Por Hernan Cappiello - LA NACION
Adquirió equipamiento para la Policía Federal por US$ 42 millones sin licitación; la intención era mejorar la seguridad en la ciudad
Foto: Archivo
La compra de 200 "patrulleros inteligentes" para la Policía Federal y la provisión, instalación y mantenimiento de 1200 cámaras de video para monitorear desde un centro de comando computarizado la ciudad de Buenos Aires, que realizó la Casa Rosada y que costó 42 millones de dólares, fue realizada sin licitación pública y al apuro de las elecciones, con la intención de dar un golpe de efecto sobre la ciudadanía.
Además, los costos de algunos de los elementos difieren de los precios que se obtienen en el mercado por aparatos que brindan similares prestaciones. Así se desprende de los documentos de la contratación a los que accedió La Nacion.
El plan supondrá una superposición con las 1164 cámaras que ya opera el gobierno porteño e implica duplicar redes de telecomunicación. La Nación y la ciudad no coordinaron la puesta en marcha del programa que se desplegará en las calles porteñas.
Las negociaciones comenzaron cuando el gobierno le requirió a Israel que le indicara qué empresas de ese país podrían proveer el sistema que quería instalar en la vía pública. Los israelíes invitaron a tres compañías: Israel Aeroespace Industries, Mer Systems y Ness A. T. Ltd. En abril, funcionarios de la Casa Rosada tuvieron reuniones con las empresas en las que les expresaron "la urgente necesidad del ministerio de tener el proyecto en funcionamiento a corto plazo", según fuentes que participaron de las conversaciones.
El lunes 2 de mayo, Israel Aeroespace Industries y Mer Systems presentaron sus propuestas. Ness A. T. Ltd. lo hizo el jueves 5 de mayo. Triunfó Mer Systems, porque la propuesta de Israel Aeroespace incluía sólo el equipamiento de los patrulleros y no redes de telecomunicaciones. Además estimaba entregar todo en cuatro meses y no había presentado oferta económica. Las propuestas de Mer y de Ness siguieron en carrera. Esta última es la que implementó el 911 en Nueva York, pero sus costos fueron superiores a los de su competidora.
En el Ministerio de Seguridad optaron por Mer Systems, no sólo por sus precios, sino porque ya había instalado centros de monitoreo para los Juegos Olímpicos de Atenas, la ciudad de Río de Janeiro y Jerusalén. Además, tienen oficinas en Buenos Aires. El proyecto argentino es el más grande de los que realizó.
En junio, el Ministerio de Seguridad, a cargo de Nilda Garré, suscribió un contrato con Mer Systems para proveer los patrulleros, las cámaras, instalar el centro de control, montar una red de fibra óptica en la ciudad y, además, una red de banda ancha de largo alcance. Todo esto para transmitir online las imágenes captadas por los patrulleros. Desde los móviles se pueden escanear las patentes de los autos y compararlas con bases de datos de vehículos robados.
Además de la compra de los elementos, se contrató su mantenimiento. La compra se realizó mediante un convenio específico firmado entre el Ministerio de Seguridad y el Ministerio de Defensa de Israel para la provisión, la instalación y el mantenimiento del sistema conocido en ese acuerdo como Safe City o Ciudad Segura, la marca con la que la empresa Mer Systems vende el combo tecnológico.
El acuerdo estableció que Mer Systems iba a ser el proveedor, y el contrato firmado fue por 41.950.075 dólares, de acuerdo con los documentos en poder de La Nacion. Los pagos se realizarían a través del Banco de Nueva York. La Nacion intentó conocer las razones de por qué se eligió esta forma de contratación, pero los voceros de Garré no respondieron las consultas efectuadas por teléfono, mail y por SMS.
Expertos de las ONG dedicadas a las compras públicas transparentes y fiscales dedicados a la investigación de casos de corrupción explicaron a La Nacion que no es ilegal esta manera de contratación, aunque destacaron que lo habitual es llamar a una licitación internacional para obtener un mejor precio. Otros expertos en seguridad dijeron que la compra puede pecar de "apresurada" porque no se evaluó complementar lo nuevo, con lo que la Policía Federal tiene en funcionamiento. Tampoco se evaluó cómo coordinarlo con las cámaras que sirven al gobierno porteño.
El contrato fue firmado en Israel el 16 de junio por Gustavo Sibilia, a cargo del la secretaría de Planificación del ministerio, en representación de Garre, el mismo que intercambió mails con Ron Noyman, ejecutivo de Mer, durante las negociaciones. La propuesta comercial de Mer Systems, luego ampliada a pedido del Gobierno, señala: "El mensaje a transmitir, desde un principio, para influenciar en la percepción del cambio [es] que permitirá asegurar la tranquilidad y la paz de la población de la ciudad de Buenos Aires".
Promete Mer en su propuesta de venta: "Obtener un fuerte impacto sobre eventos políticos (elecciones) [los paréntesis son del texto original], cumbres internacionales, eventos deportivos, importantes fiestas religiosas" y "ayudar en la definición de objetivos y parámetros a influenciar en la mejora de la percepción pública". Otra ventaja eran los plazos de entrega: 75 días para los patrulleros y cámaras y 120 para la instalación completa de las redes. La idea era tener todo el equipo funcionando antes de las elecciones de octubre...
Es que publicar una licitación obligaría a establecer unas fechas, y parece que lo interesante no es lo más efectivo, o la mejor relación calidad/precio, sino tenerlo funcionando antes de las elecciones.
ResponderEliminarOtra cuestión es: Si un contrato de 40 millones de dólares no es obligatorio sacarlo a concurso ¿a partir de qué cantidad lo es?
La Sra. Kirchner es una excelente engañabobos.
ResponderEliminarPobre país.
Sl2