Por Antonio Rossi - Diario Clarín
La más famosa compañía de colectivos estaba en concurso preventivo.
Al igual que lo que sucede con los jugadores de futbol antes del inicio de cada campeonato, el “mercado de pases” de las líneas urbanas de colectivos estuvo en las últimas semanas muy movido y con varias transferencias resonantes que totalizaron más de $ 140 millones.
De las tres compañías del área metropolitana que cambiaron de camiseta en los últimos meses, la operación que más ruido generó fue la de Micro Omnibus Norte (MONSA) , la empresa que presta los servicios de la mítica línea 60. Creada en 1931 con flota de 82 unidades, la 60 fue la primera que se destacó por operar durante todo el día con horarios predeterminados. Su traza inicial de Plaza Constitución a Canal San Fernando se fue extendiendo con el correr de los años hacia nuevas terminales en Escobar, Maschwitz, Rincón de Milberg, Tigre y Gral. Pacheco.
Tras haber sido la “inventora” de los servicios diferenciales , la empresa se hizo famosa en los 70 con la novela “Un mundo de veinte asientos”, donde el actor principal, Claudio Levrino interpetraba a un colectivero de la “60”. Estructurada como una “sociedad de componentes” (cada vehículo pertenece a un accionista-propietario que se queda con la recaudación pagando un cargo a la administración), la 60 entró en crisis hace 5 años y tuvo que pedir la convocatoria de acreedores.
Con un pasivo concursal del orden de los $ 250 millones , la mayoría de los 250 propietarios-componentes salieron a vender sus acciones entre mediados de 2010 y enero de este año. Tras numerosas cesiones de acciones minoritarias, alrededor del 88% de la empresa —que transporta cerca de 280.000 pasajeros por día— quedó ahora en manos de tres nuevos dueños: El grupo NUDO que explota actualmente las líneas 5, 50, 99, 106 y 107. Este consorcio está integrado por dos pesos pesados del sector: el grupo DOTA —que tiene más 1.700 vehículos y opera, entre otras, las líneas 5,8,23,44,76,91,101 y 188— y Nuevos Rumbos, la empresa concesionaria de las líneas 26 y 132.
La compañía Rosario Bus, del empresario santafesino Agustín Bermúdez que opera 16 recorridos urbanos en el Gran Rosario y las líneas 41 de la Capital Federal y 203 del Conurbano.
La firma Micro Omnibus Tigre, que explota varios ramales comunales en la zona norte (204, 228, 505, 506, 512, 513 y 720, entre otros) y que, según varios empresarios del sector, tendría relación estrecha con algún intendente de la zona donde operan.
Si bien renovaron 100 de los 350 colectivos que tiene el parque de la empresa, entre los nuevos dueños ya se habrían planteado fuertes diferencias que se estarían dirimiendo en los tribunales.
En tanto, otra línea que cambió de manos por $ 12 millones fue la 151 que une Constitución con Puente Saavedra. La compró “La Nueva Metropol”, del grupo misionero Zbicosky que opera la empresa de larga distancia Singer y las líneas metropolitanas 65, 194,195,228 y 365.
Por su parte, la línea 46 también tiene nuevo concesionario. Se trata de una UTE integrada por 10 líneas urbanas de la zona oeste del Conurbano que habrían desembolsado $ 10 millones para quedarse con el manejo de la empresa que une La Boca, Pompeya, Liniers y San Justo.
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