El subte avanza a paso lento. En trenes y colectivos los subsidios no mejoran el servicio.
Para los especialistas, la única forma de mejorar los problemas de congestión es invertir fuertemente en transporte público. Sin embargo, pese a los anuncios, las mejoras se siguen demorando. El caso del subte es un ejemplo. Si bien Macri volvió a anunciar ayer fechas de inauguraciones de obras, se trata de proyectos que desde hace años están en la agenda y tardan en concretarse. De hecho, los planes para hacer las nuevas líneas F y G, aún están en estudio y seguramente quedarán para futuras administraciones. Además, en los últimos años el Gobierno nacional tampoco logró importantes mejoras en la actual de red subtes, que necesita desde mejorar sus frecuencias hasta renovar sus vagones.
Otra apuesta es el Metrobus, el colectivo rápido que circulará por toda la traza de la avenida Juan B. Justo. “Confiamos en ponerlo en funcionamiento en abril. Que se haya quebrado el record de venta de autos es una buena noticia. El problema no es el auto sino dónde y cómo se lo usa . Nuestro gobierno logró poner en agenda que es importante priorizar el transporte público, y el Metrobus va en ese sentido”, explicó Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte y Tránsito de la Ciudad.
El problema es que los colectivos que ya están, al igual que los trenes, hoy reciben millones de pesos para subsidios, con lo que se busca contener aumentos tarifarios, pero no se invierte en proporción para mejorar la calidad del servicio . Con transportes deficientes, es casi imposible que quienes puedan usar un vehículo particular se resignen a hacerlo, aún a pesar de los problemas en el tránsito.
Problemas que también tienen que ver con obstáculos judiciales. Por ejemplo, el Gobierno porteño anunció la construcción de 25 pasos bajo nivel , pero un amparo judicial presentado por vecinos, que piden que los túneles se hagan pero no en calles laterales (como quiere la Ciudad) sino en las avenidas principales.
Otro tipo de problemas viene por la falta de coordinación entre la Ciudad y la Nación, que mantiene el control sobre los transportes públicos. Por ejemplo, con la ampliación de la autopista Illia, que permitiría conectarla con la General Paz y que los autos puedan ir más rápido al salir de la Ciudad en la hora pico de la tarde. Como para esa obra hizo falta correr las vías del ferrocarril Belgrano Norte, luego mover otras instalaciones y ahora correr el cerco del aeroparque Newbery (todas tareas a cargo de la Nación), la obra se fue demorando.
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