Por JUAN CERRUTI - Cronista.com
El Club contraofertó un plan de pagos a 3 años, pero dejando para más adelante la deuda que se acumuló por los intereses que no se abonan desde 2002. El Gobierno la evaluará.
Las negociaciones con el Club de París no avanzan al ritmo que el Gobierno había previsto al anunciar la intención del organismo de regularizar la deuda en default sin la intromisión del FMI. Sin embargo, en la Casa Rosada no pierden las esperanzas de anunciar un acuerdo en los próximos 60 días. El plazo no es antojadizo. Obedece que a que desde el Club deslizaron a la Argentina que junio es la fecha tope para lograr un acuerdo. Pasado ese tiempo, el Club va a preferir congelar las conversaciones y volver a sentarse a negociar con quien resulte ganador de las elecciones presidenciales. Aún si es el mismo gobierno, reveló ayer a El Cronista una fuente cercana al consorcio de acreedores.
Lo cierto es que el Club de París rechazó de plano una primera propuesta que presentó 20 días atrás el Gobierno. En rigor, no fue una oferta formal, sino un borrador que elaboró el Ministerio de Economía para sondear el ánimo de los acreedores. La Argentina propuso pagar en un plazo de seis años los u$s 6.300 millones en default más los intereses punitorios (en total suman alrededor de u$s 9.000 millones), con un mecanismo que aceleraba el plazo de cancelación si la economía argentina crecía más de lo previsto.
Pero en el Club no tardaron en rechazar la oferta. Sucede que la propuesta estaba formulada como una reestructuración de la deuda en default y si es así el estatuto del organismo requiere que el país deudor tenga un acuerdo vigente con el FMI, a lo que la Argentina se niega. En su lugar, el Club deslizó una contraoferta que cumpliría con las premisas de un diferimiento de deuda (en lugar de una reestructuración), para lo cual no se requiere de la inclusión del FMI.
Según pudo confirmar este diario, la oferta del Club consistiría en un plazo de pago de tres años, pero sólo de la deuda en default al momento de declarar la cesación de pagos. Es decir, los u$s 6.300 millones. Este es el monto que la Argentina puede negociar directamente con el Club. Los casi u$s 3.000 millones restantes (intereses punitorios por el atraso en los pagos) deberán ser acordados con cada país acreedor en particular y tiene la ventaja que no debe hacerse público necesariamente y pueden concederse quita.
Las ofertas no están tan lejos. Con el plan que presentó la Argentina, tendría que pagar alrededor de u$s 2.500 millones por mes. Con el que al Club le cerraría, serían alrededor de u$s 3.000 millones por año y luego negociar los punitorios, explicó otra fuente allegada a las conversaciones.
Lo cierto es que la fecha tope es junio. Y en 10 días podría haber novedades, porque el ministro de Economía Amado Boudou y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, viajarán a Washington para participar de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial. Allí se entrevistarán con los ministros de finanzas de los países que integran el Club de París. Para muchos es la última oportunidad del año para llegar a un acuerdo.
El principal acreedor de la Argentina dentro del Club es Alemania con el 34% de la deuda. Le siguen Japón (26%), Holanda (9%), Italia (8%) y Estados Unidos (7%). Con España prácticamente se canceló todo el pasivo por u$s 1.000 millones en una negociación aparte.
El titular del Club es Ramón Fernández, pero quien lleva la voz cantante es Christine Lagarde, la ministra de Economía de Francia, que a su vez ejerce la presidencia honorífica del consorcio de acreedores. Francia es, precisamente, uno de los países que más trabas ha puesto en las negociaciones, dado que es la nación que tiene una posición más fuerte contra la Argentina.
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