Por Oliver Galak - LA NACION
La industria autopartista acumula en el primer semestre un déficit comercial de US$ 4525 millones
La cadena automotriz, principal motor del crecimiento industrial argentino, representa también uno de los mayores agujeros en la balanza comercial del país. Por cada vehículo que sale de las terminales locales, se importan autopartes por casi 15.800 dólares.
El dato surge de dividir los US$ 6186 millones que costaron las autopartes importadas durante el primer semestre del año por los 392.298 vehículos fabricados en ese período. Debe aclararse que no todas las importaciones de autopartes van a la fabricación de vehículos, ya que muchas se derivan al mercado de reposición, pero el dato sirve para graficar cómo crece el déficit del sector. En 2010, por cada auto fabricado se importaban US$ 12.200; entre 2003 y 2009 (salvo durante la crisis de 2008), estaba en torno a los 11.000 dólares.
Durante el primer semestre, la balanza entre exportaciones e importaciones de vehículos terminados arrojó un superávit de US$ 565 millones, aunque esta cifra quedó licuada por el déficit comercial de US$ 4525 millones registrado por el sector autopartista (que creció 52% respecto de igual período de 2010).
En la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) apuestan a que este déficit comience a revertirse cuando maduren algunas de las medidas que se tomaron en el último año y medio, como la ley de incentivo a la radicación de autopartes, la obligación de las terminales de compensar sus importaciones, las licencias no automáticas y los créditos blandos para el sector.
"El déficit está creciendo porque la velocidad a la que crece la producción no es la misma que la que lleva que las consecuencias de esas medidas económicas se traduzcan en números", sostuvo su presidente, Fabio Rozemblum. AFAC estima que este año sus socios invertirán 1323 millones de pesos, un 87% más que en 2010.
Otro aspecto clave que explica el déficit es la baja integración de piezas locales que llevan los autos fabricados en el país, tal como apunta Manouk Manoukian, presidente de Pertrak, empresa que fabrica diversas autopartes. "Cada auto brasileño lleva adentro entre 70 y 90 por ciento de piezas brasileñas, según cómo se mida, mientras que cada auto argentino sólo lleva en promedio entre 20 y 40 por ciento de piezas locales", señaló el industrial.
Manoukian apuntó a otro problema: salvo algunas excepciones, la mayoría de los motores y cajas de cambio -los dos sistemas más caros que lleva un auto- son importados. Hay que contar como principal excepción la planta de cajas de transmisión que Volkswagen tiene en Córdoba, además de la producción propia de cajas que tiene Fiat y los motores que hacen General Motors, Peugeot y Mercedes-Benz.
Los 15.800 dólares que se importan por cada auto fabricado aquí coinciden casi con exactitud con el valor promedio que tiene cada vehículo argentino que se exporta. Los autos terminados que importa la Argentina, en su mayoría unidades chicas provenientes de Brasil, tienen un costo promedio algo inferior: 12.000 dólares. Si el segundo semestre repite las tendencias del primero, el complejo automotor-autopartista cerrará el año con un déficit total de US$ 8000 millones, casi lo mismo que se espera como superávit para toda la balanza comercial argentina.
A esto debe sumarse que la participación de los autos importados en el mercado interno ha crecido en los últimos años: en 2007 eran el 56% y hoy ya representan el 63% de todos los patentamientos. Y también el hecho de que el mayor parque automotor alimenta el crecimiento del mercado de reposición de piezas, que mueve entre 1500 y 2000 millones de dólares por año.
"El volumen del mercado de reposición está teniendo un crecimiento importante, porque el mercado de autos viene creciendo sostenidamente desde 2003", explicó Sergio L'Estrange, gerente de la división Automotive Aftermarket de Bosch Argentina. Esta empresa comercializa equipos de diésel, baterías y filtros, entre otros, tanto para piezas originales como para repuesto. Si bien trabajan con algunos proveedores locales que fabrican bajo su norma, la mayor parte de sus productos son importados, pero según L'Estrange, hoy por hoy, las licencias no automáticas que afectan al sector no les han impedido ingresar sus productos. "Existen licencias que de alguna manera restringen los productos importados, pero hasta ahora siempre hemos salido bien parados, porque hace años venimos trabajando con el desarrollo de proveedores locales", dijo.
En general, empresarios y funcionarios coinciden en que la oportunidad de reducir el déficit pasa por fabricar autopartes más vinculadas al cada vez más importante componente tecnológico del auto. Sin embargo, por ahora, la Argentina viene muy retrasada. Los airbags, por ejemplo, requieren un desarrollo tecnológico más sofisticado y desde 2014 serán obligatorios en todos los autos fabricados en el país. Sin embargo, durante la crisis de 2008-2009 se fue la única empresa que los fabricaba aquí.
¿Por qué no se puede lograr la integración de piezas que tienen los autos brasileños? Además de las obvias cuestiones de escala, hay otro dato que señalan los industriales. Las casas centrales para la región de casi todas las terminales están en San Pablo. "El gerente de compras local suele reportar a su jefe, que es brasileño, y los proveedores que conoce son los de allá", se quejó un autopartista que pidió reserva de su identidad...
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