Entre las opciones que tiene un armador para reaccionar ante la caída de la demanda se cuentan la de parar las órdenes de construcción en los astilleros, tratar de cancelar las que se puedan y dejar los buques anclados.
También se puede cortar la oferta mandando los buques a desguace. Pero la flota de porta contenedores no es necesariamente "vieja", y aún así se ve forzada a una renovación con un promedio de antigüedad de entre 8 a 10 años, en un momento en que entre el 10 y el 12% de la flota mundial está "sin trabajo". Si de colmos se trata, mientras los armadores mandaron a construir barcos en un momento "caro", ahora los buques nuevos llegan para reemplazar a otros no tan viejos que van a desguace en tiempos que se paga muy poco por la chatarra naval.
"Los precios del scrapping (desguace) están muy bajos, pero es mejor hacer ésto que mantener al barco parado, con los costos fijos que siguen corriendo y una tripulación de emergencia. Algunos encontraron la alternativa de usar los porta contenedores para transportar carga proyecto", dijo Marcos Hansen, de Maersk Line. "Otros están cumpliendo funciones de almacenamiento de equipos vacíos, porque es más barato tenerlos a bordo que en tierra", indicó Nicolas Starzenski, de Marítima Heinlein.
Otra estrategia tiene que ver con ajustar la velocidad de navegación, cuyo impacto es directo en el consumo de combustible, que llegó a los US$ 700 la tonelada. "Ahí la posibilidad es agregar más buques en al servicio. Si bien el transit time (tiempo de navegación) aumentan, se baja la velocidad, permitiendo un gran ahorro de combustible", explicó Hansen, tras despejar dudas sobre el consumo de una mole de 14.000 TEU: "El consumo es similar a uno de 8000, porque los motores no son tan diferentes".
Más buques para bajar la velocidad reduce costos y "amiga" al transporte marítimo con el medio ambiente. La disminución en la velocidad (de 23 a 20 nudos) reduce hasta un 17% las emisiones de dióxido de carbono (CO2). "En Europa este es un tema candente. Muchos clientes exigen compromisos con el cuidad del medio ambiente al firmar los contratos. Esto va a llegar acá en algún momento", proyectó el directivo de Maersk, tras hacer una breve comparación: llevar una tonelada de langosta desde Montreal a Rotterdam implica una emisión de 165 kilos de CO2 si va navegando, y de 4000 kilos si viaja volando.
Fuente: Diario La Nación
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