jueves, 14 de agosto de 2008

Ductos georgianos: futuro negro

La construcción de futuros oleoductos en Georgia quedan en entredicho.El conflicto de Georgia impone un reto mayor para los gobiernos y las compañías que intentan encontrar nuevas maneras de transportar el petróleo y el gas del Mar Caspio, a través del Cáucaso del Sur, hasta los mercados europeos.

Hay varias tuberías importantes que pasan a través de Georgia, algunas de ellas a tan sólo kilómetros de posiciones ocupadas por las fuerzas rusas antes que Moscú declarara el alto el fuego el pasado 12 de agosto. Actualmente, estos ductos no parecen estar bajo amenaza por el reciente conflicto (aunque los tres han sido temporalmente cerrados, uno por las razones de seguridad y los otros dos como medida de precaución). Lo que sí está en juego son los planes para nuevas tuberías y los proyectos para la expansión de las ya existentes.

Las dudas más grandes se refieren al futuro del transporte de gas. Está en juego son los planes para nuevas tuberías y los proyectos para la expansión de las ya existentes. Actualmente, el gaseoducto existente de Bakú-Tiflis-Erzurum (BTE) lleva 6 mil millones metros cúbicos de gas al año a Turquía, parte es luego transportado a Grecia. Cuando la producción en Azerbaiyán crezca, la línea debe alcanzar su capacidad completa de 20 mil millones metros cúbicos de gas al año en el 2014.

La Unión Europea también está promoviendo otras propuestas para el desarrollo de tuberías paralelas que puedan llevar hasta 30 mil millones metros cúbicos de gas al año del gas de Turkmenistan, y quizás de Kazajstán. La UE llama la ruta a través de Azerbaijan y de Georgia su "Cuarto Corredor", el cual incluye proyectos como el gasoducto "Nabucco" que llevaría el gas hasta Austria, saliendo desde donde termina el BTE en Turquía.

Los ductos de Georgia:
-Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), con una capacidad de 1.0 millones de barriles al día. Esta línea lleva el crudo de Azerbaiján hasta el puerto mediterráneo de Ceyhan en Turquía
-Baku-Supsa, con una capacidad de 150 mil barriles al día, lleva el petróleo del Mar Negro, al puerto georgiano de Supsa.
-Bakú-Tiflis-Erzurum (BTE), gasoducto que lleva 6 mil millones metros cúbicos de gas al año a Turquía desde Azerbaiján.

¿Quién gana?
Estos proyectos benefician a los productores caspios y a los consumidores europeos porque evitan el paso por Rusia. Los productores ganan acceso directo a los consumidores finales, mientras que Rusia compra actualmente gas de Asia central a un precio, y después lo vende a Europa a precios mucho más altos y la diferencia supera con creces el mero costo del transporte.
También beneficia a los consumidores porque nuevas líneas trae nuevos competidores en el mercado europeo, que en este momento es abastecido en un 50% por Rusia.

La demostración del poderío ruso -que oficialmente estaba protegiendo a los rusos que residen en el territorio separatista en Georgia de Osetia del Sur- es un recordatorio para los productores caspios, particularmente Kazajstán, donde cerca de 30% de la población es de origen ruso.
Se puede prever ahora que la presión rusa sobre los productores caspios para utilizar las rutas rusas para sus exportaciones aumentará.

Al mismo tiempo, las compañías occidentales que intenten conseguir los fondos necesarios para proyectos importantes en el Cáucaso del Sur enfrentarán más obstáculos. Aunque seguramente el impacto sobre las rutas existentes será más limitado. Por ahora, parece que no hay una seria amenaza a los oleoductos que pasan por Georgia, pero el golpe a la reputación del país como lugar seguro para alojar infraestructura costosa y extensiva es potencialmente muy fuerte.

En conclusión, todo el sistema de ductos para gas y petróleo que ya funcionaban antes del conflicto entre Rusia y Georgia deberían reanudar sus operaciones en unos días, siempre y cuando no se rompa el alto al fuego. El tráfico ferroviario, sin embargo, puede tardar más para recuperarse, dependiendo del daño que sufrió la infraestructura. Pero la verdadera perjudicada fue la reputación de Georgia. Estos últimos días han demostrado que los llamados "conflictos congelados", no son más que volcanes cubiertos de nieve. Proteger las inversiones que ya se hicieron en este país es una cosa, pero poner más dinero para construir nuevas tuberías es otra cuestión completamente distinta.
Fuente: Por John Roberts para BBC Mundo