Por Silvia Gómez - Diario Clarín
Estaba muy dañado por la toma de diciembre y años de abandono. Los vecinos reclamaron que lo arreglaran para evitar más ocupaciones. Habían prometido tenerlo listo en julio, pero hubo retrasos.
Cuando volvió la calma a Villa Lugano –tras la violenta toma de fines de 2010 en el parque Indoamericano, en donde murieron tres personas– el Gobierno porteño prometió obras en el lugar : un parque con juegos, canchas de fútbol y básquet, estaciones aeróbicas, baños y buffet. La obra avanza, pero los plazos de entrega se dilataron : la inauguración se corrió de julio a octubre. Y los vecinos están expectantes.
“En función de lo grande que es el lugar, entendemos que hay poco personal afectado a la obra. Así es lógico que los trabajos se retrasen. Además, el lugar estuvo abandonado muchísimos años y la toma de diciembre empeoró las cosas”, contó Eva Calabró, vecina de la zona. Como muchos otros, participa activamente de las reuniones que se organizan para seguir los trabajos y también para impulsar obras en otros lugares del barrio. Es que, en una zona de la Ciudad con muchas hectáreas libres, temen que las usurpaciones se repitan. “Lo cierto es que hubo un invierno impiadoso, con muchas lluvias. Es inevitable el retraso en una obra que se hace ciento por ciento al aire libre”, se excusó Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público, a cargo de los trabajos.
El jueves, en una recorrida por el parque, Clarín comprobó los avances de obra. Un grupo de operarios trabajaba en el hormigonado de las canchas y en la construcción del baño y el buffet. Por otro lado, con grúas y camiones, apuraban la consolidación del suelo. Ya se colocaron las torres de iluminación, el cerco perimetral y comenzaron a plantarse árboles. Y algunos de los caminos que formarán parte del trazado del parque ya tenían colocados los adoquines.
El proyecto tiene un costo de siete millones de pesos pero, a diferencia de otras obras públicas, el Ministerio decidió hacerlo con recursos propios para evitar el llamado a licitación. Una metodología que ya utilizó en el Mercado de Pulgas de Dorrego. Se usa la mano de obra de los empleados municipales, nivelan los suelos con la tierra que sale de las excavaciones del subte, colocan árboles que se cultivan en el vivero porteño y adoquines que son propiedad de la Ciudad, entre otras cosas. “Entre enero y marzo se colocó el enrejado perimetral y en mayo comenzó la obra. Hay que entender que la dimensión de este parque es similar, en promedio, a 15 plazas típicas de la Ciudad”, argumentó Santilli. Durante los últimos diez años el parque funcionó como depósito de escombros. Hubo que remover 7,5 toneladas de cascotes y piedras de obras.
El Indoamericano tiene 130 hectáreas y es el segundo espacio verde de la Ciudad, después del Parque 3 de Febrero. En él conviven un lago seco, viviendas de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, un paseo de los Derechos Humanos y otro en homenaje a los soldados de Malvinas y hasta una villa, junto a la autopista Cámpora. Ubicado en una zona muy conflictiva, en la que hay varios terrenos tomados, estuvo abandonado mucho tiempo y los vecinos están convencidos que esto propició la toma de diciembre.
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