miércoles, 6 de mayo de 2009

Negociarán la deuda en default tras los comicios

Por Martín Kanenguiser LA NACION
El Gobierno planea un acercamiento con los bonistas que rechazaron el canje y el Club de París; más bonos para la Anses
El Gobierno busca retomar las negociaciones por la deuda aún en default con los bonistas que rechazaron el canje de 2005 y el Club de París tras las elecciones legislativas de fin del mes próximo, y en paralelo profundizará las colocaciones de deuda de mediano plazo dentro del sector público. Fuentes oficiales indicaron a LA NACION que "el diálogo con los bonistas no se ha cortado", aunque admitieron que aún no hay una nueva propuesta para dejar atrás el default pendiente desde 2001.

"La intención es retomar una agenda completa después de las elecciones, que debe incluir todos los aspectos pendientes: Club de París, deuda pendiente con los acreedores privados, para poder sostener los precios de los bonos", indicó la fuente vinculada a las negociaciones. En el caso del Club de París, tras la fallida promesa de la presidenta Cristina Kirchner de abonar la deuda (cerca de US$ 7000 millones) en un solo pago, el Palacio de Hacienda trabaja en un esquema escalonado para cumplir con los países acreedores que no cobran desde el fin de la convertibilidad.

En cuanto a los tenedores de bonos en default, que acumulan una deuda de US$ 29.000 millones, aún no se diseñó una nueva propuesta, pero ya quedó en claro que no habrá "plata fresca", como se imaginó en 2008 en la oferta que los bancos Citi, Deutsche y Barclays acercaron al Gobierno. Más incierto parece un acercamiento al Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya decidió prestarle a México y a Colombia.

Los funcionarios admiten que hasta que no pasen los comicios será difícil convencer a los inversores sobre la voluntad y la capacidad de pago del país, mientras buena parte de las naciones latinoamericanas ya lograron volver al mercado voluntario de la deuda desde enero último. Este camino, según analistas de importantes bancos de inversión, está vedado para la Argentina "porque los inversores financieros creen que este gobierno los estafó y no van a cambiar de visión hasta que no haya otro presidente".

La otra señal que podría permitir mejorar levemente el precio de los títulos soberanos es exhibir los recursos para el pago de los Boden 2012 por unos US$ 2300 millones previsto para agosto. Al respecto, se retomó la idea de concretar un canje con los inversores institucionales. En cambio, por ahora se descartó recomprar deuda, pese a las versiones que indicaban lo contrario.

Mientras tanto, el Ministerio de Economía continuará con su programa de colocaciones de deuda dentro del sector público. Se espera una resolución que autoriza un programa financiero para transformar los $ 11.000 millones que hay en letras del Tesoro ($ 7000 millones vencen este año) colocadas en organismos públicos en bonos que vencen en 2016, como ya ocurrió con fondos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). "La Anses tiene 55.000 millones de pesos en títulos publicos en su cartera y tiene más sentido que tengan un bono que se puede rescatar o que pueden vender en el mercado antes que una letra que se renueva anualmente", se justificaron los funcionarios. Se trata de bonos en pesos, con tasa Badlar más un spread de 345 puntos básicos y pagos trimestrales.

La profundización de las colocaciones dentro del Estado hace temer a los inversores sobre políticas más "hostiles" después de las elecciones, en un menú que incluiría un bono compulsivo a los bancos hasta alguna cesación de pagos selectiva. Un importante ex funcionario descartó este escenario de posible "radicalización" porque "sin mayoría parlamentaria el Gobierno tendrá que exhibir una faceta más conciliadora", de modo de poder llegar hasta 2011 sin mayores sobresaltos.

En este contexto, un informe del estudio Bein señaló que este marco de incertidumbre "está permitiendo que algunas agencias del Estado, como el Banco Central, recompren deuda y generen una mejora en el perfil de vencimientos", que permite imaginar un escenario sin default. Por esta vía, el Central "habría comprado $ 17.000 millones en el último año" y cuenta con 24% de los cupones en pesos y 14% de los denominados en dólares, se precisó.

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