Por Juan Diego Wasilevsky - iprofesional.com
Las compañías locales están de parabienes. Festejan el boom de ventas y, encima, casi no tienen que competir con artículos del exterior. El Gobierno les hace “el trabajito” de no dejarlos pasar. Pero todo tiene su precio. Para gozar de esta protección deben adaptarse a nuevas reglas de juego
Estaban destinados a "poblar" los hogares argentinos, de la mano de un dólar casi quieto, fuertes suba de costos locales y un boom de consumo en plena expansión. Venían llegando de a miles, en grandes barcos, a la espera de que el Gobierno les abra las puertas. Sin embargo, la Aduana argentina, actuando como una suerte de oficina de migraciones, comenzó a "denegarles la visa".
Y así como iban arribando al país, ante este sistema de "tolerancia cero", fueron hacinándose en el puerto, a la espera de una luz verde que les permitiera cruzar la frontera pero que, por ahora, se mantiene en rojo.
Esta situación no está vinculada con problemas migratorios, sino que es parte de una política de protección a la industria local. Y quienes padecen esta suerte de "cerrojo" no son habitantes de otras naciones, sino que son miles de artículos para el hogar que habían partido de un amplio abanico de países pero que, por decisión oficial, no pueden ingresar.
En efecto, el Gobierno argentino desde hace ya cuatro meses le viene negando, de manera sistemática, el permiso de acceso a prácticamente todos los electrodomésticos fabricados en el exterior. En diálogo con este medio, Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores, ratificó que "en la Aduana hay demorados unos 400 contenedores, algunos cargados con alimentos, pero la mayoría con artículos del hogar. Y muchos de ellos se encuentran frenados desde fines de marzo, es decir que estamos hablando de plazos de cuatro meses sin respuestas".
En concreto, se estima que hay más de 20.0000 productos del segmento de línea blanca que permanecen juntando polvo en las terminales portuarias y depósitos fiscales. Y esto incluye desde los pequeños electrodomésticos -como afeitadoras, planchitas para el pelo, batidoras y radios-, hasta los grandes -que incluyen lavarropas, heladeras y cocinas-.
Para el presidente de la CIRA, "lo más preocupante es que están frenados muchísimos productos o que ya tenían licencias no automáticas aprobadas -es decir que contaban con el permiso para ingresar al país-, o que directamente no requerían de esta aprobación, por lo cual en la práctica debían ingresar sin problemas".
De acuerdo a Santisteban, "el área elegida para que cayeran todos estos casos fue Gestión de Riesgo, una oficina en la Aduana que históricamente analizaba precios, volúmenes y controlaba que no haya irregularidades con las posiciones arancelarias". Según el directivo, desde esa oficina nunca llegó una explicación clara acerca de las razones por las cuales se produce este súbito frenos a miles de artículos del hogar, que hace semanas complica a los comercios argentinos. Pero esta es apenas el 50% de la historia. Tal como se encargaron de explicar los propios industriales a este medio, el freno esconde una estrategia del tipo "toma y daca".
¿En qué consiste? En "limpiar" el mercado de productos importados, dejar una suerte de "zona liberada" para que las empresas nacionales le saquen el jugo a la fuerte demanda de artículos del hogar y así no deban lidiar con la competencia del exterior. Como contrapartida, los industriales deben aceptar sin chistar", al menos públicamente, la imposición de listas de precios totalmente regulados y cuyos ajustes anuales se encuentran muy por debajo de las subas de costos que vienen padeciendo.
Así, mediante el "cerrojo" el Gobierno se beneficia con una menor demanda de dólares por parte de las empresas, que necesitan de estas divisas, para comprar dichos bienes de consumo importados. Se trata de un factor clave en momentos en que se necesita, más que nunca, cuidar el "colchón verde" para así hacer frente a una fuga de capitales exacerbada, que obliga al Central a contar cada centavo de dólar para evitar distorsiones en el tipo de cambio.
