Por Graciela Iglesias - Diario La Nación
Recortará gastos de Defensa, pero no alterará las fuerzas distribuidas en torno a las islas.
El gobierno británico anunció drásticos recortes en su presupuesto de defensa, pero no alterará su presencia militar en torno a las islas Malvinas en el Atlántico Sur. Entre los ajustes -los más profundos realizados por un gobierno británico en más de una generación- figura el decomiso inmediato de la flota de aviones Harrier, a la cual Gran Bretaña debe en gran medida su victoria en la Guerra de Malvinas, y del buque insignia Ark Royal, con lo cual el Reino Unido quedará sin capacidad de desplazar una fuerza de portaaviones por casi una década.
Gran Bretaña mantendrá en la zona de Malvinas una fragata, un destructor, una patrullera, un buque explorador, un buque de suministro, el ocasional patrullaje por parte de un submarino y 1076 personas de servicio en tierra. Poco antes del anuncio, el ministro de Defensa, Liam Fox, advirtió que "si alguien cree que la defensa de las Falklands (Malvinas) quedará debilitada, es mejor que piense otra vez".
Es probable, sin embargo, que las tareas de esta "fuerza de disuasión" se vean afectadas por el impacto de los recortes en otras áreas de Defensa, como la reducción del número de destructores (de 24 a 19), el cierre de varias bases de la Royal Air Force, el despido de 25.000 empleados civiles, 7000 soldados y oficiales del ejército, 5000 miembros de la fuerza área y otros 5000 uniformados de la armada. El total del personal en retiro forzoso alcanzará así las 42.000 personas.
El presupuesto de Defensa se reducirá en un 8% durante cuatro años, lo que permitirá un ahorro de 1200 millones de dólares. Las medidas forman parte de un paquete de ahorros estatales aún mayor, que la coalición liberal-conservadora dará a conocer hoy para hacer frente al déficit presupuestario.
Según se informó, los nuevos portaaviones HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Wales no entrarán en servicio hasta 2016 y 2019. Transportarán helicópteros y aviones, no necesariamente británicos, sino también franceses y norteamericanos, ya que participarán de las operaciones dirigidas por la OTAN. La flota de aviones Tornado permanecerá en funciones, pero sólo hasta que cumplan su misión en Afganistán.
El primer ministro David Cameron admitió ante la Cámara de los Comunes que las medidas dejarán "un hueco en las defensas convencionales británicas por unos cuantos años", pero aseguró que el esfuerzo es necesario para "concentrarse en los peligros no convencionales del futuro, como el ciberterrorismo". En un encuentro con oficiales del Permanent Joint Headquarters (equivalente al Estado Mayor Conjunto), Cameron no pudo evitar ser blanco de duras críticas.
"Yo entiendo que hace falta hacer ahorros, pero estas medidas me parecen equivocadas", dijo el teniente coronel Kristin Ward, de 37 años, piloto de aviones Harrier e hijo del coronel Nigel Ward, que durante la Guerra de Malvinas estuvo al frente de la flota de aviones del buque HMS Invincible. Reprochó al primer ministro haber sido premiado por realizar 140 misiones exitosas en Afganistán, con unos recortes que lo dejan "virtualmente desempleado".
El decomiso de los Harrier fue también criticado por el ex ministro de defensa y almirante retirado lord Alan West. "Es algo muy riesgoso. Digamos que en dos años o en tres, Dios lo prohíba, los argentinos deciden invadir las Falklands (Malvinas). Entonces nos será totalmente imposible, aun cuando tengamos un ejército de 10 millones de soldados, ir y hacer algo concreto para defenderlas." Lo mismo opinó su colega, sir Jonathon Band, quien fue primer lord del almirantazgo entre 2006 y 2009: "Esta medida nos ha sacado de un solo golpe nuestra capacidad clásica de reacción ante un escenario de emergencia".
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