A lo largo de la última década, la Armada Nacional ha ido conformando una pequeña flota fluvial de buques de guerra, que viene facilitando la movilidad de las tropas en extensas zonas del país, lo que ayuda a fortalecer la estrategia y ofensiva de las Fuerzas Militares en su propósito de ir doblegando a los grupos subversivos y de narcotraficantes que delinquen en Colombia.
La decisión de construir su propia flotilla se remonta a 1.997, tarea que le fue confiada a oficiales, suboficiales y civiles adscritos al entonces Departamento Técnico de la Base Naval ARC Bolívar en Cartagena.
Ya son cinco las embarcaciones dotadas con modernos sistemas de comunicación, armamento y blindaje especial que les permite resistir los ataques de los grupos armados al margen de la ley.
El diseño y construcción de estas naves se realizó en Colombia; en las instalaciones de la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria. Naval, Marítima y Fluvial de Colombia, Cotecmar, ubicada en Cartagena de Indias, y su entrada en operación hace parte del Proyecto Nodriza, una iniciativa liderada por la Armada Nacional que contempla la construcción de cinco embarcaciones más durante los próximos años.
Dentro del esquema de operaciones que la Armada Nacional viene desarrollando en el territorio colombiano, estos buques patrulleros de apoyo fluvial, como son denominados, son encargados de abastecer de combustible, municiones y alimentos a las pequeñas patrulleras desplegadas a lo largo de los ríos Putumayo, el Magdalena, el Orinoco y el Atrato, entre otros.
Para estrategas militares colombianos, el país estaba en deuda de contar con embarcaciones de este tipo, ya que la geografía nacional tiene más de 13.000 kilómetros de ríos navegables, que requieren una custodia permanente. En muchas regiones del país, los ríos son, la única ruta de acceso, lo que exige mantenerlos siempre vigilados para garantizar el tránsito sobre ellos.
Cada uno de los nuevos buques construidos por Cotecmar para la Armada Nacional, con cerca de 40 metros de eslora y 300 toneladas de desplazamiento, está diseñado para navegar en aguas poco profundas, adaptándose a las condiciones variables de los ríos colombianos.
La entrada en operación de los buques Patrulleros de Apoyo Fluvial ha permitido ampliar la cobertura y permanencia en el área de operaciones de los pequeños botes que conforman los Elementos de Combate Fluvial, gracias a que pueden ser reabastecidos con combustible, munición y pertrecho, sin necesidad de retornar a sus bases, mejorando la autonomía y los resultados operacionales.
El ECF es una organización especial de combate de infantería de marina que combina rapidez, maniobrabilidad, flexibilidad y poder de fuego. Está compuesto por un bote de comando y control y tres más que cumplen labores tácticas. La dinámica de la guerra y las nuevas necesidades y amenazas encontradas en los ríos de Colombia condujeron a la Armada Nacional y a Cotecmar a emprender un proceso de reingeniería en algunos de sus sistemas y embarcaciones existentes. Esta última apropió los procesos necesarios para implementar la estrategia constructiva modular, es decir se reemplazó el modelo de construcción tradicional por el de construcción por bloques de acero para luego unirlos. La ingeniería de detalle representó un reto para Cotecmar, esto la impulsó a adquirir un software de diseño denominado Tribon y cuya primera aplicación se llevó a cabo con el Patrullero de Apoyo Fluvial de tercera generación, "Nodriza V". Con esta prueba piloto se redujo a un año el tiempo de construcción de este tipo de buques.
En el caso de la Nodriza V, su diseño respondió a las exigencias y requerimientos que las tropas vienen identificando a partir de la experiencia operacional. De hecho, las primeras patrulleras fluviales construidas en el país contaban con menor capacidad de fuego y cobertura de blindaje.
Esencialmente, el apoyo consistía en brindar alojamiento, comida y servicios médicos de primer nivel para los ocupantes de la ECF. Asimismo, eran las encargadas de garantizar el suministro de combustible, munición, repuestos, víveres y raciones de campaña. Pero luego de intensos combates con grupos armados al margen de la ley, en los que las primeras patrulleras construidas en el país entraron a brindar apoyo, los ingenieros y técnicos a cargo de la ejecución del proyecto decidieron aplicar algunas modificaciones a los diseños posteriores.
Para la nueva generación de buques que entró en operaciones hace dos años, el personal a cargo de su diseño y construcción decidió aumentar su poder de fuego con la instalación de tres casamatas blindadas, ampliar la cobertura de blindaje de su casco y de la superestructura. Se le incorporaron nuevos compartimentos para la instalación de modernos equipos de comunicaciones, al tiempo que se modificaron sus sistemas de movilidad, de tal forma que se incrementó la confiabilidad al eliminar timones y hélices, reemplazándolos por modernos sistemas de propulsión que no están expuestos a averías por impactos.
