Por Silvia Naishtat para el Diario Clarín
Es Biogénesis Bagó, que produce vacunas contra la aftosa. Para la Casa Blanca puede ser blanco terrorista.
El tratado se firmó en septiembre de 2006 y desde el kilómetro 38,5 de la Panamericana, en la bonaerense Garín, se exportan los antígenos para que Estados Unidos, México y Canadá puedan elaborar sus propias vacunas contra la aftosa, esa enfermedad que tanto daño causa a los rodeos.
El antígeno es un insumo clave y tener garantizado ese abastecimiento preocupa a Hillary Clinton, como revela el documento que hace público WikiLeaks y que fue difundido ayer por el diario español El País y el británico The Times. Así las cosas, la fábrica de la vacuna antiaftosa figura entre los sitios localizados fuera de EE.UU. considerados de una importancia crítica para Washington.
Y ese laboratorio es el único que se menciona de Argentina de una lista secreta de los lugares estratégicos en el mundo que Washington quiere proteger contra eventuales ataques terroristas. En ese listado se incluyen más de 300 lugares en el planeta en 18 rubros que abarcan recursos naturales, energía, comunicaciones, alimentos y reservas de agua.
En el cable, con fecha febrero de 2009 sobre los lugares que podrían ser blancos del terrorismo, aparecen industrias, puertos, gasoductos y minas. Según esta filtración, el Departamento de Estado de EE.UU. pidió a todas sus embajadas en el extranjero que elaborasen una lista de las instalaciones cuya pérdida tendría un impacto en la sanidad pública o la seguridad económica del país. Entre ellos se destaca el laboratorio argentino.
La planta de Garín no figura por su nombre. Pero se trata del laboratorio Biogénesis Bagó que, con una producción anual de vacunas contra la aftosa de 200 millones de dosis, es el número uno del mundo en ese producto. Además, es el principal proveedor del antígeno en base al cual EE.UU., México y Canadá pueden elaborar la vacuna. Otro dato: Biogénesis Bagó comercializa la mencionada vacuna en todos los países de Sudamérica que la necesitan.
La compañía es el resultado de una sociedad en partes iguales entre la familia Bagó, casi una dinastía en el negocio farmacéutico argentino y el grupo Insud, un holding de las familias Sigman-Gold. Insud cobija a distintas firmas del empresario Hugo Sigman, que con Chemo, lidera en laboratorios y se diversificó hacia el cine, el sector editorial y múltiples establecimientos agropecuarios. Sigman es de los que no ocultan su simpatía por el gobierno de Cristina Kirchner.
Con 10.000 metros cuadrados cubiertos dedicados a remedios veterinarios, las condiciones de bioseguridad de la planta de Garín son las denominadas nivel 3 agricultura, el máximo rango de la escala y que se traduce en procedimientos muy estrictos en la producción. Alejandro Gil, director de Biogénesis Bagó, señaló ayer a Clarín : “Es un orgullo ser proveedor del Banco de Vacunas y Antígenos contra la Fiebre Aftosa de Norteamérica y haber pasado por la auditoría de APHIS (Animal and Plant Health Inspection Service)”. Esa auditoría fue, precisamente, la puerta de entrada para proveer el antígeno a EE.UU.
La planta de Garín, que factura US$ 100 millones al año, es también una de las más importantes del globo por su nivel tecnológico. Curiosamente hace un mes Cristina Kirchner recorrió las instalaciones que se ampliaron en 4.000 metros cuadrados, pero para producir esta vez vacunas antigripales.
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