Hay especies subtropicales que soportan las heladas.
El avance de la soja y la agricultura cambiaron la actividad ganadera, ya que no sólo se corrió la frontera agropecuaria, desplazando a las vacas al Litoral norte y a zonas semiáridas, sino que también se produjo un reacomodamiento en la pampa húmeda, obligando a utilizar las cañadas y suelos de menor productividad.
El avance de la soja y la agricultura cambiaron la actividad ganadera, ya que no sólo se corrió la frontera agropecuaria, desplazando a las vacas al Litoral norte y a zonas semiáridas, sino que también se produjo un reacomodamiento en la pampa húmeda, obligando a utilizar las cañadas y suelos de menor productividad.
En este contexto, en el marco del primer Congreso de Pasturas Megatérmicas para Zonas Templadas, realizado en Melincué, Santa Fe, el especialista en carnes del INTA Daniel Rearte afirmó que la base para hablar de una mayor producción de carne en el país es que se produzcan más terneros. Por otro lado, para José María Collazo, de la forrajera Calwest, "en la utilización de las cañadas y los campos naturales de la pampa húmeda, tenemos entonces un desafío muy importante, si queremos aumentar la producción de carne".
Collazo recordó que viene aumentando en los últimos años el consumo de agropiro, lotus tenuis y melilotus, reflejando la tendencia hacia el uso de campos salinos o salino sódicos, o alcalinos, alcalinos/sódicos, en dónde conviven el pelo de chancho y el gramón, con producciones de materia seca de 600 kg/ha/año. De acuerdo con Collazo, el uso de agropiro y lotus tenuis ha mejorado la situación, pero no siempre son la mejor opción, ya que en muchos casos se ve la presencia de las mismas, pero con baja colonización y niveles de producción.
"El desplazamiento de la ganadería de cría hacia el Norte llevó a que prestáramos cada vez más atención a las forrajeras megatérmicas o subtropicales. Dentro de ellas, existen especies que persisten en climas en el cual se presentan heladas invernales", destacó. A estas especies también se las conoce como gramíneas C4 ( o de carbono 4) como es el caso del maíz, mientras que las templadas corresponden a gramíneas C3 ( o de carbono 3). Las gramíneas C4 son muy eficientes en la producción de materia seca, llegando a valores de 120 kg de materia seca por día en ambientes tropicales, versus los 40 kg de materia seca de una gramínea templada.
Según Collazo, en épocas anteriores, estas especies resultaron de poco uso en la pampa húmeda, porque el mayor faltante de materia seca se produce en invierno y porque las gramíneas de zonas templadas tienen menor contenido de fibra y mayor proteína, es decir, mayor calidad forrajera. "Así las cosas, a esta altura nos preguntamos cual sería la ventaja entonces de introducir algunas gramíneas megatérmicas en zonas templadas", dijo Collazo.
De acuerdo con el experto, en primer lugar vale nombrar a la Grama Rhodes, que soporta muy bien los suelos alcalinos y salinos sódicos, resultando una gran colonizadora en aquellas cañadas de pelo de chancho, en donde se puede pasar de 600 kg por ha de materia seca a los 6000 kg.
La ventaja de esta especie es su tolerancia a dichos suelos, y la agresividad en la colonización, por su expansión a través de estolones. A esto se agregan varios factores que la vuelven más atractiva, como pueden ser la facilidad actual en el control del tapiz inicial con el uso de glifosato, el mejoramiento en la calidad de forraje que otorgan las variedades mejoradas, el pildorado de semillas y el agregado de azospirillum. "Estas especies son de producción estival, por lo tanto pueden ser excelentes para un rodeo de cría con terneros al pie, pero deben ser parte de una cadena forrajera, ya que se debe cubrir el bache invernal con otros potreros que provean forraje para el invierno y la salida del mismo", dijo Collazo.
Por otro lado, indicó el experto, el Panicum coloratum o mijo perenne presenta también buenas características en suelos alcalino sódicos, con muy buena tolerancia al frío. La Digitaria eriantha, por otro lado, combina una buena tolerancia a sequía y heladas en zonas de clima semiárido, adaptándose a suelos de textura arenosa y poca materia orgánica, pero no tolera salinidad.
Dada la amplia superficie de suelos en nuestra pampa húmeda y sub-húmeda, que no corresponde a los llamados lotes de alta calidad de suelos, las posibilidades de estas nuevas variedades de megatérmicas abren un escenario por demás interesante en el camino de recuperación de suelos que lleven a una mayor producción de terneros.
Fuente: lanacion.com
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