La mitad del precio que se paga por la nafta y el gasoil corresponde a diferentes impuestos que luego se destinan a subsidios y a obra pública Martina Cifre estaciona su auto Volskwagen Golf en la estación de servicio ubicada en las avenidas Leandro N. Alem y Córdoba, y en pocos minutos concreta una colaboración para solucionar las inundaciones en la provincia de Buenos Aires, mejorar las rutas y restablecer la salud de la caja estatal. A pocos metros de allí, Martín Garrido se baja de su Ford Focus y deja parte de su sueldo para abaratar el costo en combustible de los camioneros. Ninguno de los dos coloca dinero en urna alguna, sino que sólo piden que carguen su tanque con nafta y gasoil, respectivamente.
Seguramente, los automovilistas no lo tienen presente, pero una gran parte del precio final de la nafta y el gasoil que cargan son impuestos y tasas. "Ni idea. Yo ni me pongo a pensar en eso... Cargo el tanque y listo. ¿En serio es tanto?", se asombra Cifre. "Algo sabía, pero si uno se pone a mirar todo eso directamente, no hay que pisar más una estación de servicio", exagera Garrido. Y paga con un billete de 100 pesos.
Raúl Castellanos, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha), prefirió no dar porcentajes y hablar de cómo se distribuye cada centavo del precio final. Según detalló a LA NACION, de los $ 3,70 que se pagan en promedio por cada litro de nafta súper, $ 1,65 es el precio neto del producto; $ 1,0600, al impuesto a la transferencia de combustibles (ITC); $ 0,4439, al IVA; $ 0,0825, a la tasa hídrica; $ 0,0370, al impuesto a débitos y créditos bancarios; $ 0,0977, a ingresos brutos (sólo en provincia); $ 0,0195, a tasa municipal; $ 0,0139, a comisión de tarjetas de crédito (en el 30% de las ventas, ponderado), y $ 0,2956, margen bruto de la estación de servicio.
En el caso del gasoil, de los $ 2,99 que se abona en promedio por cada litro, $ 1,60 pertenece al precio neto del producto; $ 0,3040, al ITC; $ 0,4065, al IVA; $ 0,3520, a la tasa al gasoil; $ 0,0300, al impuesto débitos y créditos bancarios; $ 0,0777, a ingresos brutos (sólo en provincia); $ 0,0079, a la tasa municipal; $ 0,0056, a la comisión de las tarjetas de crédito (en el 30% de las ventas, ponderado), y $ 0,2143, al margen bruto del estacionero. En virtud de estas cifras, en el primer caso se hablaría de que 53% del precio del litro de nafta puesto en la estación de servicio está compuesto por impuestos, a lo que hay que sumarle la ganancia del estacionero. Mientras que, en cuanto al gasoil, se hablaría de un 42 por ciento.
También se puede discriminar cada impuesto según sus porcentajes. Según Daniel Montamat, en el caso de las naftas, al precio de la refinería el estacionero debe sumarle 62% de ITC, 5% de tasa hídrica, 21% de IVA y 3,5% de Ingresos Brutos. El resultado es que, partiendo de un precio promedio de venta al público de $ 3,30 por litro, un 28% de ese valor se va a las arcas de la AFIP vía ITC, otro 12% por IVA (se paga por el valor neto de impuestos), un 3% por Ingresos Brutos y otro 2% se va al Fondo Hídrico. En total, de los $ 3,70 que paga el consumidor $ 1,50 van a parar al Tesoro nacional.
Para el gasoil, el precio de compra a las petroleras se completa con los mismos impuestos que pesan sobre las naftas, pero en lugar de una tasa hídrica se paga un impuesto al gasoil del 22% y el ITC es del 19 por ciento. Suponiendo un precio promedio de pizarra de $ 2,99, $ 1,10 engruesan el superávit fiscal. Un 10% del precio final lo absorbe el ITC; otro 11%, el impuesto al gasoil; un 14%, el IVA, y un 3% de Ingresos Brutos.
El impuesto al gasoil se destina a subsidiar a camiones y colectivos, el ITC va a un fondo para la construcción de viviendas y la tasa hídrica se impuso para realizar obras que solucionen las inundaciones en el interior. Ahora, que todo ese dinero vaya donde se prometió es otro cantar. Un estacionero que pidió no ser nombrado se quejó: "Todo ese dinero nunca llega donde tiene que llegar". Según confió la misma fuente, ni un solo peso de la tasa hídrica se destinó al tema de las inundaciones.
Al igual que Cifre y Garrido, miles de argentinos seguirán "colaborando" con alguien más que las refinerías y las estaciones de servicio.
Fuente: Diario La Nación
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