Por Francisco Olivera - LA NACION
La Presidenta se lo encargó a De Vido tras las protestas de la semana pasada; sería a través del Congreso.
Muy irritada con una protesta gremial que obligó a reprogramar unos 18 vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral, la presidenta Cristina Kirchner convocó de urgencia a Olivos, la semana pasada, al ministro de Planificación, Julio De Vido, y le encomendó lo que pretende convertir en estocada para el sindicalismo aeronáutico: le pidió que empezara a transmitirles a esos dirigentes que, por orden de la jefa del Estado, el Gobierno empezaría a buscar un socio local para ambas compañías.
El arquitecto ya empezó a moverse. Lo primero que hizo fue dejar trascender entre líderes aeronáuticos que la Casa Rosada estaba analizando enviar al Congreso el caso de las compañías, todavía en proceso de expropiación. El mensaje fue eficaz: ya la semana pasada un piloto recibió una llamada de un diputado del Peronismo Federal que le preguntaba cómo le caería que empresarios adquirieran el 50% de Aerolíneas y el Estado mantuviera la otra mitad. Algunos empleados fueron sondeados por canales más indirectos: Patricia Alzúa, casada con Carlos Zannini, secretario legal y técnico, se estuvo ocupando en los últimos tiempos de las implicancias jurídicas de una eventual separación de Aerolíneas y Austral. La doctora Alzúa es funcionaria de la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires.
De Vido debe buscar el socio. La Presidenta le pidió además información detallada a Mariano Recalde, presidente de Aerolíneas. El militante de La Cámpora ya se había encargado, hace un mes y medio, de inquietar a Jorge Pérez Tamayo, líder de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), con una especie de acertijo que desde entonces deja sin dormir a los sindicalistas. "Eso se acaba en marzo", le contestó, cuando Pérez Tamayo le reclamaba una solución para la pelea entre su gremio y la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA). Una contienda que depara consecuencias tan insólitas como, por ejemplo, que miembros de uno y otro gremio no puedan volar juntos.
Una privatización parcial tendría, de todos modos, serias complicaciones jurídicas. Primero, porque el juicio de expropiación no terminó. Fue lo que dijeron ayer en Aerolíneas ante la consulta: "Es imposible jurídicamente. Hay mucha bronca con los gremios, pero el resto no se puede porque no terminó el proceso". Segundo, porque la ley que lo impulsó incluía el compromiso de no volver a privatizar las compañías, artículo postrero que valió en su momento la adhesión de la izquierda. Y en tercer lugar porque el Estado ha desembolsado, desde 2008, unos 1200 millones de dólares en Aerolíneas y Austral sin tomar la precaución de incluirlos en cada ejercicio como aportes de capital. Son, por lo tanto, deuda con el fisco para cualquier interesado en comprar. Un abogado aeronáutico se reía ayer ante estas objeciones: "Pero estos tipos derogaron la ley de gravedad...".
El movimiento presidencial parece ser por lo menos una advertencia. Cristina Kirchner no puede creer que las protestas se hayan agravado después de tantas concesiones a los trabajadores. El colmo fue la reciente incorporación de otros 237 pilotos mediante un acta que Recalde firmó con Pérez Tamayo y que incluye la decisión de mantener los aviones Jumbo hasta 2012. Esos aviadores esperan sin volar. El paro de azafatas de la semana pasada cerró el círculo de furia. Ocurrió mientras Héctor Recalde, padre de Mariano y abogado de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, que conduce Ricardo Frecia, analizaba romper su vínculo con el gremio en solidaridad con su hijo, algo que finalmente no hizo.
Ante tantos rumores, los sindicalistas se echan culpas mutuas. Algunos difundieron un comunicado contra "no más de 15 integrantes de la Fuerza Aérea" a los que acusaron de "generar caos constantemente, avalados por ciertos sectores que quedaron nostalgiosos al no poder argentinizar a través de sus empresarios amigos toda la operación relacionada con el grupo Aerolíneas Argentinas"
No fue inocente, con todo, el mensaje que la Presidenta les dejó a todos ayer, en la apertura de sesiones del Congreso. Después de elogiar el desempeño de Aerolíneas, fustigó: "¿Por qué digo esto? Porque creo que todos los sectores sindicalmente organizados vinculados a servicios y a tareas que tienen que ver con lo que utilizan otros trabajadores como usuarios y consumidores tienen que tener prácticas diferentes, no pueden someter de rehenes a usuarios y consumidores en la República Argentina luego del esfuerzo ingente", dijo.
"Yo reflexionaba el otro día -agregó-, y se lo digo con todo el afecto a mis compañeros de los sindicatos: muchas veces, como militantes políticos, independientemente de nuestra ocupación institucional, criticamos prácticas monopólicas que se dan por allí en el sector empresario producto de posiciones dominantes, las criticamos duramente y con razón, pero muchas veces también vemos que en el sector de los trabajadores sindicalmente organizados, que por allí tienen el monopolio, no hay otra forma de viajar que no sea en avión para otros, o de transportarse en trenes o en colectivos, o de tener luz o gas, no utilizar también la misma lógica o el mismo comportamiento que criticamos en otros porque yo quiero seguir siendo compañera de mis compañeros de los sindicatos y no cómplice de maniobras que siempre terminan perjudicando a trabajadores. Porque los que viajan en colectivos, en trenes, en aviones, son también trabajadores."
Comentario:
Esperemos que se cumpla, sino es un poco mas de chachara...
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