En diálogo con iProfesional.com, el gerente de compras de una de las principales cadenas de retail del interior del país, aseguró que "la situación empeoró en relación a unos meses. En línea blanca no está entrando nada importado, sólo tenemos fabricación nacional".
"Los rubros más afectados son heladeras, cocinas y equipos de aire acondicionado. En el caso de marcas de alta gama, como Ariston, Whirlpool o Candy, sólo estamos comercializando los modelos que les fabrican empresas nacionales. Pero también hay casos de marcas que exportan y compensan su propia balanza comercial y así y todo no las dejan traer productos de afuera", explicó el directivo.
Eso no es todo. En el caso de los pequeños electrodomésticos, aseguró que "la situación no es mejor. Hay varias marcas que tienen contenedores parados con muchos productos. Sólo estamos comercializando algunas afeitadoras o cortacabellos de origen nacional, pero después no está entrando nada. Liliana es una marca que empezó a producir en Argentina y recién ahora está entregando algunos artículos, pero muy de a poco".
En efecto, según datos de Abeceb.com, las importaciones de algunos electrodomésticos se desplomaron hasta un 97%, como sucedió con los microondas, que pasaron de registrar un ingreso de casi u$s2 millones, entre enero y mayo de 2010, a apenas u$s43.000 durante el mismo período de 2011.
El siguiente cuadro marca las importantes contracciones que registraron numerosos productos:
El faltante de artículos del exterior se puede observar en la cadena Carrefour. En la sucursal de Vicente López, uno de los vendedores volvió a repetir el discurso que, a esta altura, todos los que se encuentran del otro lado del mostrador ya se han aprendido de memoria: "Está todo parado en la Aduana. En caloventores, por ejemplo, en esta época de alta demanda, nos llegaron apenas 30 unidades y en menos de un día se fue todo. Ahora no sabemos cuándo va a llegar el nuevo despacho".
En la misma línea, si un comprador realiza un "tour virtual" por la página de ventas online de Garbarino, podrá encontrar que los productos importados brillan por su ausencia. De este modo, mientras que años atrás los artículos del exterior no paraban de ganar participación, en la Argentina modelo 2011 la industria nacional "arrasa". Así, en este sitio se pueden encontrar publicados, por ejemplo, 36 lavarropas fabricados localmente, y apenas 2 chinos y uno español:
En el caso de cocinas y hornos microondas, directamente no hay a la venta productos importados.
"Realmente de afuera tenemos poco y nada. Desde hace meses hay muchísimos productos trabados. En el caso de las heladeras, de Whirlpool nos queda un solo modelo", explicó una de las empleadas dedicadas a la venta telefónica.
En un contexto donde los planes de cuotas y descuentos se mantienen y que el dinero sigue fluyendo en el bolsillo de los argentinos, la venta de electrodomésticos goza de muy buena salud en el país, con un crecimiento interanual que va del 7 al 8%, que lo posiciona al sector por encima de otros 17 rubros, según un relevamiento de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME). Y lo que más destacan los industriales es que más del 80% de esa demanda está abastecida con producción nacional, a diferencia de lo que ocurría tras la salida de la convertibilidad, cuando la proporción era absolutamente inversa.
Claro que, como quedó de manifiesto, esto tiene un costo para el empresariado local y es, justamente, el tener que aceptar una única regla de juego impuesta por el Ejecutivo: "someterse" a la regulación de los precios oficiales y acatar que los productos no aumenten más de lo pretendido por el Gobierno, a pesar de que estas subas autorizadas corren muy por debajo del incremento en los costos.
En diálogo con iProfesional.com, el directivo de una de las principales compañías que fabrican cocinas en la Argentina, y que pidió absoluto off the record, reconoció que, "así como nos ayuda mucho el tema de las barreras a la importación y el freno en la Aduana, por el otro lado, desde el Gobierno nos están imponiendo una política de precios muy difícil de sobrellevar. Vendemos más que nunca, eso es cierto, pero con la imposibilidad de ajustar según los costos". "Este esquema nos favorece por un lado pero nos perjudica por el otro, porque los precios regulados atentan contra la rentabilidad", se quejó el directivo.