Dentro del replanteamiento de las estrategias de seguridad diseñadas por las Fuerzas Militares, estas unidades vienen siendo utilizadas en operaciones conjuntas con el Ejército y la Fuerza Aérea, lo que originó que las nuevas patrulleras quedaran acondicionadas para portar y aprovisionar helicópteros. La última embarcación hecha con tecnología y talento humano 100 por ciento colombiano, es la Nodriza V "ARC CTCIM Jorge Moreno Salazar", la cual cuenta con un alto poder de fuego, protección balística y alta maniobrabilidad.
Oficiales a cargo de su construcción aseguran que está diseñado para cumplir operaciones ofensivas, toda vez que cuenta con lanzagranadas, y ametralladoras 12,7 y calibre 7.62. Los artilleros están ubicados en una especie de cuartos que se llaman casamatas y a los lados disparan desde corredores completamente cerrados. Su poder de fuego representado en ocho montajes de armamento, le permite cubrir todos los ángulos de tiro.
Cuenta además con modernos sistemas de comunicación reflejados en equipos de navegación y teléfonos satelitales, así como radares que cubren 16 millas; dispone de sondas medidoras de profundidad y compás magnético. Es una embarcación silenciosa, lo que le facilita a las tropas, atacar con sorpresa. Cuenta con el sistema de ataque y vigilancia Escorpión el cual dispara a control remoto, e incluye cámaras infrarrojas que permiten detectar movimientos enemigos en horas nocturnas.
La nave que para la validación de su diseño, fue sometida a diversas pruebas en Europa, pesa más de 350 toneladas, está diseñada para movilizar más de un centenar de hombres y cuenta con una capacidad aproximada de 15.000 galones de combustible para su desplazamiento, el abastecimiento de helicópteros y de los elementos de combate fluvial.
La construcción de esta nave se inició el 15 de enero de 2004 y se tomó exactamente un año para su culminación y puesta a flote. A partir de ese momento fue sometida a extensas pruebas de puerto y de mar, evidenciándose el cumplimiento de todos los requerimientos técnicos y haciendo de éste buque un producto tecnológicamente diferenciable e innovador que permite a la ingeniería naval colombiana posicionarse en el contexto internacional.
La fortaleza flotante de la Armada Nacional fue diseñada y fabricada en las instalaciones de Cotecmar en Cartagena. Se trata de la Nodriza V "ARC CTCIM Jorge Moreno Salazar”, cuya construcción hace parte del Proyecto Nodriza que lidera esta Institución con el objetivo de cubrir y apoyar operaciones militares en extensas vías fluviales del país.
La construcción de esta nave se inició el 15 de enero de 2004 y tardó exactamente un año. Cuenta con modernos equipos de comunicación y navegación y un alto poder de fuego. Está en capacidad de operar con helicópteros de porte mediano. Es una embarcación silenciosa, lo que le facilita a las tropas atacar con sorpresa. Pero sobre todo, se trata de una obra de ingeniería naval única en el país creada y construida por profesionales colombianos que da cuenta de su calidad y avance tecnológico.
Cotecmar es una corporación de ciencia y tecnología orientada al fomento del desarrollo de la industria naval marítima y fluvial de Colombia. Entre sus socios se encuentran el Ministerio de Defensa a través de la Armada Nacional, la Universidad Tecnológica de Bolívar y la Universidad Nacional. El montaje y ejecución del proyecto Nodriza le ha permitido al país ingresar con paso firme al negocio de la construcción y reparación de naves de guerra. Regularmente al astillero en la zona industrial de Mamonal de la capital de Bolívar, vienen llegando embarcaciones procedentes para ser sometidas a reparaciones.
Igualmente, la industria naval colombiana viene desarrollando su propia cadena de suministros, lo que ha permitido sustituir la importación de ciertos productos como cableados y equipos eléctricos, pinturas, válvulas, bombas y otros accesorios con estándares marinos, que ya se empiezan a producir en el país. Cotecmar no sólo ha invertido en capacitación y formación del recurso humano, sino que ha implementado un sistema de gestión de calidad según la norma ISO 9001 versión 2000 para el diseño, construcción y reparación de buques y consultoría en ingeniería naval, otorgado por Lloyd 's Register Quality Assurance de Londres, demostrando un compromiso con el mejoramiento continuo y la satisfacción de las necesidades de sus clientes.
Fuente: http://www.cyber-corredera.de/briefings/050803_FLOTA_FLUVIAL.htm