lunes, 21 de julio de 2008

"Piramide" de Basistov

Esta pirámide, que como imán atrae a turistas y científicos del mundo entero, no se ve desde los alrededores de la capital rusa. Más aun, a los curiosos no les dejan bajo ningún pretexto atravesar la tupida muralla del bosque cerca del poblado de Sofrino (a 30 kilómetros al Noreste de Moscú).

Y todo está en el Tratado de Defensa Antibalística de 1972. Aunque hace años que éste cayó en el olvido los secretos de la pirámide de Sofrino siguen vigentes. Algunos de éstos me dio a conocer en su día Anatoli Basistov, el propio creador del sistema de defensa antimisil de la capital rusa, diseñador jefe del Instituto de Construcción de Instrumentos y Aparatos.

La pirámide de Sofrino se llama en el lenguaje de los militares "radar multifuncional de dirección de tiro "Don-2N" que representa la parte principal del sistema de defensa antimisil de Moscú y está destinado a efectuar el reconocimiento final de blancos, la información sobre los cuales llega del sistema de aviso sobre ataques misilísticos, su seguimiento y guiado de misiles interceptores a estos blancos.

Es lógico que estos blancos sean misiles estratégicos, debido a lo cual la pirámide se llama "de dirección de tiro". Es precisamente con esta pirámide con la que está conectado el famoso "maletín negro" del presidente, que en caso de emergencia debe desbloquear el botón "lanzamiento". Y para que este tiro sea preciso en cada una de las cuatro facetas de este coloso de Sofrino (su altura sobre la superficie de la Tierra es más de 30 metros: más o menos, un edificio de catorce plantas y otros siete pisos bajo tierra) se hallan dispuestas rejillas redondas de las antenas de acompañamiento de blancos y misiles antimisiles (de 16 metros de diámetro) y antenas cuadradas (10x10 metros) de guiado de misiles.

El radio de acción de estas antenas es de tres mil kilómetros. Son misiles rusos los que deben derribar al adversario en el espacio extratmosférico (a la altura de 80-100 km y a una distancia mayor a 600 km) o en la propia atmósfera (a la altura de hasta 50 km y a una distancia de hasta 350 km). El número de misiles es exactamente cien. Son de dos tipos: de alcance largo y medio (68 misiles 53T6 y 32 misiles 51T6). Los norteamericanos los llaman "Chanclos" y "Gacelas". Están en silos, en once emplazamientos (seis y cinco) no lejos de la propia pirámide.

Estos misiles han sido ideados por destacados diseñadores rusos Lev Luliev, de la oficina de diseño "Novator" en Ekaterimburgo, y Piotr Grishin, de la oficina de diseño "Fakel" en Khimki (provincia de Moscú). El primer misil antimisil ruso V-1000 creado en la "Fakel" interceptó y destruyó la unidad de combate de misil balístico R012 a una altura de 25 km y a la distancia de 60 km ya el 6 de marzo de 1962. Los americanos lograron hacerlo sólo al cabo de treinta años. Aquel misil tenía una velocidad de 100 metros por segundo, o sea, tres veces más que la velocidad sónica. Los misiles modernos tienen una velocidad diez veces mayor, y esto no es un límite para ellos.

A propósito sea dicho, aunque estos interceptores tienen ya buena edad, no han perdido sus performances. A intervalos regulares los militares los someten a ensayos en el campo de prueba Sary-Shagan (Kazajstán), sin que hubiera un solo caso en que los "Chanclos" y "Gacelas" erraran el blanco. Muchos saben que estos últimos tiempos los modernos misiles norteamericanos raras veces lo han logrado.

Pero volvamos a Anatoli Basistov. Era él quien logró convertir en un sistema infalible la "pirámide", los "Chanclos" y "Gacelas" y muchos otros elementos del sistema de defensa antimisil de la capital, tales como radares de aviso sobre ataques misilísticos, diseminados a lo largo de las fronteras de Rusia y fuera de ésta, satélites de control del espacio, puestos de mando y de control.

En la etapa final de la Segunda Guerra Mundial, a Batistov lo enviaron a estudiar en la Escuela Superior de la Fuerza Aérea en Leningrado, y esos estudios los cursó de manera acelerada. El 5 de mayo de 1945 viajó a Berlín para conocer el proceso tecnológico de producción y empleo de misiles V-1 y V-2. Después lo destinaron a trabajar en la oficina de diseños KB-1, al frente de al cual primero estaba el hijo de Lavrenti Beria, Sergó, y, luego, el académico Alexander Raspletin.

Allí Basistov trabajó en la creación de misiles tierra-aire de la clase S-25 y en sus sistemas de teleguiado y paralelamente cursó estudios en el Instituto Energético de Moscú. Piezas de repuesto haber creado misiles tierra-aire S-200 de largo alcance (alcanza aparatos volantes adversarios a una distancia de 300 km) a Basistov le otorgaron el título de Héroe del Trabajo Socialista, y poco después él llegó a ser diseñador jefe de la corporación A-135. Basistov me contó en su día que formó parte de un colectivo que trabajó en la creación del sistema de Defensa Antibalística y dijo algo sobre los principios en que ésta se basa.

Comentó que la URSS firmó el Tratado de Defensa Antibalística en 1972 cuando aún no la tenía. Reveló que se podía interceptar un ataque masivo de misiles estratégicos contra Moscú únicamente interceptando la explosión contraria en el espacio extraatmosférico y, por lo tanto, los "Chanclos" y "Gacelas" que protegen Moscú están dotados de ojivas atómicas.

El sistema no permitirá que se produzca siquiera una explosión nuclear en la proximidad peligrosa de Moscú -, me dijo Basistov -. Su diseño es tal que en régimen automático, sin participación humana, pueda detectar las ojivas de combate que se acercan, separarlos de toda basura - señuelos o medios combinados de superación del sistema de defensa - y destruirlos infaliblemente sin dejar detonar la carga.

Hoy día, el "Don-2N" raras veces funciona a plena carga. Únicamente en los casos en que, según me explicó el general Alexander Gritsan, jefe de este complejo, un ejercicio de rechazar al adversario virtual lo realiza junto con ellos el Puesto Central de Mando del Estado Mayor General o el mando de las Tropas Espaciales. El más reciente de estos ejercicios se realizó hace relativamente poco, durante la visita que el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Ivanov, efectuó a este radar. Lo pasaron por televisión. En los demás casos, más de cien oficiales montan guardia en estado de alerta. Este régimen se le otorga la actual situación internacional.

Anatoli Basistov falleció en 1998. Pero su obra funciona hasta ahora. Es más, después de que EE.UU. abandonaron el Tratado de Defensa Antibalística y Washington empezó a construir otros radares en Letonia y Noruega y a perfeccionar radares análogos en Groenlandia y Gran Bretaña, a construir lanzadores de misiles antimisiles en Alaska, a realizar sus plenas pruebas y a imponer el montaje de bases antimisiles en Polonia y la República Checa, se hizo claro que la pirámide de Sofrino hace mucha falta.

El coronel general Vladimir Popovkin, Comandante de las Tropas Espaciales, dijo hace poco tiempo que el radar multifuncional de dirección de tiro "Don-2N", su ordenador y los aparatos de transmisión y recepción, igual que los misiles antimisiles de alcance medio y largo, también van a modernizarse.

Fuente: Víctor Litovkin, de Ria Novosti