motor y Automundo, hasta los últimos Andino producidos, sin dejar detalles ni datos omitidos.
Algunos párrafos destacados:
* “El Andino fue mi sueño dorado de juventud. Hice todo lo humanamente posible para concretarlo y también lo imposible, aunque debo reconocer -como decía il comendatore Enzo Ferrari- que la palabra imposible está en el Diccionario de los Imbéciles. Todo lo que imaginamos con fuerza, con convicción, lo concretamos. Imaginar hace que suceda”.
* “Juan Manuel Fangio me felicitó muy especialmente, se entusiasmó muchísimo con el proyecto, me dio una difusión impresionante ante todo el periodismo, y por supuesto, una chapa tremenda. Decía que el Andino no tenía nada que envidiarle a cualquier auto europeo construido por los mejores carroceros”.
* “Con la maqueta a escala 1:10 y toda la documentación del proyecto, me recibió el mismísimo James Mc Cloud, presidente de IKA, en la sede de la empresa. Me felicitó, me dio la mano, me dijo mucha suerte con el proyecto, y elegantemente me despidió con una palmadita en la espalda”.
Fueron dos horas de recuerdos y anécdotas que pasaron tan rápido, como lo hacía la versión del Andino potenciada por Oreste Berta.
El público también fue protagonista cuando el propio Luis preguntó si alguno de los presentes era propietario de un Andino. Y, para sorpresa de todos, cinco manos se alzaron para contar que otros tantos siguen funcionando o están en camino de hacerlo. Entre ellos, un ejemplar rojo en pleno proceso de restauración, cuyo dueño posee desde hace 40 años, fue estacionado en la “Calle de los Recuerdos” del Museo.
Fuente: http://autoblog.com.ar/2011/09/luis-varela-y-el-andino-gt-%e2%80%9cimaginar-hace-que-suceda%e2%80%9d/
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