En concreto, para todo lo que es línea blanca, la Secretaría de Comercio Interior negoció con las empresas que, a lo largo de 2011 iba a autorizarles subas anuales del 9% para los productos de gama baja, del 12% para los de gama media, y del 18% para los artículos de más alto precio. Sin embargo, el empresario se quejó de que "hasta ahora nos habilitaron aumentos casi inexistentes, del 5% promedio. Con eso no podemos hacer nada si consideramos que en abril empezamos a pagar un 15% más de salarios y en julio otro 10% extra".
El directivo aseguró que "con estos valores estamos lejísimos de cubrir la variación de costos. Necesitaríamos, a lo sumo, que nos autoricen una suba de entre el 10 y el 15% de manera urgente para recuperar la rentabilidad que teníamos en diciembre del año pasado". Desde la gerencia de una empresa dedicada a la fabricación de heladeras, coincidieron con este cuadro de situación: "Las trabas nos favorecen y nos permiten vender más. Hoy, el 80% del mercado es nacional, mientras que en 2003 apenas teníamos el 25%. Estamos en una marca histórica".
Sin embargo, el gerente también se quejó de que "el mayor volumen de ventas se contrapone a la rentabilidad inferior, porque tenemos un techo muy rígido por la política de precios y un piso que no para de subir". El temor de los empresarios es, justamente, quedar presos de un sistema por el cual están obligados a vender cada vez mayores cantidades para prorratear los costos, dado que la mínima contracción en el nivel de demanda implicaría un duro golpe en las ganancias de cada compañía. "En los últimos meses subió todo: la materia prima, los insumos y la mano de obra. De hecho, la participación de esta último en el producto terminado, que hace un par de años era del 8%, hoy pasó a representar más del 14% del total", protestó el directivo de una de las grandes fábricas de heladeras, ubicada en el interior del país.
En este contexto, reveló un dato llamativo: "Estamos empezando a hablar con algunos funcionarios para que dejen ingresar aquellos productos de alta gama que no se fabrican en la Argentina y no nos afectan a nivel industrial, porque los comerciantes cada vez se están tirando más contra nosotros por los faltantes".
Sin embargo, como quedó visto, mientras sea un problema la falta de dólares, la inflación tenga que seguir bajo estricto seguimiento y la suba de costos haga menos competitiva a la industria nacional, el sello de "denegado" seguirá vigente y a la espera de rechazar nuevas "visas".
Veo bien que la industria nacional reemplace a los productos extranjeros. El problema es la inflación que quita rentabilidad a la producción y eso depende de la politica economica.
ResponderEliminarSin embargo hay que esperar reacciones de los países extranjeros. Nadie puede esperar que Argentina cierre sus fronteras a los productos importados sin que los otros países ejerzan la reciprocidad.
ResponderEliminarTal vez hubiese sido mejor un arancel que encareciese el producto extranjero para que el producto nacional fuese más competitivo.
Buenas tardes, coincido con el Sr. Elias en que el enfoque de privilegiar la producción nacional es el adecuado.
ResponderEliminarEn cuanto a la rentabilidad, y tomando los dichos del artículo de referencia, si la masa salarial representa hoy un 14% de los valores de venta y los aumentos fueron de, digamos, un 25%, ergo el incremento de costo en el producto final debidos al aumento de salarios representa un 3.7% del mismo. Si fueron otros los costos que se incrementaron fuertemente sería interesante que los detallen más claramente para que nos enteremos.
Saludos.
Lo unico que realmente nos puede afectar es lo que se comercialice dentro del Mercosur, el resto (mientras no sean repuesto con destino lineas de producciones industriales nacionales) se puede manejar.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
L.B.A.