En agosto de 2010, en menos de 13 horas dos mujeres murieron atropelladas por colectivos en Capital. Pocos días antes, un interno de la línea 15 había atropellado a una familia, matando a un nene de 5 años, en Scalabrini Ortiz y Honduras. Tras estos episodios, tanto el Gobierno nacional como el porteño salieron a prometer medidas para disminuir la cantidad de accidentes con colectivos involucrados. Hasta ahora, poco se hizo. Después de varias reuniones entre funcionarios nacionales y de la Ciudad y empresarios y sindicalistas del transporte público, hubo al menos un avance. La CNRT le remitió a la Ciudad la lista de 22.000 choferes habilitados para manejar colectivos en Capital. Esta información es importante, porque el 70% tiene registros de otras jurisdicciones, lo que dificulta los controles o aplicarles multas. Sin embargo, todavía no se instalaron los GPS en los 9.800 colectivos que circulan por la Ciudad, tal como prometió el ministro del Interior, Florencio Randazzo . Estos sistemas permitirían controlar desde una central la velocidad a la que circulan los colectivos.
Tampoco se cumplió lo prometido por el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que anunció que enviarían un proyecto a la Legislatura para bajar a 40 km/h el tope de velocidad de los colectivos en avenidas , aunque el mes pasado propusieron bajar todas las velocidades en la Ciudad. Además, la Ciudad empezó a retenerle el registro a los colectiveros por exceso de velocidad o violación de luz roja, y los obligan a pagar la multa para recuperar su licencia.
Funte: Diario Clarín
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