lunes, 22 de diciembre de 2008

Alianza estratégica: Brasil eligió a Francia como socio militar

Modernizará sus fuerzas armadas; viaja Sarkozy para firmar acuerdos
Brasil no cesa en el empeño por consolidar su peso en la región y, al mismo tiempo, reubicar su papel a escala mundial. Luiz Inacio Lula da Silva, cuya popularidad interna sólo se ve superada por sus éxitos diplomáticos, quiere blindar al país defensivamente para salvaguardar su imparable desarrollo económico y su influencia política.
Para modernizar unas fuerzas armadas obsoletas, el presidente brasileño ha elegido como socio estratégico a Francia, cuyo presidente, Nicolas Sarkozy, llega hoy a Brasilia con el objetivo de rubricar importantes contratos militares que incluyen el traspaso de tecnología.
Unos días después de haber colocado, en la cumbre de Costa do Sauípe, los cimientos para la creación de una nueva organización latinoamericana, sin el concurso de Estados Unidos y con la inclusión de Cuba, Lula sigue sumando. A partir de hoy recibirá a Sarkozy por partida doble. Primero, en el contexto de una cumbre con la Unión Europea (UE) en la que, entre otros asuntos, Brasil espera conseguir el apoyo de Bruselas para convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. A esa cumbre seguirá una visita oficial del mandatario francés durante la que se firmarán los acuerdos estratégicos en defensa.

En concreto, Brasil comprará a Francia cuatro submarinos convencionales Scorpéne . Con el traspaso de tecnología francesa, Brasilia estará en condiciones de construir un submarino nuclear que podría estar finalizado en un plazo de diez a doce años. El acuerdo incluye también la construcción en territorio brasileño de medio centenar de helicópteros de transporte EC-725. El monto total de la operación podría superar los 3000 millones de dólares.

La autonomía de Francia para transferir su propia tecnología fue determinante para Brasil, que desechó a Rusia por la negativa del Kremlin a la transferencia tecnológica.
La opción francesa elegida por Brasil contrasta con la alianza de la Venezuela de Hugo Chávez con Rusia. En los últimos tres años, Caracas ha comprado material bélico a Moscú por un valor de 4400 millones de dólares. Por su parte, Brasilia, además de asegurarse la autonomía tecnológica a mediano plazo, llama a las puertas de Europa para su ansiado asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

En los últimos meses, el gobierno brasileño ha ido desgranando los detalles de su ambicioso Plan de Defensa Nacional, presentado oficialmente por Lula el jueves pasado. Con la aprobación definitiva del plan, en cuya articulación han trabajado los ministros de Asuntos Estratégicos, Roberto Mangabeira Unger, y de Defensa, Nelson Jobim, Brasil inicia una modernización de sus fuerzas armadas con el objetivo de preservar sus ingentes recursos naturales, reposicionar sus efectivos militares y adquirir la preciada autonomía tecnológica.

"El lanzamiento de este plan supone dar a las fuerzas armadas el tratamiento de seriedad que merecen (?) e integrarlas con la sociedad brasileña", señaló Lula.
Tanto Mangabeira Unger como Jobim coinciden en "el poder efectivo de disuasión" que el plan otorgará a Brasil en un momento en que el país se reafirma como potencia regional. Una capacidad también para "poder decir no" y tomar decisiones al margen de Washington.
Reforzar la Amazonia
Entre las principales novedades del plan figura la redistribución de los 300.000 efectivos de sus fuerzas armadas para proteger las zonas estratégicas. Así, en la zona fronteriza de la Amazonia se incrementará el número de soldados de 17.000 a 25.000. Las reservas petroleras de las zonas marítimas, como la de Tupí, donde recientemente se descubrieron nuevos yacimientos, también serán prioritarias.

Según Jobim, la característica principal del nuevo ejército será la "movilidad", es decir, la conversión de los destacamentos militares en unidades de respuesta rápida. Unas fuerzas armadas que estarán unificadas bajo un nuevo estado mayor conjunto encabezado por un militar y directamente subordinado al ministro de Defensa.

El plan prevé la permanencia y el refuerzo del servicio militar obligatorio, descarta la inclusión de las mujeres en él e incorpora sólo como sugerencia (y no como una obligación, tal como figuraba en el borrador inicial) la posibilidad de que los jóvenes descartados del servicio militar realicen a cambio un servicio social.

La nueva estrategia defensiva de Lula potenciará también la industria militar, tanto pública como privada, para contar con una industria bélica made in Brasil . "Las fuerzas armadas brasileñas no reciben inversiones de forma planificada e integrada desde hace 30 años", recuerda Rodrigo Godoy, experto en defensa del diario O Estado de S. Paulo . "Empresas como Embraer podrán mantener su liderazgo en el mercado regional de aviones gracias a este plan", añade.

Como sostiene el ministro Jobim, Brasil "piensa en grande". Y está de moda. Es un " softpower con una imagen muy positiva en el mundo", dijo a LA NACION Eduardo Viola, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia. El gigante latinoamericano pide paso y lo hace sin complejos, e incluso con algunas dosis de atrevimiento. Lula ya lo advirtió irónicamente: "Dios cuida a todos los países, pero parece que decidió vivir en Brasil".

Las claves del plan
-Socio. Francia será el socio estratégico de Brasil en materia militar. El ministro de Defensa, Nelson Jobim (foto), ha cerrado la compra de cuatro submarinos convencionales y la transferencia de tecnología para la construcción de un submarino nuclear, además de medio centenar de helicópteros.
-Consejo de Seguridad. Lula busca el apoyo de Francia y la Unión Europea para conseguir un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.
-Zonas estratégicas. El plan de defensa presentado por Lula prevé la reubicación de efectivos militares en zonas estratégicas, como la Amazonia y las reservas petrolíferas. Además, el servicio militar continuará siendo obligatorio y se descarta la participación de las mujeres.
-Autonomía. Brasil potenciará su industria militar, pública y privada, para conseguir la autonomía tecnológica a medio plazo y ser un referente en la región.

Foto: EFE
Fuente: Por César González-Calero - LA NACION

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