Por Marcelo Bellucci - Diario Clarín
En la mayor vidriera aeroespacial del mundo, los fabricantes presentaron apuestas basadas en combustibles orgánicos y energía solar. Se podrá volar a 4.800 km/h.
Muchas de las estructuras de la industria aeronáutica son el resultado de una visión futurista, a la que después un ingeniero de vuelo supo adaptar a las alturas. Durante la 49° edición del Salón Internacional de la Aviación en Le Bourget, Francia, se dieron a conocer los prototipos y reglamentaciones que surcaran los cielos del mañana. Esta exposición – que desde hace un siglo, se despliega año por medio – es considerada la mayor vitrina aeroespacial del mundo, exhibió más de 140 modelos originales.
Casi todos los expertos de Airbus y Boing, los principales fabricantes, apuntan a una era de aviación orgánica, con aeronaves más eficaces que limiten la emisión de gases contaminantes, combustible extraído de aceites, semillas o algas, asientos confeccionados con materiales que se reparan y limpian por sí mismos y techos traslúcidos.
La apuesta de EADS, el consorcio europeo que fabrica el Airbus, fue el Zehst o Zero Emission Hypersonic Trasportation , el nuevo avión hipersónico alimentado por biocombustibles. El prototipo, que estará listo para 2050, unirá dos de los conceptos que persigue la navegación moderna: ecología y velocidad. Este modelo se desplazará a una velocidad cuatro veces superior a la del sonido; unos 4.800 kilómetros por hora (match 4), con lo que aventajará al mítico Concorde, que no pasaba de match 2. Además, no producirá emisiones contaminantes, ya que sus turborreactores se moverán a base de algas.
Otro acierto de la feria es el Solar Impulse HB-SIA, cuyo prototipo tiene el peso de un auto y es impulsado por motores eléctricos que se abastecen con energía solar. Su corazón es una computadora que optimiza el desgaste energético. Sus desarrolladores son Bertrand Piccard, aeronauta, autor de la primera vuelta del mundo en globo sin escalas y André Borschberg, ingeniero y piloto de caza. “Podemos volar toda la jornada y almacenar suficiente energía en las baterías para continuar durante el anochecer, mientras los otros sólo pueden hacerlo durante el día”, opinaron sus creadores.
Otro ejemplo de combustible alternativo es el Boeing 747-8 Cargo, que lleva en sus 4 motores una mezcla de 15% de biocarburante a base de aceite de camelina, una planta similar a la col, que puede sustituir al queroseno, sin necesidad de modificar las turbinas.
El concepto de cabina transparente, con la que Airbus pretende reemplazar para el año 2050 a las cúpulas tradicionales, ofrecerá al pasajero una vista panorámica de paisajes , maniobras, más la verdadera sensación de estar en el aire. El armazón calado (que emula la espina dorsal de un ave) estará revestido por una membrana inteligente que controlará la temperatura y dejará filtrar la luz exterior. El fuselaje luminoso y transparente será construido con materiales biodegradables. A esto se le sumarán asientos ergonómicos que se adaptarán al contorno del cuerpo y un espacio de realidad virtual en el se podrá jugar al golf o hacer compras. La propulsión de esta nueva máquina no está definida por completo. El hidrógeno podría ser una opción, pero al ser tan costoso y no existir en estado puro, como alternativa se maneja la idea de utilizar fusión nuclear.
Por último, dos que ya son realiad: en plan salvataje, el Eurocopter X3 es un híbrido con la capacidad de despegue y aterrizaje verticales de un helicóptero, más la alta velocidad de crucero y la maniobrabilidad de un avión. Su mayor provecho lo encuentra en misiones de larga distancia de búsqueda y salvamento. Otro mastodonte ruso es el anfibio B-200, diseñado por la compañía Beriev, cuya finalidad principal es extinguir incendios forestales.
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