La Argentina sigue ciega e inerme. El problema de la droga se hace imparable.
El pasado domingo 8, en el pueblo riojano de Chepes “llovió” droga del cielo. En total, cayeron 12,5 kilogramos de marihuana, distribuidos en quince bolsas cerradas al vacío. Más allá de la sorpresa, la sospecha es que hubo un error geográfico de la banda que arrojó los paquetes desde una avioneta.
Pero no fue el primer caso del año, sino el cuarto en la misma provincia. El episodio pone de relieve la preocupante y descontrolada situación de pequeñas naves que ingresan al país desde las fronteras trayendo sustancias ilegales. En este punto, las fuerzas de seguridad reconocen la imposibilidad momentánea de parar el fenómeno y ya se habla de unos 100 vuelos diarios, que en la mayoría de los casos no requieren de pistas clandestinas, porque todo se resuelve con un aparato de GPS, un piloto que navegue a escasa altura y zonas descampadas para recibir la entrega.
“No tenemos forma de parar la entrega de drogas mediante avionetas, aún más desde la aparición de los GPS, porque ya ni requieren de pistas de aterrizaje. Tiran las bolsas desde el aire en un lugar determinado, y alguien recoge la droga. Así de fácil. Lo que podemos hacer, y estamos profundizando en esta materia, es desarrollar métodos de inteligencia para adelantarnos a la distribución. Tenemos récord de incautaciones, pero respecto a las avionetas estamos complicados”, dijo a DIARIO POPULAR un jefe de Gendarmería, asignado a la zona noroeste del país.
Acerca de la cantidad de avionetas que cruzan al espacio aéreo argentino para dejar sus cargas, no hay hasta el momento estadísticas oficiales, pero se habla en distintos organismos de unos 100 vuelos diarios. “La cifra supera el centenar de entregas, lo dicen los propios funcionarios en conversaciones extraoficiales. Cada una puede traer hasta 400 kilogramos, con dos tripulantes, o 600 con uno sólo. Pero hay vuelos con mucha menos mercadería, porque es negocio igual. La pasta base y la cocaína llegan directamente al Conurbano”, dijo Claudio Izaguirre, de la Asociación Antidrogas de la República Argentina.
Heriberto J. E. Román
Coronel (R) OIM-EA
Fuente: http://www.informadorpublico.com/100208.html
Aquí se ve lo imbricadas que están la defensa en la actualidad con la capacidad tecnológica y la soberanía y salud pública.
ResponderEliminarLa ley les impide abrir fuego a los aviones que irrumpen espacio aereo argentino, pero que pasa con los paquetes que dejan caer. Un Pucara los puede interceptar y seguir su recorrido mientras que un par de helos pueden aparecer en el lugar de recepcion y arrestar a los implicados o bien recuperar la droga para destruccion. Las soluciones son miles lo que falta es voluntan desde la politica y las fuerzas de seguridad conjuntas.
ResponderEliminar100, no, me parece que se fueron al carajo con el numero, hay dos radares activos en el Norte y pronto se inaugura la estación fija de radar de Resistencia
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