martes, 29 de julio de 2008

El silaje de maíz, opción para suplir los faltantes de gas

El abanico de la industria del maíz se abre y promete cada vez más oportunidades de negocios. Ahora, el cultivo tiene delante de sí otra chance magnífica: convertirse en biogás, combustible que se está desarrollando a pasos de gigante en la Unión Europea, China, la India y otros países que apuestan a crecer de la mano de las energías renovables.

Así como el excremento de las vacas de los tambos y otros residuos agrícolas pueden ser buenas materias primas para producir biogás, y de hecho en el mundo se multiplican los ejemplos en ese sentido, en el caso del maíz es el silaje el que se perfila como la materia prima clave.

El proceso no parece complicado: se pica la planta de maíz como si fuera para un silo, luego se lo guarda y en una planta diseñada para este fin se genera un ambiente de fermentación con tanques digestores. Tras la fermentación, por un lado sale el biogás y por el otro, un residuo que se puede utilizar como fertilizante, con lo cual el círculo cierra con más beneficios. Al gas lo "fabrican" un conjunto de bacterias que están en el silaje de maíz. Una de las ventajas cualitativas del biogás es que puede sustituir al gas natural, previo filtrado, y utilizarse después para las redes de distribución existentes en el país.

Avidos por buscar nuevas oportunidades para el cultivo, en la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) no perdieron el tiempo e incluyeron el tema en el plan que definieron para la cadena hasta 2017, y que presentaron en el Congreso Maizar 2008, realizado el martes pasado. En rigor, en la entidad ya manejan cálculos que permitirían comenzar a sustituir importaciones de gas. Una de esas cuentas es la que detalló Martín Fraguío, director ejecutivo de la entidad.

"Bolivia le manda a la Argentina entre 2 y 3 millones de metros cúbicos de gas por día; durante 2008 serán unos 7 a 9 mil millones de metros cúbicos. Como una hectárea de maíz o sorgo (cosechando la planta entera) rinde entre 7 y 10 mil metros cúbicos de biogás, con 80 mil hectáreas se podrían producir 8 mil millones de metros cúbicos de gas", dijo el director ejecutivo de Maizar.

Pero hay más. Para sustituir las importaciones de gas natural que deberá hacer la Argentina para poder estar en equilibrio energético se necesitarían 320.000 hectáreas de maíz o, dicho de otro modo, el 8% de las plantaciones actuales en la Argentina.

Energéticamente, el biogás es 10 veces más eficiente que la producción de biodiésel. Si el rendimiento del biodiésel, tomado en litros por hectárea como equivalente a diésel, es de 1183 l y la del bioetanol se ubica en 1450 l, en el caso del biogás es de 10.000 l. Expectativas
Los interesados en el biogás miran hoy el modelo de plantas que ha desarrollado Alemania, con capacidad para manejar hasta unas 2000 hectáreas. No son plantas enormes. Allí una planta de esas características cuesta unos US$ 10 millones. En total, en Alemania un millón de hectáreas de silaje de maíz tienen como destino la producción de biogás.

Según proyecciones preliminares, con 6-8 dólares el millón de BTU (unidad térmica británica) aquí sería rentable producir maíz y sorgo para biogás en zonas marginales. Hoy el gas más caro que compra la Argentina llega en barcos a Bahía Blanca a 18 dólares el millón de BTU. El de Bolivia se compra a 8 dólares.

Las perspectivas positivas que en la entidad proyectan para el biogás han hecho que para 2017 ya se proyecte un consumo de 5 millones de toneladas de maíz y sorgo para este fin. Pero, además, de la mano del plan que prevé llegar en diez años a 80 millones de toneladas de maíz y sorgo para entonces la "industria" del biogás podría exportar 3500 millones de metros cúbicos de biogás y tener así un negocio por 700 millones de dólares.

Fuente: Por Fernando Bertello del Diario LA NACION